El responsable de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo,
acusó a Irán de «fomentar el terror» incluso durante la crisis del
coronavirus que afecta seriamente a la población, en sus primeras declaraciones
en Jerusalén, adonde llegó este miércoles.
En su primer viaje al exterior en casi dos meses, el
secretario de Estado se colocó a su llegada al aeropuerto una mascarilla con
los colores de la bandera estadounidense, para luego dirigirse a Jerusalén para
reunirse con el primer ministro Israelí, Benjamin Netanyahu.
«Incluso durante esta pandemia, los iraníes utilizan
los recursos del régimen de los ayatolás para fomentar el terror en todo el
mundo, pese a que el pueblo iraní sufre enormemente. Esto dice mucho sobre el
espíritu de quienes dirigen ese país», dijo Pompeo, en una comparecencia
de prensa junto a Netanyahu.
Irán, enemigo jurado de Israel y de Estados Unidos, es el
país de Oriente Medio más afectado por la pandemia, con más de 110.000 casos,
según datos oficiales.
Teherán apoya además al régimen sirio de Bashar al Asad vía
el Hezbolá, un movimiento chiita libanés, otro archi-enemigo de Israel.
En las últimas tres semanas, ha habido al menos seis
bombardeos atribuidos a Israel contra objetivos proiraníes en Siria. Irán «no paró ni un minuto sus planes y
acciones violentas contra los estadounidenses, israelíes y otros en la
región», dijo por su parte Netanyahu, quien aseguró que quería
«luchar y hacer frente» a las «agresiones de Irán en Siria»
y en otras partes del mundo.
Además, se felicitó por la «fuerza de la alianza»
entre Estados Unidos e Israel, que según él la prueba es la visita de Pompeo,
en su primer viaje al extranjero desde que comenzó la pandemia de covid-19.
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En Jerusalén para discutir la ‘anexión’, Pompeo acusa a Irán de ‘fomentar el terror’. Fuente: AFP
En Jerusalén para discutir la 'anexión', Pompeo acusa a Irán de 'fomentar el terror'. Fuente: AFP
Amenaza para la paz
La visita de Pompeo tiene lugar casi dos años después de que
la administración de Donald Trump reconociera a Jerusalén, la ciudad en
disputa, como capital de Israel, y la víspera de la investidura de un gobierno
de unión entre Netanyahu y su ex rival electoral, el general (R) Benny Gantz,
para poner fin a la peor crisis política en la historia de Israel. Su acuerdo para compartir el poder prevé desvelar
a partir del 1 de julio una estrategia para poner en marcha el proyecto
estadounidense presentado en enero pasado por el presidente Trump para
desbloquear el conflicto israelí-palestino.
Poco antes de la llegada de Pompeo, un adolescente palestino
fue abatido de un disparo por un soldado israelí durante choques en el sur de
Cisjordania, según el ministerio de Salud palestino. La víspera, un soldado
israelí resultó muerto de una pedrada lanzada por un palestino.
«La decisión (sobre la anexión) será tomada por Israel
y quiero saber qué piensa al respecto el nuevo gobierno», señaló Pompeo en
una entrevista con el diario Israel Hayom antes de su viaje. «Estados Unidos es parte involucrada en
este plan», replicó por su parte el negociador en jefe palestino, Saeb
Erakat, añadiendo que Washington no los había contactado para preparar esta
visita.
«Dirigentes de todo el mundo nos han dicho claramente
que la anexión representa una amenaza no sólo para la paz en Oriente Medio,
sino para el sistema internacional en su conjunto», añadió.
El plan, rechazado por los palestinos, prevé en particular
la anexión por parte de Israel del valle del Jordán y las colonias israelíes en
la Cisjordania ocupada, así como la creación de un Estado palestino en un
territorio reducido y sin continuidad.
¿’Gran Israel’?
Durante la última década, bajo la égida de Netanyahu, la
población de las colonias israelíes en Cisjordania ha aumentado un 50%,
superando las 450.000 personas, frecuentemente conviviendo en conflicto con más
de 2,7 millones de palestinos. Las
colonias también constituyen una cuestión de política interior en Estados
Unidos, donde los movimientos evangelistas, partidarios de los republicanos de
Donald Trump, defienden el proyecto de un «Gran Israel», que incluye
territorios en Cisjordania.
Al acercarse las presidenciales de noviembre, «la
administración Trump realmente quiere concretar la anexión», explicó a la
AFP Daniel Shapiro, embajador estadounidense en Israel bajo la presidencia de
Barack Obama. Añadiendo, «probablemente le preocupe poco la delimitación
precisa, pero quiere concretarla (…) para satisfacer a las bases evangelistas
y a los electores judíos de derecha».
En Israel, los sondeos sugieren un gran apoyo a la anexión
por parte de la derecha, pero no así del centro e izquierda, representados en
el gobierno de unidad, en particular por Benny Gantz, quien expresó sus dudas
respecto a una anexión rápida.