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Incendio forestal deja tierra arrasada en provincia argentina

Un incendio forestal en el norte de la provincia argentina de Córdoba deja tierra arrasada, pero sin muertos ni heridos, según un saldo aún provisional informado a la AFP por funcionarios y pobladores damnificados.

El fuego se inició hace cinco días en cuatro distritos. Logró ser controlado en Tulumba y Sobremonte, pero se mantenían focos activos en Caminiaga y San Pedro Norte, a unos 900 km al noroeste de Buenos Aires.

«Córdoba es uno de los 10 lugares del mundo más proclives a estos incendios», dijo Diego Concha, director de Defensa Civil, en medio de una cruda escena de bosques de palmeras y pastizales devorados por las llamas.

La humareda forma cortinas que tapan el cielo, mientras se escucha el rugir de los aviones hidrantes que pasan rasantes en la pequeña localidad de Caminiaga.

«La palmera prende rápido. El fuego nos encierra enseguida. He visto morir gente en otros años. Me va a tocar perder casi todo», lamentó Eduardo Arregui, un productor ganadero de 66 años, quien habló a través del tapabocas que le sirve para prevenir el covid-19 y ahora también para evitar aspiración directa del humo.

Centenares de bomberos y expertos en combate del fuego de Defensa Civil están desplegados en la zona.

«La verdad es que el clima no está ayudando. Hay vientos muy fuertes y altas temperaturas», subrayó Mauricio Roy, jefe de Defensa Civil en el área norte de la provincia de Córdoba (centro del país).

El avance de las llamas obligó a cortes de rutas y evacuaciones de viviendas, pero aún no hay un balance oficial con cifras.

«El incendio ha sido de grandes proporciones. La palmera es fuertemente combustible», señaló al paso uno de los bomberos.

La humedad en la región es casi nula y dificulta contrarrestar el fuego, que se propaga gracias a los vientos.

«Esto es un peligro porque el viento es muy intenso», dijo desde su montura Alfredo Banegas, un jinete cuidador de ganado que se alejó rápidamente para seguir su tarea de proteger la hacienda.

En los sectores donde el incendio ya fue controlado, la escena es desoladora. Los campos están grises y chamuscados.