Brasil quiere un acuerdo justo, equilibrado, ambicioso y duradero en la COP21
El objetivo de Brasil, según la mandataria, será reducir sus emisiones de gases contaminantes en un 37 % para 2025 con relación a los niveles de 2005.
El Gobierno de Brasil confía en que la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) de París concluirá con un acuerdo «justo, equilibrado, ambicioso y duradero», según dijeron hoy fuentes diplomáticas.
La delegación brasileña para la COP 21, que se celebrará en París entre el próximo lunes y el 11 de diciembre, estará encabezada por la presidenta Dilma Rousseff, quien asistirá con una delegación que, entre otros, integrarán el canciller Mauro Vieira y la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.
«Esperamos que haya un mayor compromiso por parte de los países desarrollados», declaró hoy en una rueda de prensa el subsecretario de Medio Ambiente de la cancillería, José Antonio Marcondes.
El diplomático dijo que el acuerdo que se alcance en París debe ser «justo» y reconocer las «distintas responsabilidades históricas que cada país tiene» en relación al deterioro del medio ambiente y la generación de las condiciones que causan el cambio climático.
También consideró que deberá ser «equilibrado» en cuanto a las metas para cada país, «ambicioso» para lograr que en realidad se alcance el objetivo de impedir que la temperatura del planeta suba otros 2 grados centígrados durante este siglo, y «duradero», para garantizar su efecto.
Durante la rueda de prensa, Marcondes sostuvo que el reciente desastre medioambiental causado por la ruptura de dos diques de una empresa minera en el estado brasileño de Minas Gerais no afecta el «peso negociador» del país.
«Fue un accidente trágico que no tuvo nada que ver con el clima», declaró el diplomático, quien apuntó que después de una tragedia de esa naturaleza, que generó un río de lava tóxica que dejó al menos trece muertos, once desaparecidos y arrasó varios poblados, «ahora se trabaja para remediar lo ocurrido».
Según Marcondes, ese «accidente» causó un desastre ambiental, pero no tuvo relación alguna con factores climáticos y no afectará en nada «la capacidad y credibilidad negociadora de Brasil», que en la COP 21 presentará «una ambiciosa contribución» para el objetivo de contener el calentamiento del planeta.
Las metas de Brasil en París ya fueron adelantadas por Rousseff el pasado 27 de septiembre, cuando intervino ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El objetivo de Brasil, según la mandataria, será reducir sus emisiones de gases contaminantes en un 37 % para 2025 con relación a los niveles de 2005, aunque agregó que esa rebaja puede llegar al 43 % para 2030.
En ese sentido, indicó que Brasil garantizará que las energías renovables, incluida la hidráulica, representen el 45 % de la red de generación del país, frente a la media global del 13 %.
También ratificó que durante la próxima década la intención de Brasil es eliminar por completo la tala ilegal en la Amazonía y contrarrestar las emisiones de la deforestación autorizada.
En el mismo marco, Brasil se propone recuperar hasta el 2025 un área de 12 millones de hectáreas degradadas.