La confianza en la protección de datos de usuarios de Facebook tambalea tras destaparse la mayor violación de información en la plataforma a favor de la campaña presidencial de Donald Trump, en Estados Unidos. Un escándalo en el que hay mucha tela que cortar.

El 17 de marzo, la red social más grande del mundo denunció que Cambridge Analytica (CA), la compañía de análisis de datos contratada por la campaña de Trump en 2016, robó la información de 50 millones de perfiles de Facebook sin su permiso, para manipular irregularmente los datos a favor de una estrategia de “búsqueda” de votantes del multimillonario en la plataforma.

¿Cómo lo hicieron? Un psicólogo de la Universidad de Cambridge Analytica, el ruso-americano Aleksandr Kogan, logró tener permiso de Facebook para pedir datos a sus usuarios con la aplicación thisisyourdigitallife, que ofrecía una prueba de predicción de personalidad pensada para estudios de su disciplina.

USUARIOS. Con $us 800.000 de CA, Kogan consiguió que unas 270.000 personas accedieran a la aplicación y, a través de ello, recabó sus datos: identidades, localizaciones y los valiosos “me gusta”. Pero el alcance no se queda allí: Kogan pudo llegar a la información de los amigos de los usuarios participantes, multiplicando hasta 50 millones de personas. Al compartir este material con la empresa, el psicólogo violó las políticas de protección de datos de Facebook.

Las repercusiones luego de destaparse el escandaloso robo de información no se hicieron esperar. Pero, mientras los valores de Facebook caían en picado —lo que arrastraba a otras importantes firmas tecnológicas de Wall Street—, el cofundador y figura más visible de la compañía, Mark Zuckerberg, guardaba silencio.

Espere…

La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos anunció la apertura de una investigación y el Congreso llamó a Zuckerberg a comparecer, a lo que éste respondió que “irá encantado”.

Pero Zuckerberg no responderá al Parlamento británico, que también lo llamó. Es que el escándalo cruzó el océano cuando apareció en escena el informático canadiense Christopher Wylie, uno de los fundadores de CA, distanciado de la empresa desde 2014.

A la pregunta “¿Habrían los británicos aprobado el brexit en 2016 sin Cambridge Analytica?” Wylie respondió a varios medios europeos un rotundo “No”.

El papel de CA en la victoria de la salida del Reino Unido de la Unión Europea es crucial para Wylie “porque el referéndum se ganó por menos del 2% y se gastó mucho dinero en publicidad hecha en base a datos personales”.

“La gente y los legisladores necesitan ponerse al día con la tecnología y comprender qué significan de verdad esas compañías, Facebook u otros, que ganan dinero con los datos personales. Es importante que la gente vea que no es algo abstracto, sino que tienen impactos tangibles”, afirmó.

CONFIANZA. La confianza de los usuarios en la red social más grande se ha visto mellada, como lo prueba el movimiento “Borra Facebook”, que promueve la eliminación de esta aplicación de los teléfonos inteligentes en el mundo.

“Tenemos la responsabilidad de proteger su información. Si no podemos hacerlo, no la merecemos”, había dicho Zuckerberg en una carta de disculpa el fin de semana, pero la escalada sin pausa de la controversia llevó a la compañía a anunciar una profunda modificación en sus herramientas de privacidad y seguridad.

Las nuevas medidas permitirán a los usuarios gestionar sus preferencias de privacidad desde un único acceso o, incluso, revisar y descargar toda la información que la red social ha recopilado sobre ellos. Pero al parecer no todo está en manos de los usuarios y el control del uso de datos por parte de terceros aún es un campo sin certezas para los perfiles.