El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó el viernes un hospital de Florida para ofrecer consuelo a los sobrevivientes de una matanza en una escuela, luego de que el FBI admitiera fallas al investigar al adolescente autor del tiroteo que dejó 17 muertos.

Trump y su esposa Melania llegaron a esta zona del norte de Miami al final de un día difícil para las familias víctimas del tiroteo del miércoles en una escuela secundaria en Parkland, Florida, que más temprano se enteraron de que la tragedia quizás podría haberse evitado.

El FBI reconoció no haber hecho seguimiento a informaciones que recibió sobre las intenciones de Nikolas Cruz, el joven de 19 años que confesó ser responsable de la matanza, la peor en una escuela del país desde la ocurrida en Sandy Hook hace seis años.

«Muy triste que algo así sucediera», dijo Trump en el hospital Broward Health North, al agradecer el «increíble» trabajo que hicieron médicos, enfermeros y socorristas.

El mandatario y la primera dama tenían previsto visitar también la comisaría local para «reunirse con los agentes del orden público cuya valentía ayudó a salvar vidas», dijo un funcionario de la Casa Blanca.

La masacre del Día de San Valentín, como ha sido bautizada, ha generado un nuevo clamor por el control de las armas en el país, que dejan unas 33.000 muertes anuales.

«Estoy trabajando con el Congreso en muchos frentes», tuiteó más temprano Trump, quien después del tiroteo prometió atender los problemas de salud mental y seguridad escolar, pero aún no ha mencionado ninguna medida con relación al control de armas.

«Presidente Trump, por favor haga algo», suplicó Lori Alhadeff, cuya hija Alyssa murió en la matanza.

En el funeral de su hija Meadow, de 18 años, Andrew Pollack recordó que lo ocurrido en Parkland podría haber pasado en cualquier otra parte del país.

«Mi rincesa no estaba segura en esa escuela», dijo, deseando que «esta horrible tragedia nunca le pase a otra familia».

Las «fallas» del FBI

En una asombrosa declaración, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) dijo que fue advertido el 5 de enero sobre los planes de Cruz.

«La persona que llamó proporcionó información sobre las armas de Cruz, su deseo de matar personas, su comportamiento errático y sus inquietantes publicaciones en las redes sociales, así como sobre la posibilidad de que realizara un tiroteo en la escuela», dijo en un comunicado.

Reconoció que esos datos deberían haber sido considerados como «amenaza potencial a la vida» y se deberían haber investigado. Sin embargo, «no se siguieron» los protocolos.

«Todavía estamos investigando los hechos. Me comprometo a llegar al fondo de lo que sucedió», afirmó el director del FBI, Christopher Wray.

No fue la única pista que el FBI no siguió en relación a Cruz. En septiembre, un hombre le hizo saber que el usuario «nikolas cruz» había anunciado en YouTube: «Voy a ser un tirador escolar profesional».

El FBI dijo no pudo identificar a la persona que publicó el mensaje.

El fiscal general Jeff Sessions deploró las «trágicas consecuencias» de las «fallas» del FBI y ordenó una revisión del proceso. «Resulta claro que las señales de alerta existieron y el FBI no las percibió», señaló.

Pero el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, consideró «inaceptable» lo ocurrido y dijo que Wray debe dimitir.

«Promovemos constantemente que si alguien ve algo, diga algo y una persona valiente lo hizo. Y el FBI no actuó. (…) El director del FBI debe renunciar», señaló.

«Nuestros políticos nos abandonaron»

La visita de Trump a la zona de Parkland, no lejos de su complejo balneario Mar-a-Lago, donde pasará el fin de semana largo por el Día del Presidente, no se anunció con anticipación, quizás para evitar que el mandatario fuera recibido con airadas demandas de que haga algo para impedir que la gente tenga un arsenal.

«Es ilógica la ley de que un menor de edad no puede tomarse un trago pero sí puede comprarse un arma», dijo Mavy Rubiano, madre de una sobreviviente.

«No podemos ignorar los problemas del control de armas que plantea esta tragedia», escribió Cameron Kasky, de 17 años y estudiante de la escuela de Parkland, en un ensayo publicado en redes sociales.

«Nuestros políticos nos abandonaron al no mantener las armas de fuego fuera de las escuelas», dijo.

Cruz, que había sido expulsado por «razones disciplinarias» de la escuela que atacó, usó un fusil AR-15 que había comprado legalmente.

Millones de fusiles AR-15, versión civil del M16, se han vendido en todo Estados Unidos, algo que denuncian los defensores del control de las armas.

El AR-15, que nuevo cuesta apenas 600 dólares, ya se utilizó en los tiroteos masivos de Las Vegas, Sutherland Springs, Texas, y Newtown, Connecticut. (16/02/2018)