El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este miércoles el atentado contra un autobús de la guardia presidencial perpetrado el martes en Túnez, mediante un comunicado difundido en varias cuentas yihadistas en las redes sociales.

El autor del ataque, un tunecino identificado como «Abu Abdalá al Tunisi», entró en el vehículo con un cinturón de explosivos y «se hizo estallar», indica el texto.

Según las autoridades tunecinas, el atentado mató a 12 agentes de la guardia presidencial y dejó 20 heridos. El EI asegura, sin embargo, que causó 20 muertos.

El grupo también publicó una foto del supuesto autor del ataque, en la que aparece vestido de blanco, con un cinturón de explosivos y un velo que le cubre la cara.

Cerca del lugar del ataque, en pleno corazón de Túnez, las autoridades encontraron un decimotercer cadáver, que podría ser el del autor del atentado, indicó este miércoles el ministerio del Interior, que precisó que se habían utilizado 10 kilos de Semtex, un explosivo muy potente.

El ministerio del Interior no precisó, sin embargo, si fue un ataque suicida.

El EI había reivindicado este año los dos atentados que causaron 60 muertos, entre ellos 59 turistas extranjeros, en Susa en junio y en el museo del Bardo en Túnez en marzo.

Ante este nuevo golpe, la prensa instó el miércoles a la unión nacional y a la resistencia, así como a «una nueva filosofía» y a la adopción de «medidas especiales» contra el terrorismo.

El Consejo de Seguridad Nacional, presidido por el presidente Béji Caid Essebsi, decidió este miércoles el cierre de la frontera con Libia durante 15 días, y «un aumento de la vigilancia en las fronteras marítimas y en los aeropuertos», según un comunicado difundido por la presidencia.

Las autoridades también anunciaron que reclutarán a 3.000 personas para el ministerio del Interior y otras 3.000 para el ejército en 2016.

Essebsi había anunciado la víspera el restablecimiento del estado de emergencia, levantado hace menos de dos meses, así como un toque de queda para el área metropolitana de Túnez entre las 21H00 y las 05H00 de la mañana.

El atentado se produjo a las 17H00, cerca de la avenida Mohamed V, una arteria muy frecuentada, no lejos del ministerio del Interior.

En el Bardo y en Susa «el objetivo era perturbar el proceso democrático de Túnez, (…) y el sector del turismo», comentó el miércoles el primer ministro Habib Essid. El del martes «es de otro tipo» ya que «ataca los símbolos del Estado. (…) Es grave, muy grave», añadió.

«Como de costumbre, subimos al autobús para ir al trabajo. En el momento en que el conductor se disponía a arrancar, se produjo la explosión», relató a la radio nacional uno de los guardias heridos.

El miércoles por la mañana regresó el tráfico a la avenida, pero el lugar del atentado seguía cerrado y los expertos seguían trabajando en torno al autobús calcinado, según constató la AFP.

Detrás de las barricadas, donde fueron depositadas ramos de flores, decenas de ciudadanos, portando banderas tunecinas, manifestaban su apoyo a las fuerzas de seguridad.

Túnez se enfrenta desde su revolución, que provocó la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Ali en enero de 2011, a un ascenso de la influencia yihadista, responsable de la muerte de decenas de policías y militares.