"Nunca voy a renunciar a la política". En medio de una estruendosa ovación del público, el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva recibió el homenaje de artistas y colectivos este martes en París, acompañado de Dilma Rousseff y Fernando Haddad.

"Dejé la prisión sin odio, sin ira, estaba decidido a que la prisión no me transformara", declaró Lula ante cientos de asistentes al acto "Lula Libre", organizado por RED.br, un colectivo europeo de profesores y artistas que defiende la democracia en Brasil, y en el que participaron artistas como Marina Foïs o Colectiva Ocupaçao, entre otros. "Tengo la conciencia tranquila", insistió.

Con semblante emocionado, Lula, que no dejó de expresar su agradecimiento por todos los que le han apoyado, invitó al escenario a sus abogados y a varios compañeros.

El exgobernante, de 74 años, espera en libertad el resultado de un recurso contra la pena por corrupción, que considera ante todo una conspiración político-judicial, una "farsa elaborada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos".

"Seguiré luchando por probar mi inocencia", recalcó, y afirmó que su lucha es "para que el pueblo no pierda el respeto por la justicia".

En su combate puede contar con el apoyo de la expresidenta Dilma Rousseff y del exalcalde de Sao Paulo y excandidato a la presidencia brasileña Fernando Haddad, quienes también participaron en el evento.

La capital francesa, donde Lula recibió el lunes de título de ciudadano de honor de la ciudad, es la primera etapa de una gira europea que lo llevará a Suiza y a Alemania.

Eduardo Rispoli, abogado brasileño de 37 años y residente en París desde hace una década, juzgó "muy importante que Lula se presente fuera de Brasil y en Europa, precisamente […] para mostrar sus valores fundamentales, lo que es la izquierda, que se está debilitando por todas partes".

Contra el discurso de odio

"Ahora nos preparamos para otra batalla, una batalla democrática, por la inocencia del presidente Lula", sostuvo Rousseff en su discurso, afirmando que "la democracia de Brasil pasa por que el presidente Lula sea exculpado".

Los tres líderes hicieron un recorrido por los logros obtenidos durante los 13 años en el que su formación, el Partido de los Trabajadores, estuvo en el poder, haciendo especial énfasis en el acceso de los estratos más empobrecidos de la población a la educación.

Pero, ahora, "todo eso está siendo destruido por Bolsonaro, que gobierna contra las mujeres, los negros, los LGTBI, los pobres del país", denunció Rousseff, en alusión al actual ejecutivo del ultraderechista Jair Bolsonaro.

Uno de los beneficiados de las políticas sociales impulsadas por Lula es Regiano Rocha, un estudiante de doctorado en Educación que está cursando un año en París.

"Soy de [el estado de] Santa Catarina, de un pueblo muy pequeño. [Si ahora soy doctorando] solo ha sido posible porque la política de Lula lo hizo posible, con becas", declaró Regiano, de 30 años.

Y en un Brasil cada día más dividido por la política, en el que "hay hermanos que no se hablan", Lula advirtió que "el mundo está muy nervioso" y que "la derecha sabe utilizar todos sus medios a su alcance […] para difundir y esparcir el odio entre la gente".

"Nuestro corazón debe ser más fuerte que las mentiras que circulan por internet", enfatizó el expresidente, que quiso terminar su discurso con una nota optimista.

"No abandonen la política, tengan confianza en que el buen político que quieren tener está dentro de usted", proclamó, entre los fuertes aplausos del público, en pie. (03/03/2020)