Los 46.000 empleados de General Motors fueron convocados a una huelga en Estados Unidos a partir de la medianoche del domingo, en medio de las negociaciones para un nuevo convenio colectivo, indicó el poderoso sindicato United Auto Workers (UAW).

"Los responsables sindicales de todo el país se reunieron en la mañana del domingo tras la expiración el sábado por la noche del convenio colectivo de General Motors vigente desde 2015 y decidieron ponerse en huelga el domingo a medianoche", informó el sindicato en un comunicado.

Funcionarios del UAW dijeron que las partes estaban muy alejadas en las negociaciones iniciadas en julio, con desacuerdos en materia de salarios, beneficios de salud, el estatuto de los trabajadores temporales y seguridad laboral.

"Este es nuestro último recurso", dijo Terry Dittes, que encabeza las negociaciones del sindicato con GM. "Defendemos los derechos fundamentales de la clase trabajadora de este país", agregó.

"Nuestros miembros se han pronunciado; hemos decidido actuar, y esta es una decisión que no tomamos en forma ligera", señaló por su parte en un comunicado Ted Krumm, presidente del comité nacional de negociación del UAW.

GM, el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, expresó en un comunicado su "decepción" por el llamado a la huelga, pese a que presentó una "potente oferta" en las negociaciones.

  • Trabajadores de la empresa General Motors ensamblan un automóvil. Foto: AFP

"Hemos negociado de buena fe y con sentido de urgencia. Nuestro objetivo sigue siendo la construcción de un futuro sólido para nuestros empleados y nuestros negocios", agregó.

La dirección del sindicato había recibido un abrumador apoyo de sus filas para llamar a la huelga si era necesario.

Los trabajadores de Ford y Fiat Chrysler acordaron extender sus convenios colectivos, pero la dirección de GM fue informada el sábado que el sindicato no extendería el suyo.

Horas antes de la decisión este domingo de ir a la huelga, los trabajadores de mantenimiento por contrato abandonaron sus tareas en las plantas de GM en Michigan y Ohio, en una disputa paralela con el contratista Aramark.

– Fuertes ventas, panorama incierto –

GM ha disfrutado de varios años de fuertes ventas, con ganancias por 11.800 millones de dólares en 2018, lo que llevó a los dirigentes sindicales a argumentar que ya es hora de compartir los beneficios con los trabajadores.

A principios de agosto, la firma reportó un aumento de 1,2% de sus beneficios netos en el segundo trimestre, a 2.410 millones de dólares.

Pero la perspectiva es menos clara ante preocupaciones de una posible recesión en puerta en medio de tensiones comerciales internacionales, en particular entre Estados Unidos y China.

En noviembre pasado, la automotriz anunció el cierre de cinco plantas en América del Norte, incluyendo instalaciones en Michigan y Ohio que no estaban asignadas a la producción.

La compañía citó a principios de agosto un descenso de costos tras esa reorganización.   Las negociaciones incluyen la protección de esos puestos de trabajo y salvar esas plantas.

En su respuesta a la huelga, la dirección de GM dijo que su oferta incluye una promesa de 7.000 millones de dólares en inversiones que salvarían o protegerían 5.400 puestos de trabajo y abordar el tema de las dos plantas no asignadas a la producción.

También promete que un nuevo camión eléctrico será fabricado en una planta estadounidense.

Al conflicto se suma una investigación federal contra la dirección del sindicato, que derivó el mes pasado en un allanamiento por el FBI de la residencia del presidente del UAW, Gary Jones.

En tanto, Vance Pearson, que integra el secretariado ejecutivo del UAW, fue arrestado el jueves bajo cargos de conspiración para utilizar cuotas sindicales para gastos personales lujosos. (15/09/2019)