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Lasso abre Ecuador al libre comercio y promueve nueva ley de comunicación

El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, inició el lunes su mandato de cuatro años abriendo el país al libre comercio mundial e impulsando una nueva ley de Comunicación para reemplazar la norma dictada en 2013, considerada una «mordaza».

Tras posesionar a casi 30 ministros y altos funcionarios en el Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo en Quito, Lasso, de 65 años, anunció que presentará en las próximas horas ante el Parlamento unicameral un proyecto de ley de libertad de expresión.

«Uno de los símbolos de los últimos 14 años en el Ecuador ha sido un excesivo control sobre la libertad de expresión, sobre la prensa libre, sobre los periodistas», dijo el derechista después de ser investido por el Legislativo.

Las fuerzas en el Parlamento están dispersas y el oficialismo se alió con sectores de centro e izquierda para tener mayoría absoluta, excluyendo al correísmo, el principal bloque con 49 de los 137 curules.

La actual ley de Comunicación, tildada de «mordaza» por medios y organismos que defienden la libertad de expresión, fue promovida por el gobierno del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), de quien Lasso es su principal crítico.

El exgobernante Lenín Moreno, quien fuera vicepresidente de Correa y cuyo período concluyó el lunes, sacó adelante reformas a esa norma, eliminando un organismo controlado por el Ejecutivo que sancionaba a medios, periodistas y caricaturistas con multas y medidas como rectificaciones, disculpas públicas y procesos administrativos no penales.

Alivio para deudores

El nuevo presidente ecuatoriano también restableció derechos a cerca de 1,7 millones de personas que por deudas morosas de hasta 1.000 dólares con el sistema financiero figuraban en una lista que les impedía acceder a nuevos créditos y realizar actividades mercantiles.

Eso les permitirá «la reincorporación a la vida productiva» y «este es un acto de estricta justicia, es un acto que también busca la reactivación económica del país», señaló, sin que se trate de un perdón de deudas.

Asimismo, dictó normas de comportamiento ético para su gobierno.

Previamente, en su investidura en la Asamblea Nacional, Lasso dijo que «hoy el Ecuador declara que abre sus puertas al comercio mundial» y que buscará ingresar al país como socio en la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) «en el menor tiempo posible».

«Abriremos Ecuador a tratados de libre comercio con nuestros más grandes aliados», afirmó el gobernante de la nación con una economía dolarizada, dependiente del petróleo y con 17,5 millones de habitantes.

Sin mencionar a Correa, que estuvo en el poder una década y dejó implantada la reelección indefinida, luego derogada, Lasso expresó que otros gobiernos «en medio de tanta rencilla y lucha intestina cedieron a la peor de las debilidades políticas: la tentación autoritaria».

«Iniciamos la lucha para recuperar el alma democrática de nuestro país», aseguró el exbanquero conservador, afirmando que «se acabó la persecución política en el Ecuador», un mal que se le achaca al correísmo.

«Yo no he venido a saciar el odio de pocos, he venido a saciar el hambre de muchos», señaló. Sostuvo que priorizará la erradicación de la desnutrición infantil, el trabajo por la igualdad de género y la lucha contra el desempleo, que se agravaron con la pandemia.

Un país en problemas

Líder del movimiento Creando Oportunidades (CREO), Lasso hereda un país en crisis económica, social y sanitaria: Ecuador es la séptima nación de Latinoamérica con más casos de covid-19 (418.851) y muertos (20.193), según un conteo de la AFP basado en cifras oficiales.

«Hoy recibimos un país con históricos niveles de desempleo, un país que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia brutal», dijo el presidente, posesionado en un acto al que asistieron los mandatarios de Brasil, Jair Bolsonaro; República Dominicana, Luis Abinader; y Haití, Jovenel Moise, así como del rey de España, Felipe VI.

Estados Unidos fue representado por su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.

El desempleo en Ecuador creció a 5,5% en marzo, mientras que la pobreza por ingresos aumentó a 32% en diciembre último, de acuerdo con gobierno de Moreno.

Con una aceptación del 60,5%, Lasso llegó al poder en su tercer intento desde 2013, tras derrotar en el balotaje del 11 de abril al delfín del correísmo, Andrés Arauz, por 4,72 puntos.

Sobre el impacto de la pandemia, el presidente -miembro del Opus Dei y que se apoya en un bastón para caminar debido a una mala práctica médica- advirtió que tiene por delante «meses difíciles».

«Vacunaremos sin descanso porque el virus no descansa», sostuvo, al insistir en su plan de inocular contra el covid-19 a nueve millones de personas en los primeros 100 días.

Moreno dejó cerca de 1,9 millones de dosis administradas. A penas medio millón de ciudadanos tiene la pauta completa.

Lasso ha anticipado alianzas público-privadas y concesiones para obtener recursos para la economía ecuatoriana, que en 2020 decreció en 7,8% y carga una deuda externa e interna equivalente a 63% del PIB (61.300 millones de dólares).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es el principal prestamista de Ecuador a cambio de reformas estructurales como subidas de impuestos y planes de privatización, medidas rechazadas por sectores sociales.