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Médicos contra Dios en la vacunación del ‘Cinturón bíblico’ de Holanda

Desde su consultorio en la remota villa pesquera holandesa de Urk, el médico de familia Wilco Bloed trata de convencer a los que, invocando a Dios, no quieren vacunarse contra el COVID-19.

Solo un tercio de la población se ha inoculado en esta región protestante profundamente conservadora, conocida como el «Cinturón Bíblico», que tiene el peor porcentaje de vacunación en Holanda.

Pero con las infecciones en auge en todo el país, los médicos en Urk han lanzado su propia campaña para lograr que los reticentes se vacunen.

«Lanzamos la iniciativa porque Urk es el lugar de Holanda con peor ratio de vacunación, por debajo del 30%, y porque los contagios están realmente subiendo», explica Bloead a AFP.

«Así que, como médicos de familia, decidimos ofrecer vacunaciones en nuestros consultorios» como alternativa a los centros de vacunación, añade.

Esto «ofrece la posibilidad de tener una conversación y eliminar barreras, e incrementar la tasa de vacunación», insiste.

De hecho, desde el inicio de este programa a principios de noviembre, el porcentaje de inmunizados subió al 3%, todavía lejos del 84,7% de media a nivel nacional.

«La aversión a la vacunación está bastante extendida (…) Es cierto que la gente en Urk puede ser bastante terca», se resigna este médico que llegó al pueblo hace 15 años.

«Providencia divina»

Urk fue «zona cero» de los peores disturbios registrados en Holanda en décadas, que estallaron en enero por el confinamiento decretado por el coronavirus.

Desde entonces, la localidad ha presenciado refriegas con periodistas ante iglesias que ofrecían misas durante el confinamiento y pequeños altercados el sábado por la noche mientras nuevos disturbios sacudían el país.

El pueblo, con su puerto y sus cabañas de pescadores de postal, fue una isla hasta hace 70 años, cuando se unió al continente con un proyecto de reclamación de tierras, pero mantiene su mentalidad insular.

«Si el resto de Holanda hace una cosa, Urk hace lo contrario», reconoce Jacob, un joven de 21 años que pesca en el puerto con su amigo.

El municipio conserva la estricta creencia calvinista del llamado «Cinturón bíblico» que se expande hasta el corazón de los Países Bajos.

Los pensamientos religiosos han sido un factor relevante de las bajas de vacunación ante todo tipo de enfermedades en esta localidad, que sufrió un brote de sarampión hace dos años.

Para algunos, inocularse es intervenir en la voluntad de Dios, pero el asunto es complejo, asegura el reverendo Alwin Uitslag, de la iglesia reformada Eben-Haezerberk de Urk.

«Por un lado, la Biblia dice que puedes tomar precauciones. Te puedes preparar para algunas crisis» como el coronavirus, asegura Uitslag a AFP.

«Por otro, dice que la vacunación no está permitida porque no puedes intervenir en la providencia divina», añade.

(24/11/2021)