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Peruanos visitan Catacumbas en Semana Santa tras dos años de pandemia

Cientos de peruanos y turistas extranjeros visitan las Catacumbas coloniales de la iglesia San Francisco de Lima en Semana Santa tras dos años de pandemia del coronavirus.

Las Criptas de Lima son una amplia red de túneles y catacumbas que funcionaron como osarios localizadas en la Basílica y Convento de San Francisco, construido en 1535.

Al interior de las Catacumbas existen cinco pozos de cerca de diez metros de profundidad, que contienen osamentas. Estos pozos de ladrillo y cal tenían la finalidad de proteger la antigua edificación de fuertes sismos.

«La experiencia de esta visita es impresionante porque, a pesar de los años, ves que existe un buen mantenimiento de las catacumbas», dijo a la AFP Angierela Torres.

«No me dio vértigo estar en las Catacumbas. Ver el tema de las fosas y huesos fue bastante sorprendente», agregó Torres, de 31 años, tras visitar el sábado el Museo Convento de San Francisco y Catacumbas.

«Realmente fue interesante la visita. Es muy importante valorar nuestra cultura y aprender de ellos. Me voy con un bonito recuerdo» en Semana Santa», expreso el médico Vladimir Herrera de 33 años.

Las criptas de San Francisco o Catacumbas, como se las conoce popularmente, sirvieron de sepultura a miembros de cofradías y hermandades hasta principios del siglo XIX.

Las criptas como tales funcionaron legalmente hasta el año 1808, llegando a albergar un total de 25.000 cadáveres, según el museo.

Las Catacumbas dejaron de ser usadas como espacios para la inhumación legal a partir de un decreto de 1821, firmado por el general argentino José de San Martín, privilegiándose la aparición de los cementerios laicos en Lima.

Las visitas al Museo Convento de San Francisco y Catacumbas se reabrieron en 2021, pero esta es la primera vez que recibe visitas en Semana Santa después de dos años de pandemia.

En el museo también se conserva una biblioteca con 20.000 libros, entre ellos un ejemplar del primer diccionario editado por la Real Academia de la Lengua.

En 1988, el convento de San Francisco, una de las joyas más representativas de la arquitectura virreynal de Perú, fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.