Madagascar elige presidente en un clima de tensión
La rivalidad entre los dos expresidentes es feroz desde hace meses, lo que hace temer una nueva ola de tensiones postelectorales en un país que ha sufrido toda una serie de crisis desde su independencia de Francia, en 1960.
Los electores de Madagascar votaban este miércoles en la segunda vuelta de una elección presidencial con sabor a ajuste de cuentas personal entre dos ex jefes de Estado, Marc Ravalomanana y Andry Rajoelina, determinados a recuperar el poder.
A las 6.00 (3.00 GMT), los primeros de los 10 millones de escritores malgaches inscritos empezaron a votar en la capital, Antananarivo.
«Ya tomé mi decisión pero me la reservo», declaró a la AFP una votante de 45 años, Monique Norosoa, al depositar su papeleta en el barrio de Ampadrana.
Los 25.000 colegios electorales del país estarán abiertos hasta las 17.00 locales (14.00 GMT).
La rivalidad entre los dos expresidentes es feroz desde hace meses, lo que hace temer una nueva ola de tensiones postelectorales en un país que ha sufrido toda una serie de crisis desde su independencia de Francia, en 1960.
Durante el segundo debate televisado, el domingo, Ravalomanana advirtió sobre el riesgo de fraude electoral en esta isla del Índico, en el sureste de África.
«Hay carnés de identidad falsos y tarjetas electorales falsas circulando», aseguró. «Si el ministerio del Interior no hace nada, habrá serios problemas».
«Esto no funciona si nos ponemos ya a contestar los resultados de una elección que aún no se ha celebrado», le reprochó Rajoelina.
– Rencores
En la primera vuelta, el 7 de noviembre, Andry Rajoelina, de 44 años, quedó en primera posición con 39,23% de los votos, una leve ventaja respecto a Marc Ravalomanana, de 69 años y 35,35% de apoyos.
El aura de los dos candidatos y, sobre todo, sus recursos financieros, aparentemente sin límites, sirvieron para dejar fuera de la contienda a sus 34 adversarios. El propio presidente saliente, Hery Rajaonarimampianina, apenas recabó 8,82% de los votos.
En las dos últimas semanas, los dos hombres dieron rienda suelta a sus numerosos rencores personales.
Elegido presidente en 2002, Ravalomanana se vio obligado a dimitir siete años más tarde a causa de una violenta ola de manifestaciones que contaba con el apoyo de Rajoelina.
Entonces, Rajoelina, que ejercía como alcalde de Antananarivo, fue elegido por el ejército para presidir el país durante un periodo de transición.
En las presidenciales de 2013 se prohibió a ambos rivales presentarse, en el marco de un acuerdo de salida de crisis respaldado por la comunidad internacional. En sus discursos, Ravalomanana denunció el «golpe de Estado» de su sucesor y elogió su propia experiencia. «No trabajo para mi ni para enriquecerme», aseguró, «haré todo para que Madagascar sea un país desarrollado».
Andry Rajoelina respondió calificando a su adversario de «viejo» y aconsejándole que «se jubile y se vaya a ordeñar vacas».
Para atraer a los votantes del resto de candidatos y especialmente a los abstencionistas (el 45,7% del censo en la primera vuelta), los dos expresidentes recorrieron en los últimos días todo el país con sus respectivos helicópteros y distribuyeron seguros y otras ayudas sociales en una muestra de clientelismo descarado.
Su duelo, extremadamente personalizado, dejó en un segundo plano los problemas del país, uno de los más pobres de África y el único que, sin haber estado en guerra, se empobreció después de su independencia.
Escasez patente de infraestructuras, corrupción, inseguridad, pobreza… Madagascar y sus 25 millones de habitantes sufren todo tipo de problemas. Además, al ser víctima del cambio climático, la punta sur de la isla sufre desde hace años una sequía que pone en peligro a su población.
«No hubo un verdadero debate sobre cómo solucionar estos problemas, solo propaganda», lamentó Hony Radaert, del Colectivo de Ciudadanos. «Me temo que ninguno de los dos aprendió las lecciones de los fracasos del pasado».
«Hemos presenciado un choque de dos egos que no se conciben como perdedores», señaló por su parte Sahonda Rabenarivo, del Observatorio de la Vida Política Malgache (Sefafi). (19/12/2018)