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La ofensiva diplomática se intensifica en busca de una tregua en Gaza

La ofensiva de la comunidad internacional se intensificaba este martes para intentar detener los bombardeos del ejército israelí en Gaza y las salvas de cohetes palestinos sobre Israel, sin visos de amainar tras una semana de escalada sangrienta.

Al menos 200 personas han muerto, en su inmensa mayoría palestinos, desde que el lunes estalló esta espiral de violencia entre el Israel y los grupos palestinos de la Franja de Gaza.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá por cuarta vez para una sesión de emergencia este martes, pero Estados Unidos sigue opuesto a la adopción de una declaración pidiendo «el cese de la violencia».

El presidente estadounidense, Joe Biden, acusado por su propio partido de falta de firmeza frente a Israel, expresó el lunes por la noche su apoyo a un «alto el fuego», en una nueva llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Los protagonistas hacen oídos sordos a estos llamamientos. «Nuestra línea es seguir atacando objetivos terroristas», recalcó el lunes por la noche el jefe del gobierno israelí.

Durante la noche, las ataques prosiguieron en el enclave palestino: poco después de medianoche, aviones de combate israelíes lanzaron misiles sobre edificios de la ciudad de Gaza y las explosiones iluminaban el cielo, constataron varios periodistas de la AFP.

Los bombardeos de la víspera alcanzaron las oficinas de la Media Luna Roja catarí y la única clínica dedicada a la detección del covid-19 en este territorio asolado por la pobreza y bajo bloqueo israelí desde hace casi 15 años.

Civiles

«Lo único que podemos hacer es quedarnos en casa, la muerte puede llegar en cualquier momento», declaró Ruba Abu Al Auf en Gaza. «Los bombardeos son una locura y no distinguen entre personas».

Los misiles israelíes dejaron cráteres en la calzada y causaron destrozos graves en la red eléctrica, sumiendo a Gaza nuevamente en la oscuridad.

Existe el riesgo de crisis humanitaria, con casi 40.000 palestinos desplazados y 2.500 personas que perdieron sus hogares en los bombardeos.

El movimiento islamista Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, amenazó con disparar más cohetes contra Tel Aviv si la aviación israelí «no deja de apuntar a civiles». Decenas de sus misiles cayeron sobre el sur de Israel.

El ejército afirma haber apuntado a lo que denomina «el metro» -túneles subterráneos que según Israel permiten al movimiento islamista trasladar sus municiones- y a las casas de comandantes de Hamás, porque asegura que algunas se utilizaban para «almacenar armas».

Desde el comienzo de las hostilidades el 10 de mayo, 200 palestinos han muerto en Gaza, incluidos al menos 59 niños, y más de 1.300 han resultado heridos, según un saldo palestino.

En el lado israelí, 10 personas murieron, incluido un niño, y 294 resultaron heridas por el lanzamiento de cohetes.

En otro frente, desde el sur de Líbano se volvieron a lanzar cohetes hacia Israel pero no cayeron en territorio israelí, afirmó el ejército, que ha tomado represalias con disparos hacia el «punto de lanzamiento» de los proyectiles.

Diplomacia ‘discreta’

En Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, el presidente Mahmud Abas pidió al enviado estadounidense Hady Amr una «intervención» de Washington.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendió el enfoque diplomático «discreto» pero «intensivo» de Washington sobre este asunto.

Los presidentes de Francia y de Egipto, Emmanuel Macron y Abdel Fattah Al Sissi, respectivamente, quieren ejercer de mediadores para alcanzar un alto el fuego y pedirán el respaldo de Jordania. Hay otro canal abierto, a través de la ONU, con la ayuda de Catar y de Egipto.

La Unión Europea también abordará el conflicto, el más mortífero desde el verano de 2014, este martes en una reunión por videoconferencia de sus ministros de Relaciones Exteriores.

El conflicto estalló el 10 de mayo con una andanada de misiles de Hamás contra Israel en «solidaridad» con los cientos de manifestantes palestinos heridos en enfrentamientos con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.

La violencia se originó por la amenaza de expulsión de familias palestinas a favor de colonos israelíes en este sector palestino ocupado por Israel durante más de 50 años.

Las hostilidades se han extendido a Cisjordania, donde los enfrentamientos con el ejército israelí han dejado 20 muertos en una semana, según el último saldo palestino.

Fatah convocó un «día de ira» y una huelga general para el martes. Un llamamiento que también se ha hecho en las ciudades árabes israelíes y en las localidades «mixtas» de Israel, donde la tensión entre judíos y árabes es alta.