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Francisco termina una riesgosa gira por África

El papa Francisco llegó ayer a República Centroafricana, la última etapa de su gira africana y la más peligrosa de su periplo  por la violencia interreligiosa que sacude el país, donde visitó un campo de refugiados y lanzó un mensaje de unidad.

“Vengo a esta tierra por primera vez como “peregrino de la paz y apóstol de la esperanza”, exclamó  el Pontífice argentino, de 78 años, tras arribar a uno de los países más pobres de África.

Su avión aterrizó en el aeropuerto de Bangui, donde fue recibido con vítores y cantos. Cerca de la terminal le esperaban miles de desplazados que huyen de la violencia y buscan la protección de los Cascos Azules de la ONU tras la guerra civil.

Los servicios secretos franceses habían aconsejado anular esta visita, la última etapa de la primera gira por África del Papa, que llegó desde Uganda tras haber visitado también Kenia. Francisco completó el corto trayecto hasta el palacio presidencial en un papamóvil descubierto, alentado por una multitud.

La República Centroafricana, devastada desde 2013 por una guerra civil con tintes religiosos entre las milicias seleka, mayoritariamente musulmanas, y las antibalaka, de mayoría cristiana, registra una fuerte tensión a pocas semanas de las elecciones.

En el Palacio, el Papa se reunió con la presidenta de transición, Catherine Samba Panza, que aprovechó la visita del Pontífice para pedir perdón por la violencia que ha golpeado el país.