La policía cree que una célula de 12 personas participó en atentados en España
La policía identificó formalmente este viernes los cadáveres de tres de ellos. Son los marroquíes Moussa Oukabir, Said Aallaa y Mohamed Hychami, de 17, 18 y 24 años de edad respectivamente
La investigación sobre los dos atentados que dejaron 14 muertos y más de 120 heridos en Cataluña, en el noreste de España, avanzaba rápidamente este viernes, destapando la existencia de una célula de 12 personas que pasó al acto precipitadamente tras el fracaso de su plan inicial.
El comisario jefe de la policía regional, Josep Lluís Trapero, indicó en una entrevista para el canal público regional TV3 que 12 personas podrían haber estado implicadas en los dos atropellamientos masivos de Barcelona y Cambrils, unos 120 km más al sur.
Entre ellas, cuatro fueron detenidas entre el jueves y el viernes y una sigue en paradero desconocido. Las autoridades difundieron la identidad del sospechoso huido y una fotografía suya. Se trata de Younès Abouyaaqoub, un marroquí de 22 años.
Otros cinco hombres fueron abatidos en la madrugada de viernes en Cambrils, tras atropellar a varios transeúntes con un coche. La policía identificó formalmente este viernes los cadáveres de tres de ellos. Son los marroquíes Moussa Oukabir, Said Aallaa y Mohamed Hychami, de 17, 18 y 24 años de edad respectivamente, todos habitantes de una localidad del norte de la región, Ripoll, según la policía.
Los otros tres sospechosos han sido identificados pero no detenidos, señaló Trapero. La policía sospecha que dos de ellos podrían haber muerto en el incendio de una casa en Alcanar, 200 km al sur de Barcelona, donde el grupo preparaba supuestamente artefactos explosivos.
En ese domicilio, «hay restos de dos personas diferentes, estamos trabajando para probar que son dos de estas tres personas que están también identificadas. Y nos quedaría un tercero», dijo el comisario.
El comisario aseguró además que los agentes todavía no han identificado al conductor de la furgoneta blanca que sembró el pánico en las transitadas Ramblas de Barcelona.
A las 16H50 (14H50 GMT) del jueves, una furgoneta blanca atropelló a decenas de peatones en la céntrica avenida de Barcelona, matando a 13 personas y dejando a más de 120 heridos. El ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Horas después, pasada la medianoche, un automóvil arrolló a varias personas, matando a una de ellas, en el paseo marítimo de Cambrils antes de impactar con un vehículo de la policía regional, los Mossos d’Esquadra.
Los cinco ocupantes del coche, que llevaban falsos cinturones explosivos, un hacha y cuchillos fueron abatidos por la policía. Un solo agente mató a cuatro de ellos, según un portavoz de las fuerzas de seguridad, que destacó su valentía.
Menos de 24 horas mas tarde, un país consternado vio una manifestación excepcional: el rey Felipe VI, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy y su homólogo catalán Carles Puigdemont guardaron un minuto de silencio en el centro de Barcelona, acompañados de miles de ciudadanos, que estallaron espontáneamente en un canto de «no tinc por» («no tengo miedo» en catalán).
Las Ramblas, la turística avenida donde ocurrió el atropellamiento, se llenó este viernes de colores en memoria de las víctimas, con altares improvisados con flores y velas y carteles que leían: «Las Ramblas lloran, pero están vivas».
«Barcelona y las Ramblas deben seguir siendo símbolo de paz y de acogida», dijo a la AFP Cristina Olivé, una enfermera barcelonesa.
El ambiente conmemorativo se tensó brevemente la tarde del viernes cuando una veintena de personas de extrema derecha intentó manifestarse en Las Ramblas gritando «no más mezquitas», pero fueron abucheados por la gente con gritos de «fuera fascistas».
Llamando a la unidad, Rajoy declaró en Barcelona: «Es muy importante que seamos capaces de trabajar juntos (…) y seamos capaces de trabajar como un equipo», en un mensaje velado al gobierno independentista catalán, que pretende separarse de España.
La masacre, reivindicada por el EI, podría haber sido peor, reconoció la policía. «La tesis que estamos barajando» es que «se estaban preparando ya desde hace algún tiempo alrededor de este domicilio de Alcanar», explicó Josep Lluís Trapero.
El estallido en la casa donde presuntamente preparaban explosivos evitó «atentados de mayor alcance», añadió. Se sacaron varias decenas de bombonas de gas de la vivienda, que quizás podrían haber servido para fabricar artefactos.
Los atacantes debieron actuar «de manera más rudimentaria siguiendo la estela de los otros atentados en ciudades europeas», dijo.
Mientras, este viernes seguían apareciendo historias trágicas de familias afectadas por los ataques, que dejaron víctimas de al menos 35 nacionalidades.
«Desaparecido en Barcelona», puede leerse en un mensaje colgado en Facebook por Tony Cadman, quien busca a su nieto australiano de siete años que desapareció en el ataque de las Ramblas.
Debajo del texto, una fotografía muestra a un niño sonriente, identificado como su nieto Julian Alessandro Cadman, con una sudadera de color verde y el nombre de su guardería.
«Encontramos a Jom (mi nuera) y ella está grave pero estable en el hospital» pero el niño todavía no ha aparecido, dice la publicación.
De los 126 heridos en los dos ataques, 61 han sido dados de alta, pero 17 siguen en estado crítico, indicó el organismo en su último parte.
España, tercer destino turístico más popular del mundo, había quedado al margen hasta ahora de los recientes ataques yihadistas que el EI perpetró en Francia, Bélgica, Alemania y Reino Unido.
Sin embargo, el 11 de marzo de 2004, el país vivió los peores atentados yihadistas cometidos en Europa con varias bombas en trenes de cercanías de Madrid que causaron 191 muertos, reivindicados por Al Qaida.
Cataluña tiene la mayor concentración de islamistas radicalizados en el país junto con Madrid y las ciudades de Ceuta y Melilla, enclaves españoles en el norte Marruecos. (18/08/2017)