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Comisión de la Verdad presenta crudo informe sobre conflicto colombiano

La Comisión de la Verdad, surgida del acuerdo de paz con las FARC en Colombia, presentó este martes un crudo y extenso informe sobre los horrores cometidos por guerrilleros, paramilitares y agentes estatales a lo largo de seis décadas de conflicto interno.

En un teatro de Bogotá, el sacerdote Francisco de Roux, que preside la Comisión desde su creación en 2017, presentó el documento de 896 páginas, resultado «del diálogo social y la investigación» sobre el prolongado enfrentamiento.

Al menos 14.000 víctimas de las guerrillas izquierdistas, los paramilitares de ultraderecha y los agentes estatales fueron escuchadas por la Comisión.

También están compilados los relatos de excombatientes que dejaron las armas o están presos, miembros de la fuerza pública y expresidentes, cuyos testimonios no son vinculantes ni pueden ser juzgados por los tribunales.

Desapariciones forzadas, actos de violencia sexual, masacres y torturas son algunos de los horrores retratados en el informe que concluye que los colombianos sufren de «traumas colectivos» que pasan «de una generación a otra durante décadas».

La Comisión de la Verdad es una de las entidades que conforma el sistema de reparación de las víctimas surgido del pacto de paz de 2016, junto al tribunal que investiga y castiga los peores delitos, y una unidad de búsqueda de desaparecidos.

El informe «No hay futuro si no hay verdad» se publicará por capítulos durante los próximos dos meses, cuando la Comisión dejará de existir.

Durante el acto, el sacerdote jesuita entregó al presidente electo, el izquierdista Gustavo Petro, 19 recomendaciones para garantizar el cumplimento de acuerdo que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Entre ellas, adelantar un proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida del país.

Petro se comprometió a atender estas recomendaciones, convencido de que «se volverán eficaces en la historia de Colombia».

El presidente saliente Iván Duque, férreo crítico de la negociación con los rebeldes, no asistió al acto y envió a un delegado de su gobierno.