Industriales entregan a Temer medidas económicas para su eventual gestión
Temer sustituiría a Rousseff durante 180 días si el Senado decide que existen méritos jurídicos para la apertura de un juicio político con miras a su destitución.
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) entregó este viernes (29 de abril) al vicepresidente de Brasil, Michel Temer, una lista con 36 medidas «indispensables» para salir de la crisis y que podría implantar durante su eventual gestión si la mandataria, Dilma Rousseff, es apartada por el Legislativo.
De acuerdo con un comunicado de la patronal de la industria brasileña, «los empresarios recuperarán la confianza y volverán a invertir» con la adopción de estas iniciativas, que deben ser implementadas «inmediatamente después de que el país solucione la cuestión política».
Temer sustituiría a Rousseff durante 180 días si el Senado decide que existen méritos jurídicos para la apertura de un juicio político con miras a su destitución.
Si Rousseff finalmente fuera depuesta, el vicepresidente completaría el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
Temer, además, se encuentra tejiendo apoyos frente a la posibilidad de asumir la presidencia, lo que podría ocurrir en unos 15 días, y su formación, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ya adelantó que la prioridad será «recuperar» y «generar confianza».
Las propuestas de la CNI, elaboradas tras escuchar a empresarios, pasan por la privatización de varios sectores de la economía y buscan, entre otros, reformas en la legislación laboral y de tributación, el aumento de concesiones en infraestructura, mejores condiciones de crédito o la reforma del sistema de pensiones.
«La salida a la grave crisis económica exige la adopción de una serie de medidas en el área fiscal y de aumento de competitividad», señaló el presidente del gremio, Robson Braga de Andrade, quien defendió que «los gobernantes deben evitar los atajos, como acciones populistas que atrasarán todavía más el desarrollo del país».
La CNI ha criticado en reiteradas ocasiones la crisis política del país y ha pedido un rotundo «basta» porque, asegura, la incertidumbre que genera está alimentando la recesión económica de Brasil, que cerró 2015 con una retracción del producto interior bruto (PIB) del 3,8%.