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Hijos del exilio por Pinochet aportan otra mirada como ministros de Boric en Chile

Maya Fernández, nieta de Salvador Allende. Foto: Maya Fernández

Eran niños cuando la dictadura de Augusto Pinochet cambió sus destinos. Maya Fernández, nieta del expresidente socialista Salvador Allende, o Marcela Ríos, futuras ministras del gabinete de Gabriel Boric, consideran emblemático que seis hijos del exilio lleguen al poder en Chile con una mirada «distinta».

«Yo creo que es importante nuestra propia historia para lo que queremos para el futuro. Me imagino que cada una de las ministras o ministros que vivió fuera le tocó también una experiencia y un aprendizaje y creo que eso es importante», dijo a la AFP Maya Fernández, bióloga de 50 años, próxima ministra de Defensa del gobierno izquierdista de Gabriel Boric.

Fernández vivió con su familia exiliada en Cuba -tierra de su padre- desde el golpe militar de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, hasta 1992, cuando tenía 21 años. Desde entonces se fue involucrando en la vida política de la entonces incipiente democracia chilena.

«Creo que los exilios, conocer otra vida, otras culturas siempre es importante. Como bien saben, yo estuve exiliada en Cuba toda mi vida, bueno hasta el año 1992, (…) marca», dice al recordar una escolaridad en colegios públicos, con una vida social rica entre amigos que vivían cerca.

Seis de los 24 ministros del gabinete de Boric nacieron, se criaron o estudiaron un tramo de la escuela en el exilio, un fenómeno que afectó a más de medio millón de chilenos que salieron del país por razones políticas, víctimas de tortura, cárcel, represión y pobreza, que entre 1973 y 1990 sufrió el país.

Marcela Ríos

A Cuba, Suecia o Canadá

La mayoría de este grupo de ministros que llegan al gobierno este viernes perciben su experiencia de crianza fuera de Chile como algo bueno.

«Creo que en general el tener gente que hemos vivido largo tiempo afuera del país, que hemos estudiado en otros lugares, que tenemos formaciones profesionales multiculturales y diversas son un aporte a la mirada del Estado, son un aporte al país, a ver los problemas de una mirada distinta, incorporar aprendizajes de otras partes, incorporar modos de hacer», señaló a la AFP Marcela Ríos, próxima ministra de Justicia y Derechos Humanos.

Ríos tenía 13 cuando huyeron gracias a unas monjas como refugiados a Canadá. El 14 de febrero de 1981, tuvo que partir junto a sus padres y hermanos a la pequeña provincia canadiense de Saskatchewan, un lugar donde no terminó de adaptarse tras la salida abrupta de Santiago.

La futura canciller, Antonia Urrejola, tenía seis años cuando sus padres tuvieron que exiliarse en Reino Unido. La titular de Salud, Begoña Yarza, ya sabía leer y escribir cuando los llevaron en un camión militar a un avión de Air France y tras varias escalas terminaron en Cuba.

Alexandra Benado, próxima ministra del Deporte, nació en Estocolmo en 1976 cuando sus padres ya estaban en el exilio, luego seguirían en Cuba. Su madre, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue asesinada durante la dictadura chilena en 1983.

El biólogo Flavio Salazar (56 años) quien será ministro de Ciencia, nació en Buenos Aires. En 1971 regresó con su familia atraídos por el triunfo electoral de Allende, pero su padre sindicalista y militante del Partido Comunista se vio obligado a buscar asilo tras las protestas de 1984 -en plena dictadura- y se fueron a Suecia.