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Condenan a todos los acusados de masacre en Paraguay en juicio con incidentes

La matanza de Curuguaty sirvió de base al entonces opositor y hoy gobernante Partido Colorado para impulsar la destitución de Lugo en un juicio político tildado de irregular por instituciones como Mercosur y Unasur.

/ 12 de julio de 2016 / 02:44

El tribunal a cargo del caso de la masacre de Curuguaty, en Paraguay, que en 2012 causó la muerte de 17 personas y la destitución del presidente Fernando Lugo, condenó hoy a penas de entre 4 y 30 años de cárcel a los 11 acusados, en una sesión que transcurrió en medio de incidentes y protestas por el veredicto.

La causa se refiere a las muertes de seis policías durante la masacre, ocurrida en junio de 2012, ya que el juicio, iniciado hace casi un año, resolvió únicamente el fallecimiento de los agentes policiales, mientras que la Fiscalía nunca investigó las muertes de once campesinos durante la masacre.

El principal condenado fue Rubén Villalba, sentenciado a 30 años de prisión y 5 de medidas de seguridad por el homicidio doloso consumado de Erven Lovera, comisario al frente del operativo de desalojo que desembocó en la masacre.

Otros tres campesinos fueron considerados coautores del delito de homicidio: Luis Olmedo, condenado a 20 años de cárcel, y Néstor Castro y Arnaldo Quintana, ambos condenados a 18 años de cárcel.

Las 3 mujeres procesadas, Fany Olmedo, Dolores López y Lucía Agüero, fueron condenadas a 6 años de prisión como cómplices del homicidio, mientras que, Felipe Benítez Balmori, Adalberto Castro, Alcides Ramírez y Juan Carlos Tillería, fueron condenados a 4 años de cárcel por invasión de inmueble ajeno y asociación criminal.

Las penas impuestas fueron menores a las solicitadas por la Fiscalía, excepto en el caso de Rubén Villalba, a quien sí se impuso la condena que pedía el Ministerio Público, pero se le condenó a cinco años menos de medidas de seguridad.

El tribunal dispuso además que los condenados corran con los costos económicos del proceso, considerado el juicio oral más largo de la historia de Paraguay, que se inició el pasado 27 de julio en Asunción y en el que declararon cerca de 200 testigos.

La lectura del juicio se vio interrumpida en varias ocasiones por las protestas de los abogados defensores de los condenados y de parte del público asistente, que gritaron pidiendo libertad para los campesinos.

Los abogados trataron de recusar al tribunal por haber cambiado la acusación contra los procesados de homicidio doloso en grado de tentativa, a homicidio doloso consumado, pero los jueces decidieron proseguir con la lectura de la sentencia.

Mientras se leían las sentencias, una de las procesadas, Dolores López, se desvaneció y tuvo que ser trasladada fuera de la sala para recibir asistencia médica.

Los defensores pidieron entonces que se suspendiera la lectura por no estar presente una de las acusadas, pero los jueces no admitieron el pedido.

Ante estos hechos, los abogados anunciaron que pedirán la nulidad de la sentencia y decidieron permanecer ocupando la sala donde se desarrolló el juicio a modo de protesta, acompañados de cerca de una veintena de personas, entre las que se cuentan activistas, religiosos y familiares de los procesados.

Todos ellos están siendo custodiados por agentes antidisturbios, que también rodean el edificio del Palacio de Justicia, donde desde esta mañana se concentraron centenares de personas para seguir la lectura del fallo.

La plataforma Absolución Ya, que durante los últimos meses se manifestó para pedir la absolución de los acusados, convocó a la ciudadanía a una acampada de protesta permanente en la plaza frente al Palacio de Justicia, donde desde hace una semana varias mujeres permanecen encadenadas para exigir la liberación de los procesados.

El caso Curuguaty (este de Paraguay) se refiere a un operativo realizado el 15 de junio de 2012 por varios centenares de policías, que acudieron a desalojar a unos 70 campesinos de las tierras que habían ocupado para pedir que se integraran a la reforma agraria.

Durante el desalojo se produjo un tiroteo en el que murieron once campesinos y seis policías, pero la Fiscalía no investigó las muertes de los labriegos.

La matanza de Curuguaty sirvió de base al entonces opositor y hoy gobernante Partido Colorado para impulsar la destitución de Lugo en un juicio político tildado de irregular por instituciones como Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

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La burocracia de la ley de marihuana causa recelo en cultivadores uruguayos

El trámite de registro es el mismo que para cualquier otro tipo de plantas, e incluye la presentación de varios formularios que detallan la actividad productiva, la designación de un responsable técnico del cultivo y el pago de una cuota anual, declaró a Efe la directora ejecutiva de INASE, Cecilia Jones.

/ 7 de mayo de 2014 / 14:23

Pese a contar ya con la esperada ley de la marihuana en Uruguay, los cultivadores cuestionan los numerosos requisitos burocráticos que obstaculizan su aplicación y la adaptación de la sociedad a este escenario único en el mundo.

La ley establece la obligación de registrarse en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) tanto para quienes quieran cultivar marihuana en casa, como para los llamados clubes cannábicos, los compradores del producto en circuito legal, las farmacias dispensadoras de la droga o las empresas que la producirán de forma industrial.

Además, tanto los clubes de cannabis como las personas físicas que cultiven de forma doméstica marihuana para uso recreativo y personal deberán inscribirse en el Registro de Semilleristas y Cultivadores a cargo del Instituto Nacional de Semillas de Uruguay (INASE).

El trámite de registro es el mismo que para cualquier otro tipo de plantas, e incluye la presentación de varios formularios que detallan la actividad productiva, la designación de un responsable técnico del cultivo y el pago de una cuota anual, declaró a Efe la directora ejecutiva de INASE, Cecilia Jones.

Jones advirtió además de que sólo podrán efectuar estos registros una vez hayan obtenido la información del IRCCA, que se encargará de comprobar que los interesados reúnen los requisitos para ser cultivadores legales.

El artículo 16 de la ley exige que los cultivadores sean mayores de edad y ciudadanos uruguayos naturales o legales que acrediten su residencia permanente en el país.

El Estado tiene previsto además publicar en los próximos 15 o 20 días un llamado a licitación para las empresas que quieran producir cannabis psicoactivo a nivel industrial, destinado a su venta en las farmacias que dispensarán la droga.

Se otorgarán un máximo de seis licencias para la producción industrial a empresas, asociaciones o particulares seleccionados «por idoneidad», por «solvencia moral» y por «no tener vínculos con el narcotráfico», según señaló esta semana el secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada.

Por su parte, los clubes cannábicos deberán además inscribirse como asociaciones civiles y tramitar su personalidad jurídica ante el Ministerio de Educación y Cultura.

Todo este proceso de múltiples registros simultáneos genera recelos para muchos activistas, que creen que se ralentizará la puesta en funcionamiento de las disposiciones de la ley.

Por ejemplo, cuestionan la obligación de «tener una única sede para todas sus actividades», ya que a menudo se planta en terrenos rurales o casas particulares pero la asociación civil tiene su sede en otro espacio, como señaló hoy a Efe Hernán Delgado, representante de la asociación Proderechos.

Delgado tampoco está de acuerdo con el artículo 23 de la ley, que establece que las actividades de los clubes estén dirigidas exclusivamente a sus integrantes.

«El Estado pierde así una oportunidad de que los clubes se abran a toda la ciudadanía para educar en prácticas de consumo responsable o reducción de daños», opinó.

Para intentar resolver las dudas de los futuros cultivadores, sea a nivel doméstico o de clubes, la Asociación de Estudios del Cannabis de Uruguay (AECU), una organización civil, brinda asesoramiento legal y operativo.

La formación en materia de cultivo, la redacción de los estatutos del club, la elección del lugar para plantar, el cálculo de los costos económicos, la presentación de solicitudes jurídicas o las implicaciones de los registros son algunos de los temas sobre los que se ofrece orientación, explicó a Efe Juan Vaz, portavoz de AECU.

«El objetivo final es que los consumidores se autogestionen, y ya no dependan ni del mercado informal, ni del mercado legalizado», destacó.

Como asociación civil, AECU posee estatutos y actividades diferentes a los de los clubes de membresía cannábicos, y desde hace años presta apoyo jurídico a cultivadores que tuvieron problemas legales por cultivar marihuana.

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Uruguay, campeón mundial del consumo de whisky, presume de bebida anti-resaca

En Uruguay, un país de 3,3 millones de habitantes, hay 260.000 consumidores problemáticos de alcohol, 62.000 de los cuales son adictos a esta sustancia, según datos divulgados por la Junta Nacional de Drogas del país (JND).

/ 29 de marzo de 2014 / 16:13

En Uruguay, el mayor consumidor per cápita de whisky del mundo y que tiene un 8 % de consumidores problemáticos de alcohol, se vende en bares y discotecas una bebida inventada en el país que se define como el antídoto perfecto contra la resaca.

El producto, comercializado bajo el nombre de Out Alcohol, promete eliminar de la sangre el alcohol ingerido en un plazo no superior a las dos horas.

«Una vez que el producto entra en contacto con la sangre, empieza a eliminar el alcohol, ya que acelera el metabolismo y hace que se expulse más rápido mediante la orina», explicó a Efe Tabaré Burgueño, presidente de Embotelladora Serrana, empresa responsable de la fabricación de Out Alcohol.

La «milagrosa» fórmula de este producto no dista mucho de la de cualquier otro refresco: agua, azúcar, zumo concentrado de limón, jarabe de alta fructosa, caramelo, benzoato y colorantes.

Burqueño insistió en que «no es un producto pensado para engañar al espirómetro» en los controles de alcoholemia que se les practican a los conductores en carretera, sino que pretende «ser un amigo» de aquellos bebedores que quieren sentirse mejor al día siguiente.

En Uruguay, un país de 3,3 millones de habitantes, hay 260.000 consumidores problemáticos de alcohol, 62.000 de los cuales son adictos a esta sustancia, según datos divulgados el pasado mes de noviembre por la Junta Nacional de Drogas del país (JND).

La JND lidera una política integral de lucha contra las adicciones que, además del alcohol, comprende el tabaco y la marihuana, cuya despenalización en este país está dando la vuelta al mundo.

Según este organismo, 800.000 uruguayos confiesan que consumen alcohol a diario, y la mitad de la población reconoce que bebe «regularmente».

El pequeño país sudamericano lidera desde hace cuatro años el ránking mundial en consumo per cápita de whisky, con un promedio de 2,4 litros de este destilado por habitante y año, según una encuesta de la consultora Euromonitor International.

El proceso de aceleración del metabolismo del alcohol que promete Out Alcohol puede relacionarse con un estudio publicado en septiembre de 2013 por la revista científica Food & Function, de la Royal Society of Chemistry, británica, y realizado por un grupo de investigadores de la universidad china de Guangzhou.

La investigación explica cómo el etanol de las bebidas alcohólicas se sintetiza en el hígado gracias a diferentes enzimas, convirtiéndose primero en acetaldehído, una sustancia tóxica, y después en acetato, que es inocuo.

Para evitar la resaca, sería necesario minimizar el tiempo en el que el organismo se encuentra expuesto al acetaldehído, y acelerar el proceso de transformación del alcohol en acetato.

Los químicos chinos, que desarrollaron su estudio in vitro pero no sobre organismos vivos, descubrieron que ciertas bebidas, como el té de hierbas, ralentizaban la síntesis del alcohol, mientras que algunos refrescos de limón, de composición parecida a la del «anti-resaca» uruguayo, estimulaban el proceso, mitigando así el malestar.

Varios productos que ya se comercializan en Europa o Estados Unidos, basados en fórmulas tan variopintas como el extracto de cereales o las píldoras a base de carbón, también afirman actuar acelerando este proceso orgánico.

Estos remedios, pensados para consumirse previamente o durante la ingesta de alcohol, se unen a la larga lista de recetas que el imaginario popular prescribe para el día después de una borrachera.

Desde las clásicas aspirinas o el obvio ibuprofeno, hasta las estrambóticas mezclas caseras de jugos y licuados, pasando por ideas más peregrinas como la de desayunar con cerveza u otro trago, los sábados y domingos amanecen cargados de leyendas urbanas para muchos bebedores, sobre todo jóvenes.

El ritual de pócimas presuntamente mágicas y automedicación recurrente culmina con un devoto juramento de abstinencia: la promesa de no volver a beber… o al menos tanto, pero hasta el siguiente fin de semana.

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Euforia entre consumidores de marihuana uruguayos tras aprobarse regulación

Una marea humana formada por consumidores de marihuana y activistas procannabis desató hoy su euforia en las calles de Montevideo después de que el Senado uruguayo aprobase de forma definitiva el proyecto de regulación de la compraventa y cultivo de esta droga en el país.

/ 11 de diciembre de 2013 / 03:04

Una marea humana formada por consumidores de marihuana y activistas procannabis desató hoy su euforia en las calles de Montevideo después de que el Senado uruguayo aprobase de forma definitiva el proyecto de regulación de la compraventa y cultivo de esta droga en el país.

Los manifestantes aguardaron el resultado de la votación en una plaza junto al Parlamento uruguayo, donde desde primera hora de esta mañana se debatió la iniciativa legislativa, promovida por el gobierno del presidente José Mujica y respaldada por la mayoría parlamentaria del partido oficialista Frente Amplio.

«Es un momento histórico. Uruguay es el primer país del mundo en regular de forma íntegra el cultivo y la venta de cannabis», afirmó Julio Rey, representante de la Coordinadora Nacional por la Regulación de la Marihuana.

Esta plataforma fue la convocante de una marcha que llenó este martes la céntrica avenida Libertador de Montevideo de cánticos en favor de la legalización de la marihuana, cuyo consumo no está penalizado en Uruguay desde hace más de cuarenta años.

Vestidos con prendas de color verde, los manifestantes avanzaron a ritmo de música reggae, y rodearon de manera pacífica el Parlamento para mostrar su apoyo a un proyecto que ahora debe iniciar su fase de reglamentación.

«Fumar de mi huerta no debe ser ilegal», podía leerse en una de las pancartas, en alusión a la regulación del cultivo doméstico de marihuana para consumo personal, que estará limitado a 480 gramos anuales.

Como si de una pipa de la paz se tratara, varios participantes en la marcha hicieron circular humeantes cigarrillos de marihuana de mano en mano mientras tomaban asiento en las escalinatas del Palacio Legislativo.

En la concentración no faltó tampoco la otra planta predilecta de los uruguayos, la yerba mate, ni las tradicionales tortas fritas para paliar el «bajón» o antojo de dulces que provoca el consumo de ciertas variedades de cannabis.

Los activistas se felicitaron porque Uruguay se haya convertido en «un país pionero» en la legalización de la marihuana y consideraron que «la ley supondrá un avance en derechos para los usuarios» de esta droga.

«Mira si será sabio el destino que se aprueba el proyecto de ley precisamente un 10 de diciembre, que es cuando se conmemora el Día de los Derechos Humanos», comentó un activista pro-cannabis.

Entre calada y calada, los manifestantes siguieron la votación posterior al debate parlamentario y recibieron con calurosos aplausos a los senadores que fundamentaron su voto a favor y con sonoras pitadas a quienes se pronunciaron en contra.

El recién aprobado proyecto para la regulación de la compraventa y cultivo del cannabis establece la creación de un ente estatal regulador que se encargará de emitir licencias y controlar la producción y la distribución de la droga.

Los consumidores previamente registrados podrán comprar marihuana en farmacias especialmente habilitadas, hasta un máximo de 40 gramos por mes, o cultivar en casa hasta seis plantas que produzcan no más de 480 gramos por cosecha.

También se abre la puerta a nuevas industrias basadas en el aprovechamiento de la planta del cáñamo, o de los usos terapéuticos del cannabis para la elaboración de productos farmacéuticos.

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