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Mueren unos 69 en atentado contra cristianos en Pakistán

Al menos 69 personas murieron y 290 resultaron heridas, muchas de ellas mujeres y niños, en un atentado suicida en un popular parque de la ciudad paquistaní de Lahore, donde los cristianos celebraban la Pascua. El ataque fue reivindicado por el grupo talibán Jamaat ul Ahrar.

El atentado es el peor que sufre el país desde el asalto talibán a una escuela de Peshawar (norte del país) en el que murieron 125 alumnos en 2014. El suicida hizo explotar las bombas que llevaba en el estacionamiento del parque Gulshan Iqbal, en las cercanías de una zona de juego infantil. Eran las 19.00 y el espacio de recreación se encontraba lleno de familias que habían ido a pasar la tarde del domingo, como es habitual los fines de semana, especialmente en los meses anteriores a la llegada del sofocante verano.

Las televisiones locales mostraban anoche imágenes de caos en el lugar de los hechos, con un intenso humo y equipos de rescate buscando supervivientes y transportando a los heridos a las ambulancias. Cientos de personas se agolpaban a las puertas de los hospitales en busca de sus familiares mientras que el Ejército desplegaba soldados en la ciudad para colaborar en las tareas de auxilio y evitar que se produjeran nuevos ataques.

Fanatismo. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que la masacre golpea con “violencia fanática” a “miembros de las minorías cristianas”. “Una vez más el odio homicida afecta vilmente a las personas que están menos protegidas”, añadió el portavoz, quien aseguró que el papa Francisco seguía con preocupación las informaciones que iban llegando.

El grupo insurgente Jamaat ul Ahrar, una escisión del principal grupo rebelde de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), asumió la autoría del atentado. “Reclamamos la responsabilidad por el ataque contra los cristianos que celebraban la Pascua”, dijo el portavoz del grupo islamista, Ehansullah Ehsan, al diario paquistaní The Express Tribune pocas horas después del atentado. Ehsan indicó que este ataque forma parte de una cadena de atentados programada para todo este año, bautizada como Saut-ul-Raad (la voz del trueno) y amenazó directamente al primer ministro paquistaní, Nawaz Sharifa y a la Liga Musulmana, el partido gobernante.

Los cristianos representan cerca del 2% de la población de Pakistán, un país mayoritariamente musulmán sunita de 200 millones de habitantes. En los últimos años, varias iglesias han sufrido ataques y varios cristianos han sido acusados de blasfemia en todo el país, pero sobre todo en Lahore.

El de ayer es el mayor atentado insurgente en el país desde el ataque del TTP a una escuela de la región de Peshawar —en el noroeste del país— que causó la muerte de 125 estudiantes. El TTP afirmó entonces que el asalto era una venganza por la operación militar que lanzó el Ejército en las zonas tribales del noroeste del país en junio de 2014 y que continúa en la actualidad. Esa operación ha golpeado duramente la capacidad de los grupos islamistas y en 2016 el número de víctimas en atentados había disminuido a su nivel más bajo en ocho años.

A pesar de ello, se han seguido produciendo ataques, principalmente contra objetivos civiles, como tribunales y universidades. A mediados de marzo, 15 personas murieron y 30 resultaron heridas en un atentado con bomba contra un autobús. Una semana antes, 14 personas fallecieron y otras 26 resultaron heridas en una acción suicida, como la de ayer, a la entrada de un tribunal, como venganza por la ejecución de un islamista.

gobiernos del mundo

Condenan

Además del Vaticano, el Gobierno de EEUU condenó la masacre de Lahore y la calificó de “atroz y cobarde”. El Gobierno de Argentina rechazó “esas injustas manifestaciones de violencia”. También se sumaron al repudio México y España.