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Caso LaMia: Los pasajeros del CP2933 pensaron que descendían para aterrizar

La noche del lunes 28 de noviembre, cuando 71 de ellos estaban a punto de morir prácticamente destrozados, pasajeros y tripulantes del avión CP2933 de la empresa LaMia pensaban que el descenso de la aeronave era para aterrizar en el aeropuerto de Río Negro, en Medellín, tal como lo habían anunciado en el sistema de comunicación de la aeronave.

Una semana después del accidente que se llevó a la plantilla del club brasileño Chapecoense se conocen detalles escalofriantes de lo que ocurrió en esos fatídicos segundos previos al horror.

El boliviano Erwin Tumiri, uno de los cinco supervivientes del siniestro y el que mejor se recupera de esta aterradora experiencia, fue entrevistado por Blu Radio de Colombia y contó lo que ocurrió en esos segundos previos a que se estrelle la aeronave con 76 personas a bordo.

“En ese momento nadie sabía qué es lo que estaba pasando. En ese momento todos creíamos que íbamos a aterrizar normal porque ya había anunciado el piloto, o el tripulante, que nos sentáramos, que nos abrocháramos los cinturones y que ya íbamos a aterrizar”, recordó.

Entonces la aeronave se acercaba a Río Negro y el piloto Miguel Quiroga (+) había tomado contacto con la torre de control para informar que tenía problemas y que debía aterrizar. Lo que ocurría es que la aeronave se quedaba sin combustible porque no había cargado lo suficiente, como indican las normas internacionales.

Los pasajeros ni parte de la tripulación fuera de cabina estaban enterados de ello, según relata Tumiri, aunque el anuncio de aterrizaje hizo que todos se colocaran los cinturones de seguridad, que al final salvaron solo cinco vidas.

“En ningún momento nos dijeron nada los pilotos. Yo supuse que era un aterrizaje normal. Esperaba tocar tierra en un aterrizaje normal”, relató el boliviano de 25 años, quien durante la entrevista menciona en varias oportunidades a Ximena Suárez , la otra boliviana superviviente, quien aún se recupera en Colombia.

El relato del boliviano abunda en detalles sobre esos segundos previos al desastre. Dice que antes del anuncio de pronto aterrizaje los pasajeros se encontraban haciendo diversas actividades sin sospechar en lo mínimo lo que se vendría, que él se ubicó en la parte de atrás y que el golpe a tierra lo sorprendió como a todos.

Revela que fue él quien primero ayudó a su compañera Ximena Suárez, pero que luego no podía pararse. Atribuye esto a la adrenalina y confiesa que aún no recuerda todo en detalle porque no sabe cuánto tiempo estuvo inconsciente.

Lo que sí recuerda es que, antes de partir, le llamó la atención que el vuelo no aterrice en Cobija, como inicialmente le habían informado, y que partiría directo hasta Medellín.

En Colombia habían recibido la información de que el vuelo llegaba de Cobija y esa escala era necesaria para que se cargue el combustible suficiente que pudo evitar la desgracia.