Decenas de miles de personas salieron ayer a respaldar a Dilma Rousseff, en su cruzada contra un eventual juicio político (impeachment) impulsado por la oposición. El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva volvió a defender a la presidenta de Brasil.

Mientras los simpatizantes del Gobierno tomaron las calles de 21 estados en Brasil, Lula y Rousseff buscaban concretar alianzas.

Desde la salida del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del gobierno, Rousseff se enclaustró en el palacio presidencial de Planalto para reconfigurar su equipo gubernamental. Incluso canceló su participación en una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington.

“El Gobierno tiene una doble estrategia: recomponer la base aliada e impedir que el PMDB junte 342 votos” para aprobar el impeachment en la Cámara de Diputados, indicó a la AFP un asesor gubernamental que pidió el anonimato.

Movilización. Los manifestantes que salieron ayer a las calles también defendían al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), investigado por presunta corrupción en el marco del caso Petrobras.

Las principales manifestaciones se daban en Brasilia y Sao Paulo, informó AFP.  En la capital, unas 50.000 personas (el doble según los organizadores) salieron desde el estadio Mané Garrincha hacia la Plaza de los Tres Poderes, con globos y banderas de la Central Única de Trabajadores (CUT) y de diversos grupos sociales.

Las pancartas denunciaban “las mentiras de los medios” y una campaña “de odio”.

El expresidente Lula grabó un mensaje para sus adherentes. Él les animó a enfrentar a “quienes quieren atropellar la democracia”.

Lula —de quien en principio se informó que participaría en las marchas— volvió a criticar el trámite con miras a un juicio político contra Rousseff, informó EFE.

En el mensaje del fundador del Partido de los Trabajadores, difundido a través de internet y emitido en varios de los actos, Lula sostuvo que quienes tomaron ayer las calles son aquellos que “creen en la democracia de cuerpo y alma” y protestan en “defensa del Estado de Derecho, la Constitución y las conquistas sociales”.

El exmandatario también aludió a las crisis económica y política que atraviesa el país, frente a las que aseguró que “el pueblo brasileño no cierra los ojos ni se conforma con lo que está equivocado y precisa ser corregido”.

No obstante, también sostuvo que el pueblo “sabe que no existe solución fuera de la democracia” y que “no se arregla un país andando para atrás”.

Acotó que las manifestaciones fueron “un movimiento de paz, de amor al país y de fe en la democracia y el diálogo” e insuflan “una energía nueva, que viene del corazón de Brasil”, informó EFE.

Solicitan acelerar el juicio

Proceso

El presidente de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), Paulo Skaf, defendió que el posible juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff, sea realizado “lo más rápido posible”.

Control

El presidente de la FIESP, la más influyente patronal del país, resaltó que Rousseff “perdió el control” del país y es “incapaz” de gobernar.

Propuesta

Skaf también se manifestó a favor de que asuma el poder el vicepresidente Michel Temer, primero en la línea de sucesión.

Lula gana batalla judicial y se libra del juez Moro

Lula se libró por el momento del temido juez que lo investiga por corrupción y podrá dedicarse a reconstruir el gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, que este jueves recibió el apoyo de miles de manifestantes indignados por su posible impeachment.

El Supremo Tribunal Federal (STF) aprobó una medida cautelar que quita la investigación sobre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) al magistrado de primera instancia Sergio Moro, a cargo del escándalo de Petrobras.

Aunque aún falta definir qué instancia juzgará las causas de Lula, investigado por presunta corrupción, la decisión constituye el primer revés de Moro, idolatrado por parte de la población por sus investigaciones que llevaron a la cárcel a industriales de primer plano y a varios políticos.

Lula aguarda además que el STF le indique si finalmente puede asumir el cargo de jefe de gabinete, bloqueado por sospechas de que Rousseff quería ante todo otorgarle fueros privilegiados para ponerlo al abrigo de Moro, un juez de primera instancia.

La crisis en Brasil estalló tras las revelaciones sobre el pago de sobornos por grandes constructoras a Petrobras y a políticos para amañar licitaciones.
En medio de una grave recesión, Rousseff encara el impeachment con una coalición diezmada.