Las embajadas de varios países en la capital de Sudán del Sur han comenzado a repatriar a sus representantes diplomáticos, funcionarios y ciudadanos por temor a un nuevo estallido de los enfrentamientos en este país africano.

Los últimos combates entre leales al presidente sursudanés, Salva Kiir, y partidarios del icepresidente y líder opositor, Riek Machar, causaron al menos 300 muertos y el desplazamiento de más de 30.000 personas.

El portavoz de Kiir, Ateny Wek, informó en declaraciones a Efe de que ellos, como Gobierno, están extrañados por la posición de algunos países que han aconsejado a sus ciudadanos que no permanezcan en Sudán del Sur.

«Nos parece muy extraño el comportamiento de algunos países. La situación actualmente está bajo control, por lo que no hay necesidad de evacuar a los extranjeros fuera del país», destacó el funcionario.

Prevalece en Yuba una cautelosa calma desde que Kiir y Machar anunciaran el lunes pasado un alto el fuego, después de cuatro días de enfrentamientos.

Un responsable de la Embajada sudanesa en Yuba dijo a Efe que han logrado registrar alrededor de 2.000 sudaneses residentes en esa urbe que desean ser repatriados a Jartum hoy viernes.

Además, destacó que hay muchos comerciantes sudaneses que practicaban sus actividades en Yuba y que «sufrieron el saqueo de sus tiendas durante los combates».

Asimismo, la fuente adelantó que los responsables de la embajada de Sudán hablarán con las autoridades de Sudán del Sur cuando terminen de hacer un recuento de las pérdidas para estudiar la manera de indemnizar a estos comerciantes.

Además, un convoy del Ejército ugandés, procedente de Kampala, ha entrado en Sudán del Sur para evacuar a más de 3.000 ugandeses, la mayoría congregados en el paso fronterizo de Nimuli y en la zona de Qemba, en el este de Yuba, a la espera de ser repatriados a su país.

El comandante de la operación, Leopold Kayanda, dijo en declaraciones a la prensa en Yuba que la evacuación de esos civiles duraría dos o tres días debido a problemas en la carretera.

Alemania, China, la India o Egipto han repatriado en los últimos dos días a sus respectivos ciudadanos de Yuba.

Compañías chinas hicieron lo propio con sus trabajadores de la industria del petróleo, a los que trasladaron a la ciudad ugandesa de Entebe con la esperanza de devolverlos a sus lugares de trabajo apenas se estabilice la situación en Yuba.

Por su parte, la representación diplomática de EEUU todavía envía mensajes a sus ciudadanos en la capital sursudanesa para que se trasladen al aeropuerto de acuerdo al horario de sus vuelos diarios para ser evacuados en un avión del Ejército estadounidense.

Según la página web de esa embajada, la repatriación de estadounidenses culminará a principios de la próxima semana, con lo que solo restarán los miembros de su cuerpo diplomático.

La embajadora de EEUU en Yuba, Muly Fay, en un comunicado difundido hoy en la página web de la legación, alentó a todos los ciudadanos sursudaneses que posean la nacionalidad estadounidense a que se dirijan a la embajada para concluir los trámites de sus viajes.

Además, destacó que el Gobierno de su país ha reforzado la protección de sus sedes diplomáticas con 120 efectivos militares.

Ayer, la ONU anunció también que va a evacuar temporalmente al personal no imprescindible de Sudán del Sur, tras el nuevo estallido de violencia en el país y las informaciones de ataques contra empleados e instalaciones de la organización.

La decisión afecta al personal de la misión de paz UNMISS, así como a trabajadores de agencias y programas de las Naciones Unidas que se encuentran en Yuba, explicó el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric.

(15-07-2016)