La decaída Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció este lunes la postergación de 3.600 millones de dólares en inversiones con el objetivo de recortar sus gastos, ante una perene caída de su producción de crudo y pérdidas en 2015 que casi duplican las del año anterior.

Para evitar la catástrofe, la empresa estatal aplicará un plan de recortes comandado por el gobierno de Enrique Peña Nieto por un total de 5.500 millones de dólares.

«Pemex está enfrentando dificultades financieras a corto plazo, pero claramente es una empresa ampliamente solvente», dijo el director general de la empresa, José Antonio González Anaya, en una conferencia telefónica con analistas.

«Si no hiciéramos este programa de ajuste enfrentaríamos problemas de solvencia y liquidez. Pero no creemos que Pemex esté enfrentando problemas de solvencia», explicó el funcionario, al precisar que las inversiones en exploración y refinería se verían afectadas.

La compañía se ha visto golpeada por el desplome de los precios internacionales del petróleo y una constante caída de su producción de crudo que va desde el pico de 3,4 millones de barriles diarios en 2004.

Este lunes, Pemex reveló decepcionantes resultados para 2015, con pérdidas por 521.600 millones de pesos (unos 30.315 millones de dólares). Pero la empresa justificó esta cifra, casi dos veces mayor a los 265.500 millones de pesos del año anterior, en los más altos impuestos que ha tenido que pagar a raíz de una reciente reforma fiscal.

Por otro lado, la producción de crudo se redujo 6,7% en 2015 en comparación con el año anterior: de 2,43 millones de barriles diarios cayó a 2,27 millones.   Y el panorama no parece aclararse, pues Pemex prevé para 2016 una producción aún menor con 2,13 millones de barriles diarios, reconoció González Anaya.

A esto, se suma que Pemex ha descubierto en los últimos años miles de tomas clandestinas instaladas en sus ductos por bandas del crimen organizado, que han costado a la compañía 2.000 millones de dólares al año.

Preservar los empleos

González Anaya subrayó que el presupuesto de Pemex se había realizado con base en un precio del petróleo de 50 dólares por barril, una cifra que se ha desplomado por la mitad. Sin embargo, aseguró que el plan de recorte tiene el objetivo de evitar una mayor caída de la producción de la empresa, que tuvo el monopolio del sector energético durante más de 75 años.

Además de aplazar las inversiones, Pemex recortará 1.900 millones de dólares para mejorar el rendimiento. Este rubro incluye la eliminación de dos puestos directivos.

González Anaya indicó que Pemex postergará proyectos que no tendrán un impacto a corto plazo y que la empresa aún podrá realizar a través de las asociaciones con firmas privadas como lo permite la reforma energética promulgada en 2014.

En total, en las áreas de producción y exploración -incluyendo las inversiones diferidas y otros recortes- se ahorrarán unos 2.600 millones de dólares.

A manera de ejemplo, el director de la empresa aseguró que Pemex tenía inversiones por 552 millones de dólares en proyectos de aguas profundas que se llevarían a cabo en 10 años, pero que «no tiene mucho sentido» para la empresa hacerlos por su cuenta.

La empresa tendrá que buscar «vías alternas» para modernizar sus refinerías a través de reducciones de costos y postergación de inversiones por un total de 2.000 millones de dólares, acotó González Anaya.

Sin embargo, González Anaya indicó que Pemex no reduciría su enorme plantilla laboral de 145.000 empleados.

«Primeramente queremos preservar la eguridad del personal», dijo González Anaya, exsubsecretario de Hacienda y antiguo director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien fue nombrado por Peña Nieto en febrero para liderar a Pemex a través de sus dificultades financieras.

La empresa ya había recortado 11,5% de su presupuesto el año pasado y suprimió 11.000 empleos al no reemplazar los puestos vacantes de los jubilados, en un esfuerzo por contrarrestar la caída de los precios internacionales del oro negro.

La reforma energética impulsada por Peña Nieto abrió el sector a la inversión privada -nacional y extranjera- por primera vez desde 1938. El gobierno espera que la estrategia genere competencia al tiempo que Pemex firme contratos con inversores para reducir costos.

«Queremos usar todos los instrumentos financieros y legales que otorga la reforma energética a Pemex, toda la flexibilidad que le da a Pemex para mantener nuestros niveles de producción a mediano plazo. Pagaremos todas nuestras obligaciones financieras y laborales», apuntó González Anaya.