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En Angola, la población ignora las medidas del estado de urgencia por coronavirus

AFP (Daniel Garelo)/ Luanda

La población del continente africano comparte el mismo grito contra el estado de urgencia, el confinamiento y el toque de queda, medidas adoptadas por la mayoría de los países, para frenar la propagación del coronavirus. Y es que el dilema es quedarse en casa o comer.

Garcia Landu, un conductor de mototaxi en Luanda, la capital angoleña, se ha devanado los sesos para resolver el dilema y no tiene otra elección que ignorar la orden de las autoridades.

“Tenemos responsabilidades con nuestras familias, nuestros hijos. Hay que salir para traer algo que comer a casa”, dice este padre de familia, con su casco de color rojo y negro, los colores de la bandera nacional, calado en la cabeza.

“Más vale morir de esta enfermedad o de un disparo que de hambre”, dice. “Nunca aceptaría morir de hambre. Imposible…”.

Viendo la muchedumbre en los mercados, en los pequeños comercios o en los puntos de agua de la magalópolis angoleña, los insumisos al estado de urgencia, como Garcia Landu, siguen en las calles.

Aunque no impone un confinamiento estricto, como en Sudáfrica, la orden del presidente Joao Lourenço limita considerablemente los desplazamientos, las reuniones y las actividades públicas.

Según el último balance oficial, diez casos de COVID-19 se han reportado en Angola, de ellos dos mortales.

El viernes, el ministro del Interior Eugenio Laborinho informó que 1.209 personas habían sido detenidas. Más de un millar por entrar en territorio angoleño pese al cierre de fronteras y 189 por violar el estado de urgencia.