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COVID-19, guerra y hambre plantean amenazas duraderas para Europa

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El hambre sigue afectando a millones de personas en el mundo

La pandemia, la guerra en Ucrania y una inminente crisis alimentaria plantean amenazas duraderas para Europa, que se enfrentará a nuevas tensiones políticas, un debilitamiento de su sector industrial y nuevas olas migratorias.    

El coste político de la inflación

La población europea se enfrenta a una fuerte inflación, altos precios de los combustibles y alimentos cada vez más caros. Pero «lo peor aún está por llegar», anticipa la aseguradora de crédito Allianz Trade en un estudio publicado el martes, refiriéndose a la inminente crisis alimentaria.

Según el informe, el presupuesto medio para alimentación en la Unión Europea aumentará 243 euros ($us 260) al año por persona.

«A medio plazo, la crisis del coste de la vida incrementa la presión sobre los gobiernos para limitar su impacto», analiza Laurence Allan, director de riesgo país en Europa para S&P Global Market Intelligence.

Como consecuencia, las poblaciones europeas empobrecidas podrían dar su apoyo a partidos políticos más radicales, sobre todo si los gobiernos apuestan por políticas de austeridad para sanar sus presupuestos tras el COVID-19 y la guerra.

Allan recuerda que tras la crisis de 2008, este tipo de políticas fueron catalizadores «de partidos antisistemas como Syriza (Grecia), Cinco estrellas y Lega (Italia), Podemos (España), que desafiaron a los partidos tradicionales».      

Amenazas al sector industrial

«La economía europea está más expuesta a las sanciones que la estadounidense», analiza Elvire Fabry, investigadora del Instituto Jacques Delors de la UE.

«Las sanciones occidentales contra Rusia son principalmente una carga para la Unión Europea, benefician a China y no le cuestan nada a Estados Unidos», señala el diplomático Jean de Gliniasty en el número de mayo de la Revista Nacional de Defensa francesa.

Un ejemplo es la industria automotriz alemana. 

«Para ellos, es realmente complicado, tuvieron la escasez de semiconductores, luego el aumento de los costes por la guerra en Ucrania, en particular de los metales, y además, su dependencia al mercado ruso es alta», señala Agathe Demarais, directora de prevención de la unidad de investigación de The Economist, la Economist Intelligence Unit.

En cuanto al sector de la aviación, Airbus compra la mitad de su titanio al proveedor ruso VSMPO-Avisma, pero busca ahora otros proveedores.  

Boeing, por su parte, solo compra un tercio de su titanio a Rusia y anunció el 7 de marzo que había dejado de comprar a VSMPO.

Demarais subraya un mundo cada vez más dividido, donde «Europa es un enano entre China de un lado Estados Unidos del otro».

La región tendrá que destinar recursos considerables para mantenerse a flote y tratar de preservar alguna forma de autonomía. 

Pero el margen de maniobra de estos recursos podría ser reducido por la presión de aumentar salarios para contrarrestar la inflación.

(25/05/2022)