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Al menos dos muertos en derrumbe de edificios en favela de Rio de Janeiro

Un número indeterminado de personas se hallan desaparecidas tras el desastre ocurrido en Muzema, un barrio con numerosas construcciones irregulares, controlado por milicias parapoliciales que impiden los controles de las autoridades.

/ 12 de abril de 2019 / 20:44

Al menos dos personas murieron este viernes y siete resultaron heridas en el derrumbe de dos edificios construidos sin autorización en una favela de Rio de Janeiro, 48 horas después de que lluvias torrenciales causaran una decena de muertes, informaron las autoridades.

Un número indeterminado de personas se hallan desaparecidas tras el desastre ocurrido en Muzema, un barrio con numerosas construcciones irregulares, controlado por milicias parapoliciales que impiden los controles de las autoridades.

Los edificios que se desplomaron eran contiguos y estaban construidos sobre una ladera, al pie de un cerro rocoso, junto a otras edificaciones.

Seis horas después del siniestro, decenas de bomberos continuaban buscando sobrevivientes entre los escombros con ayuda de médicos, perros rescatistas y helicópteros, bajo un clima húmedo y muy caluroso.

«Estamos trabajando incansablemente», afirmó el subcomandante de los Bomberos Marcelo Gisler en el lugar de difícil acceso debido a los estragos de las lluvias en los últimos días. 

Los oficiales no supieron precisar el número de personas desaparecidas y entre los vecinos surgían versiones encontradas. Amigos y familiares acompañaban con angustia la operación, sin despegarse de sus celulares.

«Estoy esperando noticias de mis dos hermanas y mi cuñado», que estaban en uno de los apartamentos en el momento del colapso, dijo Francisco Ferreira, de 40 años, que vive en un barrio cercano.

Juliana Carvalho, de 34 años, se mudó a Muzema hace un mes tras comprar una casa frente a los edificios que cayeron. Acababa de despertarse cuando sintió los estruendos y huyó junto a su hija.

«Mi casa llegó a temblar. Corrimos sin mirar atrás», relató.

Solo Melo, de 35 años, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Vive en uno de los edificios cercanos que fueron clausurados preventivamente por los bomberos y confiesa tener miedo de regresar, si se lo permiten.

«¿Como voy a volver a casa, apoyar mi cabeza en la almohada y dormir? íVivo en un quinto piso!», explica.

El alcalde de Rio, Marcelo Crivella, acudió temprano al lugar para seguir los rescates.

Tras las lluvias torrenciales que el pasado martes provocaron inundaciones y deslizamientos, dejando diez muertos, Crivella decretó el estado de calamidad pública para disponer más ágilmente de recursos públicos para afrontar los daños.

Construcciones irregulares y control de milicias

Según la Alcaldía, los inmuebles que colapsaron habían sido levantados en un área donde la construcción está prohibida y las obras habían sido suspendidas por las autoridades en noviembre de 2018.

«La región es un Área de Protección Ambiental (APA) y los edificios allí construidos no respetan la legislación vigente. Por tratarse de un área dominada por milicias [parapoliciales], los técnicos de control municipal precisan apoyo de la Policía para realizar operaciones en el lugar», informó la Alcaldía en su cuenta de la red Twitter.

Numerosos barrios pobres de la zona oeste de Rio son dominados por milicias parapoliciales que, ante la ausencia del Estado y empleando la violencia, controlan el territorio gestionando los servicios públicos.

La apropiación de tierras y venta clandestina de inmuebles es una de las varias actividades que ayudan a financiarse a estos grupos, que surgieron en la zona oeste pero que hoy controlan 26 barrios de la ciudad, según un informe del periódico O Globo.

Varias milicias disputan el territorio con bandas de narcotraficantes.

Con dificultades para costear una casa a precios de mercado, muchos brasileños de bajos recursos acaban comprando inmuebles irregulares, sin certificados de seguridad ni títulos de propiedad auténticos. (12/04/2019)

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Maria Ressa dedica su Nobel de la Paz a ‘todos los periodistas del mundo’

Ressa, confundadora del medio online Rappler, y el periodista ruso Dimitri Muratov, redactor jefe del periódico Novaya Gazeta, fueron galardonados el viernes con el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para "salvaguardar la libertad de expresión".

/ 9 de octubre de 2021 / 08:32

La periodista filipina Maria Ressa dijo el sábado que su premio Nobel de la Paz es para «todos los periodistas del mundo» e instó a seguir luchando por la libertad de prensa.

«Esto es realmente para todos los periodistas del mundo», dijo Ressa, en declaraciones a la AFP. La veterana periodista es una de las voces más críticas con el presidente filipino, Rodrigo Duterte.

«Necesitamos ayuda en muchos frentes. Es mucho más difícil y peligroso ser periodista hoy», aseguró.

Ressa, confundadora del medio online Rappler, y el periodista ruso Dimitri Muratov, redactor jefe del periódico Novaya Gazeta, fueron galardonados el viernes con el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para «salvaguardar la libertad de expresión».

El reconocimiento de Ressa fue visto como un «triunfo» por organizaciones humanitarias y medios de comunicación en un país que está considerado como uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

Maria Ressa, de 58 años, experiodista de CNN, ha sido objeto en los últimos años de varias investigaciones, procesos judiciales y ha sufrido un intenso ciberacoso, sobre todo desde que Duterte llegó al poder en 2016.

Rappler ha publicado artículos críticos contra el jefe de Estado, incluyendo su sangrienta y polémica lucha contra el narcotráfico.

El presidente filipino ha calificado a Rappler de «falso medio de comunicación».

Un escudo

Ressa confió en que el premio sea una especie de escudo protector para ella y otros periodistas filipinos, que sufren ataques físicos y ciberacoso.

«Ese ‘nosotros contra ellos’ no ha sido creado por los periodistas, ha sido creado por las personas que están en el poder, que apuestan por una manera de gobernar que divide a la sociedad», dijo, describiendo el premio como una «dosis de adrenalina».

«Espero que esto permita a los periodistas hacer bien su trabajo, sin miedo», agregó.

Durante años, Maria Ressa ha resaltado la violencia que acompaña la campaña antidrogas iniciada por Duterte, que según las organizaciones de derechos humanos, ha dejado decenas de miles de muertos y que la Corte Penal Internacional (CPI) autorizó en septiembre a investigar.

Rappler forma parte de los medios que publican imágenes atroces de matanzas y ponen en entredicho su sustento legal.

Otros medios han pagado caro esta política, por ejemplo el gigante de la radio ABS-CBN, que perdió su licencia el año pasado.

Pero Ressa estima que la independencia de Rappler le permite defenderse. «No tenemos otras empresas que proteger, por ello nos resulta fácil defendernos», dijo.

Acusaciones «ridículas»

La Nobel de la Paz está acusada en siete casos diferentes, todos ellos calificados de «ridículos» por esta periodista, decidida a ganarlos uno por uno.

Actualmente está en libertad bajo fianza a la espera de una apelación, tras ser condenada por difamación en junio, en un caso en el que se arriesga a ser condenada a siete años de cárcel.

Dos casos de difamación en línea fueron desestimados hace algunos meses y Ressa, autora de «How to Stand Up to a Dictator» («Cómo plantar cara a un dictador») espera poder ir a Noruega a recibir su Nobel.

«El desafío más importante siempre ha sido vencer el miedo», dice. «Ser intrépida no significa no tener miedo, sino simplemente saber cómo gestionarlo», agregó.

«A veces digo que realmente tendría que dar las gracias al presidente Duterte porque una no sabe verdaderamente quién es hasta el momento en que hay que luchar por ello», dijo Ressa. «Y yo ahora sé quién soy».

Ressa afirmó que la campaña electoral filipina, que comenzó este mes con la inscripción de candidatos para más de 18.000 puestos, será un momento «crítico» y afirmó que su país estaba muy cerca de tener «de democracia únicamente el nombre».

Los elecciones elegirán en mayo al sucesor de Duterte, al que la Constitución le prohíbe presentarse a un segundo mandato de seis años.

Los sondeos dan a su hija Sara y al hijo del exdictador Ferdinand Marcos, que se llama igual que su padre, entre los favoritos. Por ahora, Sara Duterte ha desmentido que quiera presentarse.

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