La tumba de Fidel Castro comenzó a diseñarse en 2006, el año en que enfermó
El lugar donde sería enterrado Fidel Castro fue durante muchos años un gran misterio para los cubanos que solo se desveló días después de la muerte del líder de la revolución, fallecido el 25 de noviembre del año pasado a los 90 años.
La tumba del expresidente cubano Fidel Castro en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, comenzó a diseñarse en 2006, el mismo año en que una grave enfermedad intestinal motivó su retirada del poder, que delegó en su hermano menor, Raúl Castro.
Fue precisamente Raúl Castro, actual presidente y que en aquel momento era ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) quien «le encomendó la tarea en 2006» al matrimonio de arquitectos
Eduardo H. Lozada y Marcia Pérez, quienes concibieron el diseño del recinto, revela hoy un artículo en el diario estatal «Juventud Rebelde».
El lugar donde sería enterrado Fidel Castro fue durante muchos años un gran misterio para los cubanos que solo se desveló días después de la muerte del líder de la revolución, fallecido el 25 de noviembre del año pasado a los 90 años.
Según el reportaje, «un reducido grupo de trabajo» desarrolló el proyecto durante diez años, comandado inicialmente por uno de los miembros de la llamada «generación histórica» de la revolución que luchó en la Sierra Maestra, el comandante Juan Almeida, vicepresidente del país desde 1979 hasta su muerte en 2009.
Tras el fallecimiento de Almeida la labor la asumió el viceministro de las FAR y general Ramón Espinosa, quien «guardaba en su memoria y señaló el lugar donde se encontraba» la enorme roca de la Sierra Maestra que, una vez tallada, sería el lugar donde se depositaría la urna de cedro con las cenizas de Fidel Castro.
«Durante tres años se trabajó en el perfeccionamiento de la roca granitoide, que posee un peso de entre 48 y 49 toneladas aproximadamente, y una altura cercana a los cuatro metros», señala el artículo.
Todos los elementos de la tumba encierran un significado simbólico, como las columnas de cercado, que representan «las columnas y el pelotón Las Marianas del Ejército Rebelde», o las cadenas que unen las columnas, que aluden a «la unión de las acciones» de las facciones revolucionarias.
Los tres elementos que forman cada columna también encierran un significado que evoca el pensamiento independentista de los próceres cubanos Carlos Manuel de Céspedes y José Martí, junto con la revolución liderada por Castro, «que continúa en ascenso», refiere el texto.
Los pedestales a la entrada de la tumba representan «la acción cívica y el movimiento de la clandestinidad», e incluso la vegetación elegida no se dejó al azar, pues «los helechos son propios de la Sierra y las posturas de café, ubicadas en las jardineras, contienen el uniforme verde olivo mientras su aroma recuerda el de las montañas», agrega la nota de «Juventud Rebelde».
El lugar elegido dentro del camposanto para ubicar la tumba de Fidel se encuentra junto al mausoleo en el que reposan los restos de José Martí, el prócer independentista más venerado en la isla.
En octubre pasado también fueron trasladados a esa zona de Santa Ifigenia los restos mortales de Carlos Manuel de Céspedes, el «Padre de la Patria», y Mariana Grajales, considerada la «Madre de los cubanos», cuyas tumbas se encontraban en el mismo cementerio pero en otras ubicaciones.
Desde el fallecimiento de Fidel Castro hace poco más de un año, han sido varias las personalidades de visita en la isla que se han acercado al cementerio de Santa Ifigenia a rendirle tributo, entre ellos el presidente venezolano, Nicolás Maduro, o el ahora expresidente de Ecuador Rafael Correa.
La tumba del exmandatario también se ha convertido en un punto de interés para los turistas que visitan Santiago de Cuba. (2/12/2017)