Las presidenciales de EEUU, unas elecciones marcadas por el COVID-19
Nueve meses después, 60 millones de estadounidenses padecieron el COVID-19, según un modelo estadístico, y más de 300.000 murieron, directa o indirectamente, por la pandemia, lo que convierte el coronavirus en la tercera causa de mortalidad en 2020.

El republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden
A finales de enero, poco después de la confirmación del primer caso oficial en Estados Unidos de lo que aún no se llamaba el covid-19, la bolsa de Nueva York marcaba su máximo histórico y la mayor preocupación de Donald Trump era el impacto de los problemas de Boeing sobre la economía.
«El sueño estadounidense ha vuelto, más fuerte que nunca», declaró el presidente en Davos, donde se jactó de una «prosperidad (…) sin precedentes».
Nueve meses después, 60 millones de estadounidenses padecieron el covid-19, según un modelo estadístico, y más de 300.000 murieron, directa o indirectamente, por la pandemia, lo que convierte el coronavirus en la tercera causa de mortalidad en 2020.
Millones de estadounidenses perdieron su empleo, y a pesar de un repunte económico impresionante en el tercer trimestre, muchos de ellos no han vuelto a encontrar trabajo desde entonces. Una catástrofe capaz de derrumbar el argumento electoral más sólido para los presidentes estadounidenses en busca de un segundo mandato: la fortaleza económica.
A pesar de todo, Trump se muestra optimista y confía en que su rival demócrata, Joe Biden, sea sancionado por los electores por no haber realizado una verdadera campaña en el terreno.
Pero sin duda la gestión de la crisis le hará perder votos al presidente, del mismo modo que la guerra de Irak le restó apoyos a George W. Bush y a los republicanos en las legislativas de 2006.
Kimberly McLemore, una joyera de 56 años, es una de esas personas que no votarán al presidente a causa de su manejo de la pandemia. Por primera vez en su vida, esa ciudadana de St. Augustine, en Florida, eligió a los demócratas.
«Por convicciones no puedo votar a ese hombre», dice a la AFP a propósito del mandatario republicano. «Propagó la desinformación».
Sus padres, de 86 y 89 años, republicanos como ella, también votaron a Biden.
Pero ¿cuántas Kimberly habrá en el país?
Unos votos
«íCovid, covid, covid! Los medios ‘de las noticias falsas’ sólo hablan de eso», lamentó hace poco el presidente durante un mitin.
Desde el inicio de su campaña, el virus frustró a Trump. Su primer mitin post-confinamiento en junio, en una sala en Tulsa, Oklahoma, podría haber sido un foco de contagios. Y la Casa Blanca tuvo varios enfermos de covid-19, entre ellos el propio presidente.
Desde hace meses, los sondeos muestran que una mayoría de los estadounidenses desaprueba su gestión de la crisis sanitaria: sólo el 40% de las personas consultadas le dan el aprobado a Trump, según una encuesta reciente de Gallup, frente al 60% de marzo. El cambio es notable en uno de los objetivos tradicionales de los republicanos: la tercera edad.
En Florida, por ejemplo, donde el virus mató a 13.000 personas de más de 65 años, Biden adelanta a Trump entre las personas de esa edad, con un 55% de las intenciones de voto contra el 40%, según el instituto Quinnipiac, una evolución que invierte totalmente el equilibrio de 2016.
Pero las tasas de popularidad son demasiado generales para distinguir un «efecto covid» en las elecciones. Unos investigadores hicieron por tanto un análisis más específico para aislar ese efecto, publicado el viernes en la revista Science Advances.
Con la ayuda de un panel de 300.000 personas en 2019 y 2020, así como datos locales sobre la mortalidad del virus, lograron vincular la caída de la popularidad de Trump al número de muertos por covid-19 a nivel local, por condado.
Una duplicación del número de fallecidos en los 30 días anteriores, en un determinado condado, está relacionada con una caída de 0,14 puntos porcentuales de las intenciones de voto para Trump, y de 0,28 puntos para los candidatos republicanos al Senado, según sus cálculos.
«Muchas elecciones se deciden por unos márgenes muy finos», dice el autor principal del estudio, Christopher Warshaw, de la universidad George Washington. «Es muy posible, según nuestros resultados, que el covid haga perder al presidente y a su partido entre medio punto y un punto en algunos estados o condados».
Esa pérdida podría bastarle a Biden. En 2000, las presidenciales se decidieron por unos centenares de votos en Florida. Y hace cuatro años, un escaso margen de 77.000 votos en tres estados (Pensilvania, Michigan y Wisconsin) le dio la victoria a Trump ante Hillary Clinton.
(01/11/2020)
Buccaneers vuelven al Super Bowl de la mano de Brady, que jugará su décima final
Tras lograr un récord de seis títulos de la NFL con New England Patriots, Brady ha llevado en su primera campaña en Tampa (Florida) a los Buccaneers de vuelta al Super Bowl tras el único triunfo de la franquicia en 2002.
Foto: AFP
De la mano del legendario Tom Brady, los Tampa Bay Buccaneers derrotaron el domingo a los Green Bay Packers por 31-26 y se convirtieron en el primer equipo en la historia de la liga de football americano (NFL) que jugará en su propia cancha el Super Bowl.
A sus 43 años, Brady se clasificó para su décimo Super Bowl y agrandó su leyenda con una espectacular actuación en la final de la Conferencia Nacional en el estadio Lambeau Field de los Packers frente a Aaron Rodgers, otro de los mejores mariscales de campo de todos los tiempos.
Tras lograr un récord de seis títulos de la NFL con New England Patriots, Brady ha llevado en su primera campaña en Tampa (Florida) a los Buccaneers de vuelta al Super Bowl tras el único triunfo de la franquicia en 2002.
«Hoy fue un gran esfuerzo de todo el equipo. Tuvimos que batallar mucho pero la defensa jugó un tremendo partido», reconoció Brady. «Estamos listos para jugar contra quien sea».
El rival de los Bucks en el Super Bowl, que se disputará el 7 de febrero en el Raymond James Stadium de Tampa, será el ganador de la final de la Conferencia Americana, que se disputaba también el domingo entre los Kansas City Chiefs y los Buffalo Bills.
A los Packers, que llegaban como favoritos, se les escapó la posibilidad de luchar por su quinto anillo a pesar de que jugaban frente a unos 6.000 aficionados propios en el Lambeau Field de Green Bay (Wisconsin), con temperaturas bajo cero.
El choque era también el primer duelo en playoffs entre Brady y Rodgers, uno de los mayores talentos de la historia que esta temporada ha resurgido hasta ser favorito a ganar su tercer premio al Jugador Más Valioso (MVP).
Brady fue el primero en golpear en el partido con un pase de 15 yardas para el touchdown de Mike Evans a los cuatro minutos de juego.
Los Packers empataron en el arranque del segundo cuarto con un fabuloso servicio de Rodgers de 50 yardas para la carrera por el carril derecho del receptor Marquez Valdes-Scantling.
Los Bucs no se dejaron intimidar por el poder de los receptores de los Packers y se volvieron a avanzar en una secuencia en la que Brady conectó primero con Chris Godwin para una carrera de 52 yardas y posteriormente cediéndole el protagonismo a Leonard Fournette.
El corredor tomó el ovoide, esquivó varios bloqueos y realizó un espectacular giro sobre sí mismo para completar 20 yardas hasta la anotación.
Antes del descanso llegó una de las jugadas claves del partido, cuando la defensa de Tampa consiguió una pérdida de Rodgers a falta de 28 segundos para el final del segundo cuarto.
Cuando solo quedaban 8 segundos por jugar, Brady apostó por un arriesgado pase de 39 yardas para la carrera de Scotty Miller que sorprendió a la zaga de los Packers. Miller superó en velocidad a Kevin King y aumentó la ventaja de Tampa hasta el 21-10.
Brady doblega a Rodgers
A la vuelta del vestuario, los Packers sufrieron otra pérdida en manos de Aaron Jones y los Bucs les castigaron con un nuevo touchdown a través de un pase de Brady a Cameron Brate en la zona de anotación.
Con 28-10 a favor, los Buccaneers ya acaricibian la final pero los Packers, viéndose contra las cuerdas, reaccionaron con dos rápidas anotaciones en el tercer cuarto, la primera de ellas de Robert Tonyan tras un servicio de ocho yardas de Rodgers.
A falta de segundos para el final del tercer parcial, Rodgers conectó su tercer pase de anotación para su socio preferente, Davante Adams.
Con los Packers apretando, en el último cuarto llegaron los peores momentos de Brady. Uno de sus pases se le escapó de las manos a Mike Evans y posteriormente arriesgó otro envío largo de nuevo a Evans que fue capturado por el esquinero Jaire Alexander, en la tercera intercepción sufrida por Brady en el juego.
Pero Aaron Rodgers tampoco estuvo inspirado y, tras un gol de campo de 46 yardas de Ryan Succop para Tampa, el mariscal de campo de Packers desperdició dos buenas oportunidades con pases no completados a Adams.
En lugar de buscar el touchdown, el técnico de los Packers, Matt LaFleur, decidió que Mason Crosby recortara la distancia con un gol de campo hasta 31-26 con dos minutos con jugar. Pero Brady manejó el tiempo a la perfección y agotó el cronómetro sin conceder una última oportunidad a los Packers para la remontada.
La victoria legitima la cuestionada decisión de Brady de abandonar la dinastía de los seis títulos de los Patriots (2002, 2004, 2005, 2015, 2017 y 2019) para mudarse a los modestos Buccaneers, que llevaban 13 años sin clasificar a playoffs.
El californiano es también el primer mariscal de campo en alcanzar el Super Bowl en tres décadas diferentes y el cuarto en conducir a dos franquicias diferentes a la final de la NFL.
(25/01/2021)