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La estrategia COVID cero en Europa, ¿ideal o fantasía?

Actuar rápidamente y con fuerza para volver rápidamente a la vida norma: es la llamada estrategia "covid cero" adoptada en Asia y Oceanía.

/ 16 de febrero de 2021 / 08:51

En Auckland, dos millones de neozelandeses iniciaron el lunes un confinamiento de tres días debido a tres casos de covid-19. Actuar rápidamente y con fuerza para volver rápidamente a la vida norma: es la llamada estrategia «covid cero» adoptada en Asia y Oceanía. ¿Pero es aplicable en Europa?

Esta estrategia pretende reducir a cero la circulación del coronavirus en una región o país, mediante la adopción de medidas estrictas en cuanto aparecen casos, combinadas con un control drástico de los brotes de infección (hacer pruebas, rastrear y aislar). Al mismo tiempo, la vida normal puede continuar en las zonas donde no circula el virus.

Cada vez más especialistas abogan por aplicar esta estrategia – que se ha visto en países como Nueva Zelanda, Australia, China, Taiwán y Vietnam – en Europa.

«En términos de salud, son los campeones mundiales indiscutibles en cuanto al bajo número de muertes por habitante, y en términos sociales, la vida ha regresado como antes: los bares, los restaurantes, las actividades culturales y deportivas, las escuelas y las universidades están abiertas, y prácticamente no hay gestos barrera», explica a la AFP el epidemiólogo Antoine Flahault.

«En el plano económico, Taiwán y China registraron un crecimiento positivo del PIB en 2020», añade Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra.

«Vivir con el covid»

Para él, la opción de «covid cero» es mejor a la que ha adoptado la mayoría de países occidentales, en los que «se vive con el virus» «entre dos olas».

«La situación actual no es aceptable, crea demasiada incertidumbre a largo plazo», señala Martin McKee, profesor de salud pública en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

«Intentamos en vano controlar la epidemia», dice McKee a la AFP. «Hay un resurgimiento constante del virus, lo que significa confinamientos adicionales, y nadie puede planear nada, ya sea ir de vacaciones, casarse o invertir en un restaurante», agrega.

Y «cuanto más circula el virus, más nos exponemos a la aparición de mutaciones. No podemos seguir con una tercera, cuarta, decimoquinta o vigésima ola», insiste el profesor, que está convencido de que «covid cero» es «la única alternativa».

¿Pero esta estrategia es posible en Europa? «Sería más difícil», admite Archie Clements, epidemiólogo de la Universidad de Curtin, en Perth (Australia).

«Hay varias razones a esto: la mayor movilidad y densidad de población en Europa, la dependencia de la economía europea a los viajes transfronterizos y el hecho de que Europa es un destino turístico importante», explica.

«Imperialista»

En Australia y Nueva Zelanda tenemos ventajas naturales que no tienen otros países, especialmente nuestro aislamiento y la falta de fronteras terrestres», añade.

Pero este tipo de argumento no convence a los europeos que están a favor del «covid cero».

«Cuando Reino Unido tiene una tasa de mortalidad superior a la de Alemania, Suiza o Francia, no decimos que su insularidad sea la razón de sus malos resultados», señala el profesor Flahault, aunque admite que esta estrategia implicaría controles fronterizos en el espacio Schengen.

McKee recalca por su parte que «Taiwán y Vietnam están densamente poblados» y también rechaza otra teoría que se escucha a veces, según la cual los asiáticos serían más dóciles que los europeos. «Es una visión bastante imperialista», estima.

Independientemente de que la estrategia «covid cero» pueda ser importada o no, en cualquier caso es «demasiado tarde para eso en Europa», donde el virus y sus variantes circulan con mucha fuerza, estima el profesor Clements.

«Europa perdió la oportunidad de adoptar una estrategia de covid cero al final del primer confinamiento» y «prefirió aprovechar el verano» dejando «circular el virus», dice el profesor Flahault.

Según él, nuestras democracias deben abrir un «verdadero debate» para evitar «repetir los errores del pasado». «Varios países europeos verán disminuir significativamente el número de casos en pocas semanas y tendrán que hacerse esta pregunta.

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Meticulosa investigación sigue la pista a cada paciente para frenar propagación del coronavirus

Desde la familia y los amigos hasta los vecinos en un avión o el personal sanitario, estas investigaciones pueden potencialmente alcanzar a "varias decenas" de personas y movilizar a muchos profesionales.

/ 2 de febrero de 2020 / 16:44

La investigación a que se somete cada paciente infectado con el nuevo coronavirus es tan meticulosa que puede implicar a decenas de personas, pues hay que encontrar a todo aquel con el que entró en contacto y asegurarse de que no contamine a otros a su vez.

"El objetivo es contener la epidemia rompiendo las cadenas de transmisión", explicó a la AFP Bruno Coignard, de la agencia sanitaria Salud Pública Francia, encargada de dirigir estas investigaciones en Francia.

Estas responden a "protocolos estandarizados" y los países intercambian periódicamente sobre el tema, bajo la égida de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el plano internacional, el proceso se ha seguido con otras epidemias, como el SRAS en 2002-2003 o el Ébola en 2014.

"Una vez confirmado un caso, las autoridades se esfuerzan por identificar (…) a las personas con las que ha estado en contacto cercano, para asegurarse de que no corren el riesgo de propagar la infección", indicó el médico Bharat Pankhania, de la Universidad de Exeter (Inglaterra).

Es lo que se llama "contact tracing" (seguimiento de contactos).

  • Fotos: AFP

Todo comienza por un interrogatorio del paciente, para identificar a las personas con las cuales estuvo en contacto desde que aparecieron los síntomas (se parte del principio que antes no era contagioso, incluso si es una de las incógnitas que que hay).

Una vez que esas personas son identificadas, son contactadas por epidemiólogos que las clasifican en tres niveles de riesgo: cero/insignificante, bajo, moderado/alto.

El más alto corresponde a "estrechos contactos, cara a cara, a menos de un metro, durante una duración suficientemente prolongada, 10/15 minutos", según Coignard. Es, por ejemplo, la situación de una pareja.

Por el contrario, el nivel más bajo concierne al personal sanitario, con poco riesgo al estar bien protegido, o a las personas "que tienen contactos muy ocasionales y furtivos" con el enfermo.

"Si se cruza con él en la calle, no hay razón para tener una transmisión", subraya Coignard.

Más difícil de medir, el nivel intermedio, bajo, se deja a la apreciación del epidemiólogo.

– Confinamiento –

A continuación se dan instrucciones a las personas según su nivel de riesgo.

En el caso más elevado, se les pide que permanezcan en casa, que tomen su temperatura dos veces al día y que se comuniquen con las autoridades sanitarias si presentan síntomas.

Los servicios médicos les telefonean todos los días para garantizar un seguimiento activo.

Las personas con nivel de riesgo intermedio también deben tomar su temperatura dos veces al día y reportarse en caso de síntomas o fiebre, pero pueden salir.

Para esos dos niveles de riesgo, el seguimiento dura 14 días, periodo máximo estimado de incubación (intervalo entre el omento en que se contrae el virus y se desarrollan los síntomas).

Las personas en nivel de riesgo considerado cero/insignificante no tienen que hacer nada en particular.

Desde la familia y los amigos hasta los vecinos en un avión o el personal sanitario, estas investigaciones pueden potencialmente alcanzar a "varias decenas" de personas y movilizar a muchos profesionales, dice Coignard. Todo depende de la rapidez de detección de un caso positivo y del número de personas con las que ha estado en contacto.

Si la epidemia se acelerara en lugares donde los sistemas de salud son frágiles, el sistema de atención de la salud se vería sometido a una gran presión en los países desarrollados. Una perspectiva que preocupa a la OMS.

"Si la epidemia se propagara a nivel mundial (…) el sistema británico podría tener dificultades para verificar cada caso sospechoso", comenta el profesor Martin Hibberd, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine. (02/02/2020)

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