Icono del sitio La Razón

Nasry Asfura, obligado a ganar para ‘proteger’ el legado de la derecha en Honduras

Actual alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura Zablah, de 63 años, quiere presidir Honduras bajo la bandera del gobernante y organizado Partido Nacional (PN, derecha). Uno de los favoritos, debe lidiar con los estigmas de narcotráfico y corrupción que manchan a su organización.

De raíces palestinas y 1,85 m de estatura, este hombre delgado y pantalón de mezclilla es conocido como «Papi a la orden», que es la forma en la que suele contestar el teléfono o presentarse con sus interlocutores.

Siempre calzando botas de operador de fábrica, usa un teléfono móvil analógico en vez de uno inteligente, y se muestra como gran trabajador de campo y alérgico a las oficinas.

«Ni un solo día me he sentado en mi escritorio de la alcaldía, todos los días salgo a calle a servir a ver dónde están los problemas», aseguró.

«Yo salgo a resolver problemas, sin ninguna cámara (…) sin nadie que me entreviste», dijo en una oportunidad.

De ganar las elecciones del 28 de noviembre, promete «generar trabajo», en un país con 10,9% de desempleo y más de la mitad de su población en situación de pobreza. Está llamado a proteger la permanencia del PN, que gobierna el país desde 2010.

Logros

Sus críticos le reconocen que, durante sus dos periodos de cuatro años en la alcaldía, transformó la capital con la construcción de puentes, túneles y otras obras de cemento y hierro, para descongestionar la ciudad, de más de un millón de habitantes.

Está casado con Lissette del Cid, con la que tiene tres hijas: Stephanie, Monique y Alexandra.

Se matriculó en ingeniería civil en la Universidad Nacional, pero se retiró a trabajar como constructor y fundó una empresa de construcción, una de las más grandes del país.

Sin embargo, en sus mítines no suele entregar argumentos políticos. Quien lo hace usualmente es el candidato a la alcaldía de Tegucigalpa, David Chávez.

Su agrupación es contraria a propuestas progresistas como la legalización del aborto, completamente prohibido en el país, y el matrimonio igualitario.

«Asfura dentro del nacionalismo es la persona menos rechazada, y en la sociedad hondureña en general, pero no tiene un discurso fluido», consideró el profesor de Sociología de la Universidad Nacional, Eugenio Sosa.

(26/11/2021)