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Gobierno de Colombia y guerrilla ELN retoman negociaciones en noviembre

La imagen pertenece a AFP.

El gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) retomarán en noviembre negociaciones de paz, suspendidas en 2019 por el entonces presidente, Iván Duque, anunciaron este martes ambas partes en Caracas sin precisar el lugar de los próximos encuentros.

Delegados del gobierno de Gustavo Petro y el ELN acordaron «el restablecimiento del proceso de diálogos después de la primera semana del mes de noviembre del año 2022», según un comunicado leído luego de una reunión en Caracas.

Además de formalizar la reinstalación de «la mesa de conversaciones», el texto da cuenta de la decisión de «retomar el conjunto de los acuerdos y avances logrados desde la firma de la agenda» del 30 de marzo de 2016.

Los encuentros serán en «sedes rotativas» entre los países garantes del proceso: Venezuela, Cuba y Noruega, dijo Antonio García, comandante del ELN, durante una rueda de prensa en la capital de Venezuela posterior a la lectura del comunicado.

Aún se evalúa dónde será el reinicio de las conversaciones, añadió García.

Por el momento, el líder del ELN descartó que Chile y España vayan a participar: «Agradecemos la voluntad (…), pero hasta el momento vamos a mantener la estructura de garantes que se acordó».

Petro, primer presidente de izquierdas en Colombia y antiguo guerrillero, reactivó contactos con el ELN tras asumir el poder el 7 de agosto, con la mira puesta en retomar las negociaciones, interrumpidas en 2019 por el gobierno de Iván Duque después de un ataque contra una escuela policial que dejó 22 muertos, además del agresor.

Los delegados del ELN fueron acogidos durante cuatro años en Cuba, de donde salieron el domingo rumbo a Venezuela.

El comandante del grupo guerrillero destacó que la vía para buscar la paz no solo pasa por las armas, sino a «atacar las causas» del «conflicto armado, que son la desigualdad, la falta de democracia, la inequidad».

El ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia. Fundada en 1964 por sindicalistas y estudiantes simpatizantes de Ernesto «Che» Guevara y la revolución cubana, la organización ha sostenido negociaciones frustradas con los últimos cinco presidentes colombianos.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz en 2016 y se convirtieron en un partido político.

Venezuela expresó «su más firme compromiso con el proceso de paz total en Colombia», en un comunicado divulgado por el canciller Carlos Faría.

Maduro, que retomó con Petro las relaciones diplomáticas bilaterales luego de tres años de ruptura por diferencias políticas, recibió en horas de la noche en el palacio presidencial al ministro de Exteriores colombiano, Álvaro Leyva.

«Venezuela y Colombia continúan avanzando en la cooperación por el bienestar de nuestros pueblos», publicó el mandatario socialista en Twitter, sin dar mayores detalles.

– ONU llama a aprovechar «oportunidad» –

Naciones Unidas celebró la reanudación de las conversaciones. Un comunicado del secretario general de la ONU, António Guterres, enviado por su portavoz, «insta a ambas partes a aprovechar al máximo esta oportunidad para poner fin a un conflicto mortal que ha durado décadas y cuya resolución es fundamental para ampliar el alcance de la paz».

El documento «ratifica la disposición de las Naciones Unidas para brindar la asistencia que se requiera» y «alienta a la comunidad internacional en su conjunto a prestar su apoyo».

Después de la suspensión de los diálogos, el ELN aumentó su pie de fuerza de 1.800 a 2.500 miembros, según estimaciones oficiales, con la infraestructura energética y las transnacionales en Colombia como principales «objetivos militares».

Aunque García encabeza el órgano directivo conocido como Comando Central, la organización tiene una estructura federada con vocería propia en cada frente, lo que según expertos dificulta las negociaciones.

Con presencia en la frontera con Venezuela, el ELN tiene menor capacidad de fuego que la que tuvieron las disueltas FARC, pero su base social, compuesta por milicianos, es más amplia y diversa, según investigadores.