Jorge Luis Batlle, presidente de Uruguay entre los años 2000 y 2005, falleció hoy a los 88 años de edad en Montevideo erigido como una de las figuras claves de la vida política nacional, reconocido por dirigir al país durante la más reciente crisis económica.

Batlle, nacido en Montevideo el 25 de octubre de 1927 y descendiente de españoles, fue el cuarto miembro de su familia que presidió Uruguay y durante su mandato enfrentó la recesión que sufrió el país en 2002 con un equipo económico poco preparado para las consecuencias de la corrida bancaria argentina.

Tomó posesión del cargo el 1 de marzo de 2000 y sus primeras medidas fueron de índole económico, a tenor del efecto negativo en Uruguay de la crisis financiera en Brasil.

A mediados de 2002, arrastrado por la crisis económica de Argentina, Uruguay se vio envuelto en otra recesión, con la pérdida de riqueza nacional y negativo efectos laborales.

El expresidente Batlle cerró los bancos de la nación durante una semana, en el momento culminante de aquella crisis, determinada por la suspensión de pagos de Argentina de 2001 y sus efectos en los 8.000 millones de dólares de ese país depositados en Uruguay.

Fue el momento en el que el mandatario se hizo tristemente famoso por decir que «los argentinos son todos unos ladrones, del primero al último» y luego disculparse con lágrimas en los ojos.

También jugó contra el país la declaración aquel mismo año de un foco de aftosa que hundió al principal producto de exportación, la carne, y previamente la devaluación del real brasileño en 1999.

Se destacó en este periodo la relación de Batlle con su homólogo estadounidense, George W. Bush, que terminó apoyando un adelanto de 1.500 millones de dólares del crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) destinados a capitalizar los bancos estatales, lo que permitió que Uruguay comenzara a salir de la crisis económica.

Con el paso de los años Batlle fue destacado por no declarar el default (suspensión de pagos) a pesar del pedido del FMI, a diferencia de lo que hicieron otros países en crisis como Argentina.

La presidencia de Batlle fue la cuarta de una saga familiar que comenzó con su bisabuelo, Lorenzo Batlle y Grau, que fue mandatario entre 1868 y 1872; continuó su tío abuelo, José Batlle y Ordóñez, quien dirigió al país en tres ocasiones, 1899, 1903-1907 y 1911-1915; y prosiguió su padre, Luis Conrado Batlle Berres, que desempeñó la primera magistratura entre 1947-1951 y 1954-1958.

Licenciado en Derecho en 1956, comenzó el ejercicio político en 1958, con 31 años, cuando fue electo diputado por el sector batllista del Partido Colorado, cargo que mantuvo hasta 1967.

Fue candidato a la Presidencia de la República en 1966 y 1971, y diputado nacional hasta el golpe de Estado de Juan María Bordaberry en 1973.

Desde ese momento tuvo un cargo representativo pues su formación, como la de otros políticos, estuvo proscrita hasta 1984 Batlle terminó trabajando en Brasil junto con dos socios uruguayos vendiendo ganado.

Con la victoria del Partido Colorado en las elecciones generales de 1984, fue elegido senador y su correligionario Julio María Sanguinetti, presidente de la República.

Líder junto con Sanguinetti, consiguieron en mayo de 1989 la candidatura de su partido para la Presidencia de la República de cara a las elecciones de noviembre posterior.

En ellas perdió frente al candidato del Partido Blanco Luis Alberto Lacalle. Esa derrota lo señaló como «gran perdedor».

En las elecciones del 27 de noviembre de 1994, Sanguinetti logró de nuevo ser presidente y Batllé obtuvo un escaño en el Senado (1995-2000) y el 25 de abril de 1999 ganó en las primarias del Partido Colorado para la Presidencia de la República y en noviembre se impuso a Tabaré Vázquez, del Frente Amplio, en las presidenciales, con el 51,6 % de los votos.

El 1 de marzo de 2005 legó la jefatura del Estado al socialista Tabarés Vázquez y fue electo senador pero renunció a su banca.

Desde ese momento se mantuvo alejado de la vida política, manteniendo su consultoría a nivel privado, escribiendo en redes sociales columnas de opinión sobre la coyuntura nacional e internacional y dedicado a sus dos hijos y cuatro nietos.

En su trayectoria destaca también su desempeño como periodista, oficio en el que se inició en 1943 como redactor del diario «Acción», fundador por su familia, en el que llegó a ser director.

Durante esa época también realizó un programa de jazz en radio Ariel.

También escribió en importantes medios locales como el diario El Día, fundado por su tío abuelo José Batlle y Ordóñez.