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Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 20:14 PM

Sin argumentos militares, EEUU debe reinventar su relación con los talibanes

El ejército estadounidense completó su retiro el lunes. Pero Washington no puede desinteresarse de un país en donde Al Qaeda organizó, bajo el anterior régimen talibán, los atentados del 11 de septiembre.

/ 31 de agosto de 2021 / 22:58

Estados Unidos, al que solo le queda la ayuda económica para presionar a los talibanes, tendrá que reinventar su relación con Afganistán para defender sus intereses tras haber puesto fin a dos décadas de presencia militar en el país.

El ejército estadounidense completó su retiro el lunes. Pero Washington no puede desinteresarse de un país en donde Al Qaeda organizó, bajo el anterior régimen talibán, los atentados del 11 de septiembre.

«Tenemos los medios de presión para asegurar que los compromisos» tomados por los nuevos dueños islamistas de Kabul «sean respetados», dijo martes el presidente estadounidense, Joe Biden.

El secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró que Afganistán volverá a ser un «Estado paria», como lo fue entre 1996 y 2001, si limita los avances en cuanto a derechos de las mujeres o transforman nuevamente el país en santuario para el yihadismo internacional.

El consejero de la Casa Blanca para la seguridad nacional, Jake Sullivan, fue aún más explícito: «Esperaremos a ver sus actos antes de decidir sobre el futuro de la ayuda económica y para el desarrollo», dijo el martes.

«Única flecha»

Según Michael Kugelman, del centro de estudios Wilson Center, «la ayuda económica es ahora la única flecha en el arco de Washington», que aún posee la llave de acceso a 9.000 millones de dólares en reservas de divisas de Afganistán, actualmente congeladas.

La ayuda internacional representaba en 2019 tres cuartas partes del gasto público en este país entre los más pobres del mundo, y los estadounidenses, según algunas estimaciones, financiaban más de la mitad de los salarios de funcionarios hasta la caída del gobierno prooccidental.

Hoy el país se ve amenazado por «un derrumbe completo de los servicios básicos», advirtió martes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

No obstante, la «flecha» económica está desafilada. Porque otras potencias, empezando por China, «no pedirán tantas garantías a los talibanes para concederles reconocimiento y asistencia económica», dijo a la AFP Kugelman.

«Los diplomáticos occidentales se obsesionan con los medios de presión», pero la realidad es que «perdimos la guerra», añade Graeme Smith, asesor para la organización de prevención de conflictos International Crisis Group.

Predice una relación a base de «negociación y no de coerción».

En lo inmediato, el gobierno estadounidense tiene una prioridad: permitir la salida de Afganistán de sus ciudadanos aún varados y facilitar el de otros extranjeros y afganos que trabajaron con el ejército de Estados Unidos pero no pudieron ser evacuados a tiempo.

Crisis humanitaria

Por ahora el departamento de Estado apuesta a la presión diplomática.

Los otrora insurgentes «están sometidos hoy a las mismas sanciones que ayer, y espero que siga siendo el caso mañana y en un futuro próximo», declaró martes el vocero de la diplomacia estadounidense, Ned Price, subrayando que su levantamiento dependerá de la actitud adoptada por los talibanes.

Pero Grace Smith, como varias organizaciones, juzga necesarias derogaciones para facilitar la llegada de ayuda humanitaria y evitar una crisis de gran amplitud que «desestabilizaría» la región y fomentaría «olas migratorias sin precedente».

A más largo plazo, los intereses estadounidenses se relacionan sobre todo con la lucha contra el terrorismo.

Biden afirmó que su país alcanzó el objetivo inicial en Afganistán: evitar que el país sirva nuevamente de «rampa de lanzamiento» para ataques en su territorio.

Para asegurarse de que siga siendo el caso, Estados Unidos puede paradójicamente apoyarse en el diálogo que instauró, durante largas negociaciones en Catar pero también en la reciente crisis, con sus enemigos jurados talibanes.

«Comenzaron a aprender a conocerse», dice Smith.

Desde mediados de agosto, militares y diplomáticos estadounidenses multiplicaron comentarios positivos acerca de los nuevos dirigentes afganos, cuando sus intereses convergían de manera asombrosa. Los estadounidenses querían irse, los talibanes querían que se fueran y todos querían evitar ataques del enemigo en común, el grupo yihadista Estado Islámico.

Para la exdiplomática Elizabeth Threlkeld, investigadora en el centro de pensamiento Stimson Center, es en las garantías antiterroristas, y quizá en la formación de un gobierno «inclusivo», que la presión estadounidense puede tener cierto «éxito».

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Biden dice estar ‘convencido’ de que Putin decidió invadir Ucrania

Rusia niega cualquier plan de invasión pero exige garantías para su seguridad, como la retirada de la OTAN de Europa del Este, que los países occidentales rechazan.

Biden

/ 18 de febrero de 2022 / 21:17

Joe Biden dijo por primera vez el viernes estar «convencido» de que el mandatario ruso, Vladimir Putin, «ha tomado la decisión» de invadir Ucrania, y que la multiplicación de enfrentamientos pretende crear una «falsa justificación» para lanzar la ofensiva en la próxima «semana» o «días».

Pero el presidente de Estados Unidos dejó la puerta abierta al diálogo. «Hasta que lo haga, la diplomacia siempre es una posibilidad», dijo en una alocución televisada desde la Casa Blanca, y anunció que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunirá el jueves 24 en Europa con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, hablará por teléfono con Putin el domingo, al día siguiente de una llamada con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski.

Zelenski prevé asistir a la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebra hasta el domingo con muchos líderes internacionales. Biden cuestionó abiertamente si era «sabio» de su parte abandonar Ucrania en medio de la creciente tensión.

Rusia niega cualquier plan de invasión pero exige garantías para su seguridad, como la retirada de la OTAN de Europa del Este, que los países occidentales rechazan.

«Falsa justificación»

Los temores de una intervención militar rusa en Ucrania eran más fuertes que nunca en medio de crecientes violaciones del alto el fuego entre los separatistas prorrusos y las fuerzas ucranianas que han estado luchando desde 2014 en el este de Ucrania.

Los líderes de los territorios secesionistas prorrusos de esta región ordenaron la evacuación de civiles a Rusia.

«Todo es consistente con la estrategia que los rusos han usado en el pasado, que es crear una falsa justificación para intervenir contra Ucrania», dijo Biden después de otra conferencia telefónica con sus aliados de la OTAN.

Un funcionario estadounidense estimó el viernes que Rusia tenía 190.000 tropas, incluidas las de las fuerzas separatistas en Ucrania.

Es «la mayor concentración de tropas militares» desde la Guerra Fría, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al señalar que Rusia podría pasar al ataque sin advertencia.

Putin acusa a Kiev

Putin, a su vez, acusó a Kiev de alimentar el conflicto y señaló un «agravamiento de la situación en Donbás», una región donde el ejército ucraniano ha estado luchando contra las fuerzas prorrusas apoyadas por Moscú durante ocho años.

«Todo lo que tiene que hacer Kiev es sentarse a la mesa de negociación con los representantes (de los separatistas) de Donbás y llegar a un acuerdo», afirmó.

Occidente prometió devastadoras sanciones económicas a Moscú en caso de invasión de Ucrania. Convertirían a Rusia en un «paria», aseguró un alto funcionario estadounidense el viernes.

Pero Putin volvió a hacer a un lado la amenaza: «Las sanciones se impondrán ocurra lo que ocurra. Haya o no una razón, ellos encontrarán una, pues su objetivo es frenar el desarrollo de Rusia».

Para aumentar las tensiones, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que Putin supervisará personalmente los ejercicios militares programados para el sábado, que involucran misiles con capacidad nuclear.

¿Retirada o no?

A lo largo del día, los beligerantes en el este de Ucrania se acusaron mutuamente de violar una tregua y usar armas pesadas.

Por la tarde aún se escuchaban bombardeos en Stanitsa Luganska, ciudad bajo control ucraniano, según periodistas de AFP. Ya había sido objeto de disparos el día anterior, que impactaron en una escuela infantil.

El líder separatista de la región de Donetsk, Denis Pushilin, anunció una evacuación de civiles a Rusia, «en primer lugar mujeres, niños y ancianos».

Su homólogo de la vecina «república» de Lugansk, Leonid Passetchnik, hizo lo mismo antes de llamar a «todos los hombres capaces de empuñar un arma para defender su patria».

Y Putin ordenó el pago de 10.000 rublos (unos 114 euros, 129 dólares) a cada persona que abandone estas zonas. Los canales de televisión rusos mostraron imágenes de evacuaciones de niños reunidos en el patio de un orfanato.

A medida que aumentan las tensiones en el terreno, Rusia volvió a afirmar el viernes proceder al retiro de unidades militares en las afueras de Ucrania. Pero Ucrania respondió que eso no está pasando.

El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, incluso aseguró que el ejército ruso estaba enviando «más fuerzas» y preparándose para una intervención «acercándose a la frontera, posicionando tropas, aumentando sus capacidades logísticas».

Al mismo tiempo, Washington y Londres acusaron a Moscú de ser «responsable» de los últimos ataques cibernéticos contra sitios web oficiales ucranianos esta semana, a pesar de las negativas del Kremlin.

Rusia dice que no se alejará de Ucrania a menos que los países occidentales acuerden nunca permitir que Kiev ingrese a la OTAN y retirar las fuerzas estadounidenses de Europa del Este, creando efectivamente una nueva versión de las esferas de influencia de la era de la Guerra Fría en el continente.

El conflicto entre los rebeldes prorrusos fuertemente armados y las fuerzas gubernamentales ucranianas en el este del país dura ya ocho años, y se ha cobrado la vida de más de 14.000 personas y forzado a más de 1,5 millones a abandonar sus hogares.

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El futuro del aeropuerto de Kabul es objeto de intensas negociaciones

La idea de que el aeropuerto podría cerrarse temporalmente fue planteada el miércoles por su jefe, el secretario de Estado Antony Blinken.

/ 28 de agosto de 2021 / 09:00

¿Quién dirigirá el aeropuerto de Kabul tras la salida de las fuerzas estadounidenses? Esa pregunta es vital para los nuevos gobernantes talibanes de Afganistán, pero también para los países occidentales que aún esperan evacuar extranjeros y afganos.

En solo cuatro días, el 1 de septiembre, el aeropuerto internacional Hamid Karzai estará bajo la responsabilidad de los islamistas de línea dura, quienes ya el viernes afirmaban haber tomado «el control» ciertas zonas de la parte militar de las instalaciones.

«Nos vamos a ir el 31 de agosto. En esa fecha, estaremos devolviendo el aeropuerto al pueblo afgano», dijo el viernes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, poniendo fin a las especulaciones sobre la posibilidad de que el terminal aéreo quedara en manos internacionales.

Pero aunque el gobierno afgano se derrumbó ante el avance de los talibanes sobre Kabul, los otrora insurgentes, ahora en el poder, aún no han formado gobierno.

«Gestionar un aeropuerto no es un asunto sencillo», dijo Price. «Creo que tal vez no sea razonable esperar que haya operaciones aeroportuarias normales el 1 de septiembre».

La idea de que el aeropuerto podría cerrarse temporalmente fue planteada el miércoles por su jefe, el secretario de Estado Antony Blinken.

Dijo que había habido «esfuerzos muy activos» por parte de los países de la región para ayudar a mantenerlo abierto «o, en su caso, reabrirlo si se cierra durante algún periodo de tiempo».

Blinken insistió en que el destino del aeropuerto es importante para los talibanes, quienes al parecer no quieren estar de nuevo al frente de un régimen paria, como ocurrió entre 1996 y 2001.

Los islamistas esperan, en particular, que la ayuda humanitaria fluya rápidamente hacia el país.

¿Rol para Ankara?

Pero el aeropuerto también es importante para los países occidentales que quieren poder sacar a sus ciudadanos de Afganistán, así como a los miles de aliados afganos que no podrán ser evacuados en el puente aéreo dirigido por Estados Unidos hasta el 31 de agosto.

Hasta ahora, la OTAN ha desempeñado un papel fundamental: el personal civil de la alianza se ha encargado del control del tráfico aéreo, el suministro de combustible y las comunicaciones, mientras que los contingentes militares de Turquía, Estados Unidos, Gran Bretaña y Azerbaiyán se encargan de la seguridad.

Ante la inminente retirada total de las fuerzas internacionales, se pensó durante un tiempo que quizás Turquía entraría en escena y mantendría la responsabilidad de asegurar el perímetro del aeropuerto.

La esperanza era que los talibanes aceptaran la presencia de una pequeña fuerza de Turquía, una nación mayoritariamente musulmana que también forma parte de la OTAN.

Pero una vez que tomaron el poder, los talibanes han dicho repetidamente que no aceptarán ninguna presencia militar extranjera en Afganistán después del 31 de agosto, y los soldados turcos han comenzado a retirarse.

Sin embargo, las negociaciones han continuado en el frente diplomático.

Tras las primeras conversaciones el viernes entre funcionarios turcos y los talibanes en Kabul, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reveló que los talibanes ahora quieren supervisar la seguridad del aeropuerto, al tiempo que ofrecieron a Ankara la opción de encargarse de la logística.

«Tomaremos una decisión una vez que prevalezca la calma», dijo Erdogan, afirmando que el ataque suicida del jueves a las puertas del aeropuerto mostraba lo complejo de la misión.

Además de Turquía, los diálogos sobre el futuro del aeropuerto han incluido a Catar y a operadores privados, mientras que Estados Unidos ha dicho que está actuando como facilitador.

Pero la cuestión de quién se hace cargo del aeropuerto es delicada. Funcionarios estadounidenses afirman que, más allá de los problemas de seguridad, el aeropuerto está en mal estado. Además, según ellos, aparte del ejército de Estados Unidos, hay pocas entidades en el mundo capaces de hacerse cargo de él de un día para otro.

Expertos estadounidenses y occidentales en tráfico aéreo acaban de completar una evaluación del aeropuerto en un intento de valorar si los vuelos comerciales podrían reanudarse rápidamente, dijo Price el viernes.

Otros funcionarios son más tajantes: no habrá muchas aerolíneas que acepten volar a Kabul mientras los talibanes no sean capaces de ofrecer garantías respecto a la seguridad y a la infraestructura.

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EEUU sancionará a todo país que compre petróleo a Irán

Uno de los países afectados, Turquía, prometió desobedecer la orden de Washington, que provocó un estallido de los precios globales, aunque el presidente Donald Trump dijo que Arabia Saudita y otros aliados de Washington "más que compensarán" la caída de la oferta petrolera.

/ 22 de abril de 2019 / 23:04

Estados Unidos anunció este lunes que empezará a imponer sanciones a todo país, incluyendo aliados como India, que compre crudo a Irán, un nuevo paso en su lucha contra Teherán que podría tensar sus relaciones internacionales. 

Uno de los países afectados, Turquía, prometió desobedecer la orden de Washington, que provocó un estallido de los precios globales, aunque el presidente Donald Trump dijo que Arabia Saudita y otros aliados de Washington «más que compensarán» la caída de la oferta petrolera.

Con estas medidas, que específicamente ponen fin a las exenciones que permitían a ocho países seguir comprando crudo a Irán, Trump busca «llevar a cero las exportaciones» de petróleo iraní y «privar al régimen de su principal fuente de ingresos», anunció la Casa Blanca.

Las amenazas de sanciones abren un nuevo frente de fricciones en las relaciones ya tensas de Washington con Pekín y Ankara.

«No aceptamos sanciones unilaterales e imposiciones sobre cómo estableceremos relaciones con nuestros vecinos», aseguró en respuesta a la amenaza estadounidense el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, que añadió que la medida no ayudará a la «paz y la estabilidad regional».

La medida es especialmente delicada para India, aliada estratégica de Washington y tercer importador mundial de crudo, que ya enfrenta presiones de Estados Unidos para dejar de comprar petróleo a Venezuela, en la lucha de Trump para derrocar al mandatario Nicolás Maduro.

El gobierno indio dijo estar «estudiando las consecuencias de la decisión».

«Si no respetan esto, habrá sanciones», advirtió el secretario de Estado, Mike Pompeo. «Tenemos la intención de aplicar las sanciones», insistió.

Los otros cinco países sancionados -Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia- ya han reducido drásticamente sus compras de crudo iraní.

La cancillería de Corea del Sur aseguró en un comunicado que está en consultas con Estados Unidos y que hará «lo posible» para «renovar la exención» hasta la semana próxima, cuando expira el plazo dado.

Aumento de la presión

Esta decisión del gobierno de Trump es su último paso en el aumento de la presión que desde el año pasado ejerce contra Teherán, cuando abandonó unilateralmente el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre potencias occidentales y la República Islámica.

Su retiro conllevó el restablecimiento de sanciones de Washington contra Irán, decisión apoyada por Arabia Saudita e Israel. A la medida le han acompañado amenazas a los países que sigan comercializando con Irán.

La prohibición de comprar petróleo iraní era la principal medida de esas sanciones, aunque Washington otorgó exenciones por seis meses a ocho gobiernos, al considerar que el mercado mundial no podía aguantar una brusca eliminación de las ventas de crudo iraní.

El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní aseguró que las sanciones eran «ilegales» desde el principio.

La decisión ocurre dos semanas después de que Washington incluyera a los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la república islámica, en su lista negra de organizaciones «terroristas».

La campaña de Estados Unidos contra Irán busca poner fin a las «actividades desestabilizadoras» de Teherán en Medio Oriente, principalmente en Líbano a través del movimiento chiita Hezbolá, en Yemen a través de los rebeldes hutíes y en Siria por su apoyo al régimen de Bashar al Asad.

Arabia Saudita va a «estabilizar» el mercado

«Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, tres de los productores energéticos más grandes del mundo, con nuestros amigos y aliados, se comprometen a garantizar que los mercados mundiales de petróleo sigan adecuadamente suministrados», anunció la Casa Blanca.

Irán obtuvo 52.700 millones de dólares por exportaciones petroleras en 2017, antes de que Washington retomara las sanciones, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Expertos predicen que muy difícilmente las exportaciones iraníes llegarán completamente a cero, pues siempre existirá un mercado negro.

Los precios saltaron desde que el anuncio de la decisión estadounidense empezó a circular por los medios. El WTI para entrega en mayo, referencia en Estados Unidos, cerró con una subida del 2,7% y se situó en los 65,70 dólares, mientras que el barril de Brent, referencia en Europa, cerró con un aumento del 2,9%, hasta los 74,04 dólares.

En respaldo a los comentarios de Trump, el ministro saudita de Energía, Jaled al Falih, dijo que Riad va a «estabilizar» el mercado.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fiel aliado de Trump en su lucha contra Teherán, se congratuló por la decisión de Washington, que consideró de «importancia capital para reforzar la presión sobre el régimen terrorista iraní».

«La administración Trump y nuestros aliados están determinados a sostener y ampliar la campaña de máxima presión económica contra Irán para poner fin a la actividad desestabilizadora del régimen que amenaza a Estados Unidos y a nuestros socios y aliados, así como a la seguridad en el Medio Oriente», indicó. (22/04/2019)

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