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Ucrania entra en su cuarto mes de guerra con dificultades en el Donbás

Un soldado ucraniano en un vehículo blindado, no lejos de la línea del frente

La guerra en Ucrania entra el martes a su cuarto mes de combates, ahora concentrados en el este, donde las tropas rusas quieren acabar con las últimas bolsas de resistencia en la región de Lugansk, en la cuenca minera del Donbás.

Tras alejar a las fuerzas invasoras de las dos grandes ciudades del país, la capital Kiev y la nororiental Járkov, los ucranianos reconocen «dificultades» para contener el avance ruso en el Donbás, que incluye las regiones de Lugansk y Donetsk.

«Las próximas semanas de guerra serán difíciles», advirtió el lunes por la noche el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

«Los ocupantes rusos se esfuerzan en demostrar que no abandonarán las zonas ocupadas de la región de Járkov (noreste), que no entregarán la región de Jersón (sur), los territorios ocupados de la región de Zaporiyia (sureste) y el Donbás (este)», insistió.

La situación es «extremadamente difícil» en el Donbás, donde los rusos buscan «eliminar todo lo que esté vivo», dijo Zelenski.

Objetivo Severodonetsk

Moscú centra su fuego en el reducto de resistencia ucraniano en Lugansk, tratando de rodear las ciudades de Severodonetsk y Lysychansk, separadas por el río Donets.

El Ministerio de Defensa ucraniano dijo que hay combates encarnizados muy cerca de esas dos urbes, en las localidades de Popasna y Bajmut, al sur y suroeste, lo que hace pensar en un intento de cercarlas.

Aunque los bombardeos son constantes, muchos habitantes se resisten a huir. «La gente no quiere marchar», lamenta el vicealcalde de Bajmut, Maxim Sutkoviy, ante un autobús medio vacío que debería alejar a los civiles de los combates.

Quienes se quedan, hablan de disparos de misiles y bombas que empiezan de madrugada y se alargan hasta el mediodía en las cercanías de esta localidad.

Por su parte, Severodonetsk está bombardeada «las 24 horas del día» por los rusos, que «utilizan la táctica de tierra arrasada», dijo el gobernador de Lugansk, Sergei Gaidai.

Después de la caída de Mariúpol, arrasada por un largo asedio, Severodonetsk supondría una gran conquista de Moscú en el Donbás, controlado parcialmente desde 2014 por separatistas prorrusos.