Mundo

Thursday 18 Apr 2024 | Actualizado a 15:34 PM

Macron cierra con tendencia ascendente la campaña frente a Le Pen

/ 5 de mayo de 2017 / 20:52

El candidato socioliberal a la Presidencia de Francia, Emmanuel Macron, cerró hoy con tendencia ascendente la campaña frente a su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, que parece haber entrado en una espiral negativa.

No solo los sondeos parecen dar por segura la victoria del exministro de Economía, sobre todo tras el debate televisado del pasado miércoles, sino que, además, Macron ve cómo Le Pen no ha conseguido capitalizar las dudas que generaba su programa.

Los sondeos publicados hoy, último día en que la ley permite hacerlo, muestran que el debate ha dado un duro golpe a la aspirante ultraderechista y ha consagrado la ventaja amplia que desde la primera vuelta electoral auguraban a Macron.

La diferencia de 24 puntos entre ambos aparece como un abismo que ha llegado, incluso, a agrietar la roca que parecía ser la extrema derecha francesa en torno a su campeona.

Primero fue su padre y mentor, Jean-Marie Le Pen, quien aseguró que la candidata no había estado a la altura durante el cara a cara y poco después su sobrina Marion Maréchal-Le Pen afirmó que, tras aquel duelo televisado, «si obtiene un 40 %» de los votos en la segunda vuelta del domingo próximo, «ya sería una victoria».

La aspirante de la extrema derecha ha visto cómo la buena estrella con la que afrontó la campaña se ha ido fundiendo.

Favorita para imponerse en la primera vuelta de abril desde inicios de año, sus intenciones de voto se fueron moderando a medida que se acercaba el sufragio y acabó segunda, por detrás de Macron.

Incluso un responsable de su partido confesaba al vespertino «Le Monde» que, si la campaña hubiera durado una semana más, habría sido superada por el conservador François Fillon, del que solo le separaron medio millón de papeletas de 37 millones que votaron.

Algo similar le sucedió en la campaña para la segunda ronda, que comenzó dándose un baño de masas en una empresa en huelga en Amiens (norte de Francia) donde Macron era abucheado.

Pero la ha terminado con la otra cara de la moneda, puesto que hoy, en el último día de campaña, fue ella quien escuchó los silbidos de un grupo de manifestantes tras visitar la catedral de Reims, en el este del país.

En dos semanas, la sonrisa de Le Pen por ver abucheado a su rival se tornó en el gesto grave con el que abandonó hoy el templo por una puerta trasera, en medio de insultos.

Los sondeos indican que Le Pen no ha sabido atraer a su candidatura a los electores de los aspirantes eliminados en el primer turno.

Ni sus guiños al electorado conservador de Fillon, a quien llegó a plagiar partes completas de un discurso, ni los lanzados al del izquierdista Jean-Luc Mélenchon parecen haber surtido efecto.

Las encuestas le dejan por debajo del 40 % de los votos, tras agregar a sus 7,5 millones de sufragios el 23 % de los 7 millones de personas que apoyaron a Fillon y el 14 % de los otros tantos que lo hicieron por Mélenchon.

Todo lo contrario que su oponente, que se dio un baño de masas en Rodez y Toulouse, en el sur de Francia, y que aguarda tranquilo que los augurios de los sondeos cristalicen el domingo.

Su victoria parece segura, pese a que el llamado «Frente Republicano», el que apela a votar contra la extrema derecha sea quien sea el rival, no ha gozado del mismo vigor en esta ocasión del que tuvo en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen se midió al conservador Jacques Chirac.

Los sondeos señalan que Macron, que acabó con 8,5 millones de sufragios en la primera vuelta, tendrá el respaldo del 45 % de los votantes de Fillon, el 54 % de los de Mélenchon y el 72 % de los del socialista Benoît Hamon. (05/05/2017)

Comparte y opina:

América Latina pone el acento en la ayuda a los más pobres en la COP21

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró que el "nuevo régimen climático" no debe frenar el desarrollo económico.

/ 30 de noviembre de 2015 / 20:13

Los líderes latinoamericanos pusieron hoy el acento en la ayuda que necesitarán los países en vías de desarrollo para lograr los objetivos previstos en la cumbre del clima de París (COP21), al tiempo que hicieron hincapié en la necesidad de lograr un acuerdo ambicioso y vinculante.

Una veintena de presidentes procedentes de América Latina participaron en la apertura de la cumbre que pretende buscar un pacto que sustituya al Protocolo de Kioto de 1997 y concluirá el 11 de diciembre.

Pero reducir las emisiones de gases contaminantes para limitar el calentamiento climático debe ir acompañado de ayudas para que no suponga un freno al desarrollo de los países más pobres, indicaron los líderes latinos.

«Hay un sentimiento de urgencia y tenemos que dar muestras de liderazgo. Nuestra acción será útil si es colectiva», aseguró la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que señaló que el acuerdo de París debe «contribuir al desarrollo mundial» e ir asociado «a la erradicación de la pobreza y el fomento de un empleo decente».

Como el resto de sus homólogos, Rousseff pidió que sea «jurídicamente vinculante» y no suponga «solo la suma de las contribuciones de cada uno», sino que abra «una nueva vía para comprometernos en la lucha contra el cambio climático».

«Las diferencias entre los diferentes países no deben minar nuestros objetivos. Los países desarrollados tienen que buscar otras fuentes energéticas y el acuerdo debe conducir a una convergencia que una las contribuciones de todos», dijo.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró que el «nuevo régimen climático» no debe frenar el desarrollo económico.

«Asumamos el reto, seamos la generación que tomó las decisiones necesarias para consolidar el desarrollo sostenible», apuntó.

El peruano Ollanta Humala, el primer líder extranjero en dirigirse al plenario en su condición de anterior anfitrión de la COP, advirtió de que el mundo «no puede permitirse un fracaso en París» tras el de Copenhague de 2009, cuando no se logró un acuerdo para sustituir a Kioto.

Para el presidente de Perú, el acuerdo parisino debe ser «operativo» y contener «compromisos firmes» para «hacer más transparentes y previsibles» los objetivos.

Sin olvidar, dijo Humala, que hay que tener en cuenta «la financiación de la transición climática» para los países en vías de desarrollo y «el traspaso de energía».

Para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, «detener el cambio climático es el mayor reto de la humanidad en toda su historia» y su país estará en mejores condiciones de afrontarlo cuando acabe su conflicto armado, porque las guerrillas «se convertirán en aliadas» en ese combate.

«Colombia está plenamente comprometida, pero no aceptaremos cualquier tipo de acuerdo», dijo Santos, que abogó por un pacto dinámico y con verificaciones «dinámicas», que permita que «este planeta sea por muchos milenios la casa de la raza humana».

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, pidió que no se olviden «los océanos» en la negociación, al tiempo que reclamó que se aborde también con la perspectiva de género, porque «las mujeres son víctimas» del cambio climático «pero también son solución».

«Actuar se ha vuelto ineludible», subrayó Bachelet, para quien en estos momentos se viven «ya las consecuencias de la inacción pasada».

Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Ecuador, Rafael Correa, responsabilizaron al capitalismo de los actuales problemas del planeta, por lo que coincidieron en señalar que son las economías más desarrolladas quienes más tienen que contribuir a la solución.

Para hacerlo, propusieron la creación de «una Corte Internacional de Justicia Ambiental para proteger los derechos de la naturaleza», que Correa anunció y Morales respaldó.

«Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, para pagar deudas financieras, pero no para proteger a la naturaleza y obligar a pagar las deudas ambientales», aseguró Correa, que culpó de esto a «la perversa lógica de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas».

«La ‘madre Tierra’ está acercándose al crepúsculo de su ciclo vital, cuya causa estructural corresponde al sistema capitalista», que ha desarrollado «una fuerza arrolladora y destructiva en nombre de la libertad de mercado, de la libre competencia y de los derechos humanos», dijo por su parte Morales.

El presidente boliviano apeló «a las potencias capitalistas a que cesen la irreversible destrucción del planeta» y las acusó de «producir a escala infinita bienes de consumo descartables que hoy están destrozando la naturaleza, degradando el trabajo, produciendo guerras de conquista y destruyendo la convivencia».

Comparte y opina:

«No me quito de la mente su cara, se me murió en los brazos»

Los ojos de Sophie se ponen cristalinos cuando relata lo que sucedió. Por eso, la joven se trasladó hoy hasta la cédula de apoyo psicológico instalada por las autoridades en la Escuela Militar, una academia castrense situada a dos pasos de la Torre Eiffel.

/ 14 de noviembre de 2015 / 18:26

Sophie pasaba anoche unas horas en París, en el apartamento que su padre tiene justo encima del restaurante «Le Petit Cambodge», uno de los seis sitios atacados en la capital francesa.

«Al principio creíamos que eran petardos o fuegos artificiales, pero pronto nos dimos cuenta de que era mucho más grave», relata a Efe la joven.

Pese a sus apenas 17 años esta estudiante en adiestramiento de perros se lanzó a la calle. «Tenía que ayudar, era un horror lo que veía por mi ventana», asegura.

Sophie tiene nociones de primeros auxilios, pero el escenario que encontró superaba su cualificación: «No había médicos y había muchos cuerpos por el suelo, encima de las mesas, sangre por todos los lados».

Enseguida llegaron las patrullas policiales y un par de médicos voluntarios. Uno de ellos le dijo a Sophie que se ocupara de una mujer cubierta de sangre. «Tenía una importante hemorragia. La médico me dijo: ‘Háblale, no dejes que pierda la consciencia'».

La joven le tomó la cabeza entre sus brazos y no cesó de decirle cosas. «Ese rato se me hizo eterno. Un minuto antes de que llegaran los servicios de emergencia sufrió un paro cardiaco y murió. No me quito de la mente su cara, se me murió en los brazos».

Los ojos de Sophie se ponen cristalinos cuando relata lo que sucedió. Por eso, la joven se trasladó hoy hasta la cédula de apoyo psicológico instalada por las autoridades en la Escuela Militar, una academia castrense situada a dos pasos de la Torre Eiffel.

Allí le han atendido algunos de las decenas de psicólogos que reciben un incesante goteo de familiares, de afectados y de todos aquellos que consideran que el atentado más sangriento que ha sufrido Francia puede dejarles secuelas.

Como a Sophie, los galenos les escuchan y les aconsejan. «Es importante que saquen lo que llevan dentro, que evacúen la angustia en la medida de lo posible», señala un psicólogo voluntario a la salida del centro.

En el interior se suceden las escenas de terror, según relatan testigos. Una mujer, desesperada, pregunta por su hijo. Una familia entera afirma que su padre debía estar en el Bataclan, la sala de fiestas que albergaba un concierto y que se convirtió en la tumba de más de 80 personas.

Otra mujer, desconsolada, se abalanza sobre los agentes que custodian el lugar. Lleva un cartel donde, bajo la foto de su hermano, puede leerse: «Perdido en el Bataclan».

Pierre-Yves vive en el animado barrio donde los terroristas acabaron con decenas de personas.

Acababa de subir a su casa cuando sonaron los disparos. «Fue como pasar del día a la noche en apenas un segundo», asegura. Recuerda que se trata de un barrio animado, «siempre lleno de vida», que los terroristas «convirtieron en un cementerio».

«Los cuerpos estaban sobre las mesas de la terraza. Cuando bajé me quedé paralizado. Yo mismo podía haber estado allí», asegura.

Desde el balcón de su casa, Pierre-Yves puede ver «Le Petit Cambodge» y el «Carrillon», los dos restaurantes atacados de este barrio, cerca del Canal de Saint-Martin, una zona de moda de la noche parisiense.

«Buscan matar, golpear donde más duele, donde hay más vida», reitera este parisiense que sostiene que no tiene miedo.

«No puedo sentir miedo. Siento tristeza. Siento que nos va a costar quitarnos la angustia que veía anoche en cada rostro», apunta.

Comparte y opina:

La vida oculta del líder cubano Fidel Castro, revelada en un libro

/ 21 de mayo de 2014 / 23:35

«En contra de lo que siempre dice, nunca ha renunciado al confort del capitalismo ni ha elegido vivir con austeridad», escribe Juan Reinaldo Sánchez, que durante 17 años fue guardaespaldas de Fidel Castro y que ahora publica un libro sobre la vida privada del líder de la revolución cubana.

Yates lujosos, una veintena de residencias repartidas por toda la isla o partidas de caza «a lo Luis XV», tanto en las frondosas provincias del norte como en los privilegiados fondos marinos, son algunos de los detalles que saca a la luz «La cara oculta de Fidel Castro», escrito junto al periodista francés Axel Gyldén y que estará en las librerías francesas el próximo día 28.

El comandante se cuidó mucho de mantener lejos de la vista de los cubanos su vida privada, «el secreto mejor guardado de la Revolución», asegura Juan Reinaldo Sánchez, según los extractos del libro que ha podido consultar Efe.

El hombre que acompañó casi a diario a Fidel entre 1977 y 1994 describe el lujoso yate del líder, «Aquarama II», copiado del de un allegado del régimen de Fulgencio Batista (presidente de Cuba entre 1940-1944 y de facto en 1952-1959), con cuatro motores, que le regaló el dirigente soviético Leónidas Breznev.

Fondeado en su puerto privado de Bahía de Cochinos, cada paseo del barco implica todo un despliegue, que incluye otros dos navíos, uno de ellos totalmente medicalizado, una patrullera militar y varios aviones en alerta para evitar que el comandante sufra un atentado.

En general, el «Aquarama II» sirve para dar agradables paseos marítimos, pero también para ir a Cayo Piedra, una pequeña isla situada en el sureste de Cuba, un «paraíso para millonarios» en el que Castro reposa rodeado de lujo.

«Fidel Castro ha dado a entender que la Revolución no le dio ningún respiro, ningún placer; que ignoraba y despreciaba el concepto burgués de vacaciones. Mentía», afirma Sánchez.

El guardaespaldas relata que él estuvo «cientos de veces» en ese «pequeño paraíso», donde era el encargado de escoltar al comandante durante sus numerosas batidas de caza submarina en unos fondos marinos casi vírgenes.

En cuanto el tiempo era clemente, Fidel y su esposa Dalia acudían casi cada fin de semana a Cayo Piedra, mientras que en la temporada de lluvias el comandante prefería la caza del pato en la mansión «La Deseada», situada en la provincia de Pinar del Río.

«En agosto, los Castro se instalaban durante un mes en su isla de ensueño», desde la que el líder acudía a La Habana en helicóptero si algún imperativo así lo exigía, añade.

Ningún cubano de a pie penetró en la secreta isla de Castro, a la que solo un reducido grupo de privilegiados, casi todos extranjeros, fueron invitados.

Reinaldo Sánchez recuerda al expresidente colombiano Alfonso López Michelsen, al empresario francés Gérard Bourgoin, conocido como el «rey del pollo», el propietario de la CNN Ted Turner o el dictador de la República Democrática Alemana Erich Honecker.

Aunque los más habituales del lugar eran el escritor Gabriel García Márquez y el héroe de la revolución Antonio Núñez Jiménez.

En una de esas visitas, indica el autor, Fidel propuso a «Gabo» lanzarse a la conquista de la presidencia colombiana con el apoyo de Cuba, pero el escritor «prefería disfrutar de los placeres de la vida quedándose confortablemente al margen de la política».

Lo que no consiguió con García Márquez, tener un peón en Colombia, lo logró años más tarde con Hugo Chávez en Venezuela, señala Reinaldo Sánchez, quien asegura que el líder cubano «siempre tuvo en la línea de mira el petróleo» de ese país.

«Sabía que era la clave para financiar su sueño internacionalista de oponerse a Estados Unidos», agrega.

«La cara oculta de Fidel Castro» no describe solo el lujo de la vida del dictador cubano, sino que también analiza otros aspectos de su régimen, la dinastía familiar, seguida por la de su hermano Raúl.

El exguardaespaldas también se centra en la costumbre que tenía Fidel de grabar a todos sus colaboradores y allegados o su intento por extender la revolución a Nicaragua.

Reinaldo Sánchez cayó en desgracia en 1994 por pedir la retirada y la jubilación.

Fue encarcelado y, tras múltiples peripecias, logró escapar en 2008 para reunirse con su familia en Estados Unidos.

Comparte y opina:

Últimas Noticias