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Los manifestantes de Birmania lucharán ‘hasta el final’ a pesar de la represión de la junta

Decenas de miles de manifestantes volvieron a salir a la calle este miércoles en Birmania, asegurando que lucharán «hasta el final» contra el golpe de Estado a pesar de la represión de la junta.

En Rangún, los manifestantes se reunieron cerca de la famosa pagoda de Sule, en el centro de la capital económica. En un intento de impedir el despliegue de las fuerzas de seguridad, algunos bloquearon varias calles con coches y camiones, alegando que se habían averiado.

Otros marcharon a pie o en vehículos de dos ruedas con pancartas que decían «íLucha por la democracia!», «íRechaza el golpe de Estado!» y «íRespeta la ley!».  

«Debemos luchar hasta el final», dijo a la AFP un birmano de 21 años.  

«Aquí es donde corrimos por nuestras vidas durante la represión de 1988», recuerda Nilar Thein, una estudiante de la época. «No podemos dejar que la generación más joven se enfrente a las mismas atrocidades», asegura. Unas 3.000 personas perdieron la vida durante ese levantamiento popular.  

No se registró ningún incidente y no se vio presencia militar significativa.

Sin embargo, el relator de Naciones Unidas Tom Andrews dijo temer un recrudecimiento de la violencia después de haber recibido informaciones sobre el envío de tropas «desde las regiones periféricas a Rangún».

«Aterrado»

«En el pasado, estos movimientos de tropas precedían a las matanzas, desapariciones y detenciones masivas», alertó Andrews, que dijo estar «aterrado».

En Naipyidó, la capital administrativa donde la exjefa del gobierno civil Aung San Suu Kyi se encuentra bajo arresto domiciliario, funcionarios, ingenieros y estudiantes marcharon en gran número al grito de «íAyúdanos a salvar a Birmania!». Otras manifestaciones tuvieron lugar en todo el país.

Tras su golpe de Estado del 1 de febrero que puso fin a una frágil transición democrática de diez años, los militares reforzaron la represión con la prohibición de congregarse, cortes de internet, detenciones nocturnas y refuerzo del arsenal legislativo.

El miedo a las represalias está en la mente de todos en el país, que ya ha vivido bajo el yugo de los militares durante casi 50 años desde su independencia en 1948.   Varias manifestaciones dieron lugar a fuertes tensiones en los últimos días.  

La policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma en varias ocasiones, dejando varios heridos.

Una joven de 20 años que recibió la semana un disparo en la cabeza –probablemente con balas reales– está en estado de muerte cerebral.

Un policía murió el martes debido a las heridas que sufrió durante una manifestación en Mandalay (centro), informó la junta que calificó estas protestas de «violentas» y esgrimió repetidamente las amenazas de «sanciones».

Pese a ello, los llamados a la desobediencia civil prosiguen: médicos, profesores, controladores aéreos, trabajadores ferroviarios están en huelga contra el golpe. Los huelguistas son particularmente blanco de las detenciones.

(17/02/2021)