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Pekín y Seúl advierten tomarán nuevas medidas contra Pyongyang en caso de prueba nuclear

Una amenaza que parece aún más creíble desde el jueves, cuando Estados Unidos lanzó misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea siria desde donde, según Washington, despegaron los aviones responsables de un ataque químico contra la localidad rebelde de Jan Sheijun, el martes. 

/ 10 de abril de 2017 / 14:12

China y Corea del Sur coincidieron este lunes en la necesidad de tomar nuevas medidas contra el régimen norcoreano si éste lleva a cabo una prueba nuclear, en momentos en que una flotilla aeronaval estadounidense se dirige hacia la península coreana.

 «Acordamos que debería haber duras medidas adicionales, basadas en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, si el Norte sigue adelante con un ensayo nuclear o el lanzamiento de un misil balístico intercontinental, a pesar de las advertencias de la comunidad internacional», declaró a la prensa Kim Hong-kyun, el enviado de Seúl para cuestiones nucleares, tras reunirse en la capital surcoreana con su homólogo chino, Wu Darei.  

Pyongyang podría estar planeando «una provocación estratégica» para marcar fechas políticas claves este mes, dijo Kim, que añadió que la visita del alto diplomático chino enviaría «un fuerte aviso» al régimen norcoreano. Wu, por su parte, no habló con la prensa tras el encuentro.   China es el único aliado y apoyo económico de Corea del Norte, y en febrero decidió suspender todas sus importaciones de carbón norcoreano como castigo por la última prueba de un misil de Pyongyang.    

¿Sexta prueba nuclear norcoreana?

Numerosos observadores temen que Corea del Norte prepare un sexto ensayo nuclear con motivo de las inminentes celebraciones del 105º aniversario del nacimiento del fundador del régimen, Kim Il-sung.   El presidente estadounidense Donald Trump, que sorprendió la semana pasada por la rapidez con la que decidió bombardear una base aérea siria, pidió a sus asesores «un abanico completo de opciones» contra el programa nuclear de Pyongyang, anunció el domingo su consejero de seguridad nacional, el general H.R. McMaster.  

El encuentro de este lunes tuvo lugar días después de la primera cumbre entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, durante la cual el presidente estadounidense exhortó a Pekín a hacer más para frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte.   «(Estamos) preparados para trazar nuestra propia estrategia si China no puede coordinar esto con nosotros», declaró el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, tras la reunión entre Trump y Xi.  

Una amenaza que parece aún más creíble desde el jueves, cuando Estados Unidos lanzó misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea siria desde donde, según Washington, despegaron los aviones responsables de un ataque químico contra la localidad rebelde de Jan Sheijun, el martes.  

Varios expertos sobre la cuestión norcoreana consideran, de hecho, que el ataque estadounidense fue también una señal hacia Pyongyang y Pekín para mostrar un cambio de estrategia de Washington respecto a los temas geopolíticos más complejos.   Corea del Norte calificó el ataque estadounidense en Siria de «agresión intolerable», que demostraba «más de un millón de veces» la pertinencia de su programa nuclear.

‘Pensar en la población’

El régimen de Kim Jong-un, que quiere que sus cabezas nucleares puedan alcanzar el territorio continental de Estados Unidos, ha acelerado mucho sus programas atómico y balístico en los últimos tiempos, realizando sus cuarto y quinto ensayos nucleares desde principios de 2016.  

El ministro surcoreano de Unificación, Hong Yong-pyo, opinó el lunes que las repercusiones de una posible acción militar contra Corea del Norte podrían ser preocupantes.   «Unos ataques preventivos quizás busquen resolver el problema nuclear norcoreano, pero nosotros tenemos que pensar en la seguridad de la población», dijo a los periodistas.  

El interés de los bombardeos es que Estados Unidos podría «desnuclearizar al Norte por la fuerza», explica por su parte James Kim, analista del Instituto Asan de Estudios Políticos de Seúl. «Pero esto tendría un coste enorme para la región y para Estados Unidos», añade, alertando sobre el riesgo de una desestabilización regional. (10/04/2017)

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Las dos Coreas, cara a cara en sus primeras conversaciones en dos años

La reunión llega después de que el líder norcoreano, Kim Jong-Un, planteara en su discurso de Año Nuevo la posibilidad de enviar una delegación de deportistas a los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Pyeongchang, en Corea del Sur.

/ 9 de enero de 2018 / 02:42

Las dos Coreas comenzaron este martes su primer cara a cara en más de dos años, centradas en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, tras las exacerbadas tensiones provocadas por las ambiciones nucleares de Pyongyang.

La reunión llega después de que el líder norcoreano, Kim Jong-Un, planteara en su discurso de Año Nuevo la posibilidad de enviar una delegación de deportistas a los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Pyeongchang, en Corea del Sur.

Seúl respondió con una oferta de diálogo y la semana pasada se restableció el «teléfono rojo» intercoreano, tras casi dos años suspendido.

La reunión de este martes tiene lugar en Panmunjom, ciudad fronteriza en la que se firmó el alto el fuego de la guerra de Corea (1950-1953), en la zona desmilitarizada (DMZ) que divide la península.

Poco antes de que los cinco miembros de la delegación surcoreana partieran hacia Panmunjom, el ministro de Unificación, Cho Myung-Gyun, afirmó que las dos partes se centrarán en la participación del Norte en los Juegos de Pyeongchang, pero que en la agenda también están previstos otros temas.

«Hoy abordaremos la participación de Corea del Norte en las Olimpiadas y Paralimpiadas de Pyeongchang, y también la cuestión de la mejora de las relaciones intercoreanas», dijo a la prensa Cho, quien lidera la delegación surcoreana.

Seúl ha bautizado a la competición en Pyeongchang como las «Olimpiadas de la paz», pero para que la descripción tenga sentido es necesario que Pyongyang participe.

Si el Norte acepta, una de las principales cuestiones a abordar será si los deportistas de las dos Coreas hacen una aparición conjunta en las ceremonias de apertura y clausura, como ocurrió en Sídney-2000, Atenas-2004 y en los Juegos de Invierno de Turín-2006.

También se tratará la composición de la delegación norcoreana y su hospedaje, que se espera que sea costeado por Seúl.

El grupo podría pernoctar en un crucero en Sokcho, a una hora de carretera de las instalaciones olímpicas, lo que permitiría vigilar y controlar de cerca sus movimientos.

Con apenas un puñado de atletas calificados para los deportes de invierno, los analistas ven probable que Corea del Norte envíe una significativa cantidad de animadoras a los Juegos de Pyeongchang, entre el 9 y el 25 de febrero.

«Para que Corea del Norte logre el efecto deseado y atraiga la atención, tendrá que enviar a su brigada de reinas de la belleza», dijo An Chan-Il, un desertor reconvertido en investigador en el Instituto Mundial de Estudios Norcoreanos.

La prensa surcoreana ha dado a entender que el Norte podría enviar una delegación de alto nivel en la que estaría la hermana pequeña de Kim Jong-Un, Yo-Jong, alta dirigente del Partido de los Trabajadores, en el poder.

Más allá de los Juegos

Cho, el alto funcionario surcoreano encargado de las relaciones con el Norte, es un veterano negociador en cuestiones intercorenas, que lleva desde 1990 participando en las conversaciones con el Norte.

El jefe negociador de Pyongyang, Ri Son-Gwon, tiene un papel similar en tanto que líder del Comité para la Reunificación Pacífica de Corea.

Ri ha participado sobre todo en conversaciones militares con el Sur, y es conocido por haberse ido dando un portazo tras apenas unos minutos de reunión en 2010, al rechazar cualquier implicación de Pyongyang en el hundimiento de un buque de guerra surcoreano.

Ambos bandos podrían poner sobre la mesa otras cuestiones, lo que los analistas consideran que será un reto mucho mayor.

El Sur quiere abordar la reanudación de las reuniones familiares, pero Pyongyang ya desdeñó ofertas pasadas, al asegurar que no se plante más reuniones a menos que el Sur repatrie a varios de sus ciudadanos.

El Norte probablemente querrá debatir el fin permanente de los entrenamientos militares anuales entre Corea del Sur y Washington.

Washington y Seúl acordaron la semana pasada posponer los ejercicios de este año hasta después de los Juegos, en un intento de calmar los ánimos. (08/01/2018)

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