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La tormenta perfecta que impactó al ‘oasis’ y llevó a las protestas en Chile hace un año

Cuando en octubre del año pasado el presidente Sebastián Piñera calificó a Chile como un «oasis» de estabilidad en una convulsionada América Latina, no imaginó que apenas días después su propio país estallaría.

El viernes 18 de octubre una protesta estudiantil contra el alza en la tarifa del Metro derivó en un generalizado reclamo por mayor igualdad social que un año después no logra ser acallado y tiene a Chile a las puertas de un plebiscito para decidir si se cambia o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Estas son las frases que marcaron este «estallido social»:»Evadir, no pagar, otra forma de luchar», gritaron los estudiantes arriba de los torniquetes el viernes 18 de octubre de 2019, iniciando la mayor revuelta desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Antes de la explosión social, las autoridades chilenas bromeaban frente a la prensa por situaciones cotidianas, dando cuentan de su desconexión frente a una ciudadanía ya cansada de los «abusos» y desigualdades sociales acumuladas en 30 años de democracia.

«Destacar a los románticos que han caído las flores; el precio de las flores, así que los que quieran regalar flores en este mes, las flores han caído un 3,7%», decía el entonces ministro de Hacienda, Felipe Larraín, tras la nula variación de los precios domésticos el mes anterior a las protestas.

«Se ha abierto un espacio para que quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja», afirmó por su parte el entonces ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, para explicar que el alza en la tarifa del Metro (de 30 pesos, 0,03 centavos de dólar) solo aplicaba en los horarios puntas.

Pero en una ciudad donde los trabajadores deben hacer largos trayectos para ir y venir de casa tras largas jornadas de trabajo su llamado a «madrugar» fue visto como una bofetada.

«Cabros esto no prendió»

En los días previos, el expresidente del directorio del Metro, Clemente Pérez, también había menospreciado la fuerza de los estudiantes:

«Cabros (muchachos) esto no prendió (no tuvo éxito)», afirmó apenas dos días antes de que estallaran las mayores protestas en décadas.

Bajo la consigna «No son 30 pesos, son 30 años», los chilenos se unieron a los estudiantes y salieron para reclamar profundas reformas sociales.

Pero también esa jornada se vivieron escenas de profunda violencia. Una docena de estaciones del Metro fueron atacadas e incendiadas. Varios edificios de Santiago ardieron también esa noche de furia, en la que también hubo ataques al comercio, saqueos, barricadas y enfrentamientos con la Policía.

La consigna «Chile despertó» se convirtió entonces en el eslogan de este amplio movimiento social.

Dos días después del inicio de las manifestaciones y un estallido de violencia sin precedentes en los años de democracia, el presidente Piñera declaró que el país estaba en «Guerra, contra un enemigo poderoso e implacable».

La esposa del mandatario Cecilia Morel contribuía a alimentar el caos: En un audio que se filtró -pero que posteriormente se comprobó su autenticidad- describió lo sucedido como una «invasión alienígena».

«Estamos absolutamente sobrepasados, es como una invasión extranjera, alienígena», se le escuchaba decir en el audio, en el que también agrega: «aprovechen de racionar las comidas y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás».

La frase agregó gasolina al fuego y los cientos de miles de manifestantes pasaron a 1,2 millones una semana después del inicio de las protestas, el 25 de octubre, cuando tuvo lugar en la Plaza Italia la mayor concentración desde que hay registros, donde los manifestantes clamaron al unísono: «No estamos en guerra».

(19/10/2020)