El vendaval mundial por las filtraciones de los Papeles de Panamá se agudizó el jueves en Gran Bretaña y Argentina, al admitir David Cameron que tuvo fondos en un paraíso fiscal y luego de que se abrió una investigación al presidente Mauricio Macri por ese caso.

Cameron confesó haber tenido una participación de 30.000 libras esterlinas (42.000 dólares) en una sociedad con su padre y que vendió los activos en 2010 cuatro meses antes de asumir como primer ministro británico.

Hasta ahora la oficina de Downing Street había emitido cuatro comunicados sobre el tema, en los que afirmaba que el de las inversiones ‘offshore’ eran un tema «privado» de Cameron.

En tanto, el fiscal argentino Federico Delgado solicitó al juez Sebastián Casanello pedir información a la autoridad fiscal (AFIP) y la opinión a la Oficina Anticorrupción, entre otras fuentes, para determinar si Macri «omitió maliciosamente completar su declaración jurada (de bienes)», requisito obligatorio para funcionarios públicos.

El nombre de Macri figura en dos firmas ‘offshore’, una de ellas aún activa.

Ahora el juez Casanello debe decidir si hace lugar a esta investigación que podría llevar a Macri a enfrentar una causa judicial con apenas cuatro meses como presidente de Argentina.

Horas más tarde, en un acto en la casa de gobierno, Macri anunció que acudirá el viernes ante el juez «con toda la información» para que «verifique que lo que he hecho es correcto y que no es verdad que ha habido una omisión maliciosa en mi declaración (jurada de bienes) de 2007 y 2008».

«Estoy tranquilo. He cumplido con la ley. No tengo nada que ocultar», aseguró.

En el nombre del padre

Tanto Cameron como Macri han tenido que dar explicaciones justificando que fueron iniciativas de sus padres.

El primer ministro británico dijo que tuvo una participación de 30.000 libras esterlinas en un fondo «offshore» de su padre.

Por su lado Macri figura como director en la firma Fleg Trading Ltd. inscripta por su padre en Bahamas, según la investigación de los «Panama Papers», y Kagemusha SA, de la cual sería vicepresidente, según un registro de la firma «aún en funcionamiento» en Panamá, indicó el documento de la fiscalía.

La primera sociedad fue registrada en Bahamas en 1998 por el padre del mandatario, Franco Macri, dueño de un importante conglomerado de empresas, para hacer un emprendimiento en Brasil que no prosperó y que según explicó el patriarca Macri esta semana, «nunca estuvo activa» por lo que fue cerrada en 2008.

El fiscal Delgado abrió la investigación tras una denuncia presentada por el diputado del opositor Frente para la Victoria (peronista centroizquierda), Norman Darío Martínez.

Elegido en noviembre de 2015, tras prometer una gestión ejemplar, el presidente de centroderecha ha visto dañada su imagen por las revelaciones del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que sacudieron el nuevo gobierno desde el domingo pasado.

Rechazo de Putin, colaboración de Panamá

El presidente ruso Vladimir Putin, otro de los nombres que figura en la lista de personalidades asociados a firmas ‘offshore’, rechazó que existan «elementos de corrupción» entre las personas de su entorno más íntimo citados en los «Panama Papers».

«¿Qué elementos de corrupción? No hay ninguno», dijo Putin, que acusa a Estados Unidos de estar detrás de la filtración de millones de documentos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca.

En tanto, Panamá aseguró que profundizará el diálogo con la OCDE para intercambio de información fiscal.

Se va a «establecer un diálogo a nivel técnico entre Panamá y la OCDE justamente para intercambiar información», dijo la canciller Isabel De Saint Malo, en una entrevista exclusiva con AFP tras una conversación con el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mexicano Ángel Gurría.

«Hablamos de mantener ese diálogo y esa comunicación fluida», añadió.

El país centroamericano tiene una legislación favorable a la creación de sociedades en paraísos fiscales, a contracorriente de la tendencia mundial, impulsada por naciones como Francia, hacia una transparencia fiscal cada vez mayor.

Panamá ha rechazado aplicar el intercambio automático de informaciones fiscales entre países, una medida auspiciada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El escándalo de los «Panama Papers» estará en el orden del día de la reunión del G20, que tendrá a los países más poderosos del mundo en Washington la próxima semana, en coincidencia con las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.