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‘Pienso que finalmente los tiempos están cambiando’

Un sinfín de celulares iluminó la Ciudad Deportiva de La Habana con los primeros acordes de Jumpin Jack Flash: todos querían registrar la entrada triunfal de los Rolling Stones en un concierto espectacular y único con el que el grupo británico cruzó la última frontera del rock.

“Sabemos que años atrás era difícil escuchar nuestra música en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes en su linda tierra. Pienso que finalmente los tiempos están cambiando”, apuntó Mick Jagger, en un claro español, recordando los primeros años de la Revolución castrista, cuando el rock extranjero no era bien visto por el oficialismo. Dos horas y media de sus Satánicas Majestades en acción sirvieron para que Cuba saldara esa deuda con este género; pagada con creces con un concierto gratuito y al aire libre, que congregó el viernes a cientos de miles de personas.

En las primeras filas lo que predominaba eran extranjeros, muchos ya con canas, que no quisieron perderse la cita histórica de los Stones en la Cuba del deshielo. En la zona VIP, la top model Naomi Campbell o el actor Richard Gere certificaron que la isla se está convirtiendo en un foco de atracción para famosos.

El público local, en la explanada principal, se lanzó a bailar con los temas más clásicos de la banda: It’s only rock and roll, Angie, Paint it black o All down the line —elegida por sus seguidores en las redes sociales para esta cita—, Satisfaction y Honky Town Woman, entre otros. El ambiente estaba tan animado que incluso el hierático baterista Charlie Watts sonrió durante todo el concierto y se sumó a las bromas y las poses rockeras de sus compañeros Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood. Jagger se metió en el bolsillo a la audiencia al decirle en un buen español: “Anoche ya comimos arroz y frijoles en un paladar, pero lo más rico fue bailar rumba cubana”.

Hermanamiento. Cubanos y extranjeros convivieron en la Ciudad Deportiva de La Habana.