El presidente de Kirguistán, ‘dispuesto a dimitir’ para poner fin a la crisis
"Estoy dispuesto a abandonar el puesto de presidente de la República kirguiza cuando se aprueben las autoridades ejecutivas legítimas y que volvamos a la vía de la legalidad", declaró en un comunicado
El presidente de Kirguistán, Sooronbay Jeenbekov, declaró este viernes que está «dispuesto a dimitir» para poner fin a la crisis política que sacude desde hace una semana a este pequeño país de Asia central a raíz de unas polémicas elecciones legislativas.
«Estoy dispuesto a abandonar el puesto de presidente de la República kirguiza cuando se aprueben las autoridades ejecutivas legítimas y que volvamos a la vía de la legalidad», declaró en un comunicado divulgado el viernes en su portal de internet.
Esta dimisión podría producirse una vez que se haya fijado la fecha para nuevas elecciones y se efectúen cambios en el gobierno, dijo.
No obstante, por el momento es difícil saber si se cumplirán estas condiciones, mientras este viernes están convocadas nuevas manifestaciones que hacen temer nuevos enfrentamientos violentos entre las facciones.
Jeenbekov, que no ha aparecido en público desde el lunes, había asegurado a través de sus servicios que su dimisión no estaba «en el orden del día» y precisó que estaba negociando con diferentes grupos políticos.
El mandatario está bajo la presión de sus adversarios políticos, de Rusia y de las fuerzas de seguridad kirguizas mientras en paralelo se presiona a la clase política para que busque una salida a la crisis.
El país se ha visto sacudido esta semana por violentas manifestaciones en protesta por los supuestos fraudes cometidos en las elecciones del domingo en las que vencieron dos partidos cercanos al jefe del Estado.
Esta crisis hace temer un estallido de la violencia en este Estado considerado como una excepción democrática en una región donde los regímenes autoritarios son la regla.
Las tensiones no han remitido pese a la decisión de las autoridades de invalidar los resultados de los comicios legislativos. Los enfrentamientos en la capital, Biskek, han dejado al menos un muerto y centenares de heridos.
Esta antigua república soviética, la más pluralista pero también la más inestable del Asia central, ha vivido dos revoluciones y tres de sus presidentes han sido encarcelados o exiliados desde su independencia.
La actual protesta está alimentada por el enfrentamiento entre el presidente Jeenbekov, y su predecesor y antiguo mentor político Almazbek Atambayev, a quien sus partidarios han liberado de la cárcel.
Jeenbekov parecía encontrarse esta semana en un callejón sin salida pese a que el Parlamento no logró la mayoría necesaria para su destitución.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el jueves que espera una resolución pacífica de la crisis. Centenares de miles de kirquizos trabajan en Rusia.
(08/10/2020)