El principal índice de precios al consumo de Japón aumentó un 3% interanual en septiembre, en su mayor repunte desde 2014, según los datos divulgados por el gobierno el viernes.
Esta subida de la inflación se produce en un contexto de fuerte devaluación del yen respecto al dólar y de encarecimiento de los precios energéticos, que está impactando en los presupuestos familiares.
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Este índice, que no incluye los volátiles precios de los alimentos, sitúa la inflación netamente por encima del objetivo de 2% del Banco de Japón.
Sin embargo, el banco central considera que este aumento es temporal y ha evitado subir las tasas de interés como han hecho muchas otras economías del mundo.