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Populismo y pandemia, los desafíos del reelecto presidente portugués

Veinticuatro horas después de una reelección que confirmó su popularidad, el presidente de centroderecha portugués tendrá desde este lunes un rol clave frente a la irrupción de la extrema derecha, pero también ante un gobierno de izquierda superado por la pandemia.

Marcelo Rebelo de Sousa «refuerza su poder en plena tormenta política», titula en primera página el diario de referencia Publico.

El jefe de Estado fue reelegido ya en la primera vuelta con 60,7% de los votos, mientras que el populista André Ventura obtuvo 11,9% –medio millón de votos– y a punto estuvo de superar a la socialista disidente Ana Gomes, segunda con 13%.

La elección del domingo «confirma la popularidad y legitimidad» del candidato saliente pero también «el ascenso meteórico de la derecha radical populista» asegura el politólogo Antonio Costa Pinto, del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.

En Portugal, el jefe del Estado no tiene ningún poder ejecutivo pero juega un papel de árbitro cuando hay crisis políticas y puede disolver el Parlamento para convocar elecciones legislativas anticipadas.

Según un sondeo efectuado el domingo a los electores que votaron en la presidencial, los socialistas del primer ministro Antonio Costa siguen siendo la primera fuerza política del país, pero no alcanzan la mayoría absoluta que tampoco obtuvieron en octubre de 2019.

«Chega», el antisistema

Su rival de centro derecha, el Partido social-demócrata (PSD), está en claro retroceso mientras que el partido antisistema «Chega» («Basta») obtendría 9% de intenciones de voto, casi el resultado obtenido por su fundador André Ventura en la presidencial del domingo.

Según el analista Antonio Costa Pinto, este sondeo confirma que toda la derecha portuguesa está en plena «reconfiguración», ya que «Chega se ha convertido en un elemento fundamental para la constitución de un gobierno de derecha».

Y ello, agrega, porque en Portugal no existe un «cordón sanitario» para mantener a los populistas al margen del poder, como lo demuestra el acuerdo con Chega para que el PSD pudiera recuperar el control del gobierno regional de las Azores, en noviembre pasado.

Según este analista, Chega tiene aún margen de progresión en un país donde las encuestas de opinión demuestran que cerca del 20% del electorado podría ser receptivo a su mensaje.

Al constatar la magnitud de su progresión, André Ventura se dirigió de inmediato a los dirigentes del PSD, y advirtió: «No habrá gobierno sin Chega».

«Portugal entra en uno de los períodos más complejos de su historia reciente» opina la politóloga Paula Espirito Santo, del Instituto superior de ciencia Sociales y Políticas.

Devastadora pandemia

Según ella, el desafío populista ha venido a agregarse a una pandemia que devasta el país, el más duramente golpeado del mundo en las dos últimas semanas, así como a la crisis económica y social que provoca el nuevo coronavirus.

Como el jefe de Estado portugués solo puede cubrir dos mandatos consecutivos, Marcelo Rebelo de Sousa tendrá ahora una «mayor libertad» para intervenir en el juego político, según esta analista.

En su discurso de victoria, el presidente prometió convertir la lucha contra la pandemia en su «primera prioridad», pese a que le corresponde en primer lugar al gobierno socialista de Antonio Costa librar ese combate.

Pero el ejecutivo, que llegó al poder gracias a una izquierda radical que ha decepcionado, tiene dificultades ante la explosión de casos de coronavirus y la congestión en los hospitales portugueses.

Costa impuso hace semana y media un segundo confinamiento general, que había intentado evitar durante dos meses. El lunes, su ministra de Salud, Marta Temido, reconoció que el país atraviesa «un momento crítico».

(25/01/2021)