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Bolsonaro niega tener relación con un viejo aliado que disparó a la Policía cuando iba a ser detenido

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha salido a desmentir que mantenga cualquier tipo de relación con el que se conoce que es su aliado, el antiguo diputado del Partido Laborista Brasileño (PTB) Roberto Jefferson, quien este domingo recibió a la Policía con disparos y hasta con una granada cuando iba a ser detenido después de que violara las condiciones de su arresto domiciliario.

Bolsonaro ha contado que en cuanto tuvo conocimiento de lo ocurrido, ordenó al ministro de Justicia, Anderson Torres, que diera a Jefferson «tratamiento de criminal» y ha negado que fuera aliado suyo, a pesar de compartir fotografías, ideario, y de que el antiguo diputado del PTB se haya mostrado como uno de sus más acérrimos seguidores.

«Aquellos que dicen que Roberto Jefferson es mi aliado, recordarles que en septiembre me denunció ante el Tribunal Superior Militar. No existe cualquier vinculación con Roberto Jefferson, ni se consideró para que trabajara en mi campaña. Quien dice lo contrario está mintiendo», ha declarado Bolsonaro mientras sus fotografías con él corrían por las redes sociales y los medios brasileños.

Esa denuncia de la que habla es una demanda que Jefferson presentó por la supuesta «omisión» que habría hecho de sus funciones al no movilizar a las Fuerzas Armadas contra el Senado y el Tribunal Superior para expulsar al juez Alexandre de Moraes, quien ordenó su arresto en agosto del año pasado por su participación en las conocidas como milicias digitales en favor de Bolsonaro.

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En enero se permitió que Jefferson permaneciera bajo arresto domiciliario mientras continuaba la investigación bajo la condición de no mantener comunicaciones con el exterior ni manifestarse a través de redes sociales. Sin embargo, el viernes se saltó las normas lanzando ataques machistas a la juez del Supremo, Cármen Lucía Antunes, por lo que se ordenó su entrada otra vez en prisión.

El sábado publicó un vídeo en el que anunciaba que no se entregaría y que solo le sacarían muerto de su domicilio en Río de Janeiro. Un día después recibió a los agentes que fueron a detenerle a tiros. Dos de ellos resultaron heridos.

Ya el domingo, la Policía Federal se incautó en su domicilio de munición de gran calibre en cajas y el fusil 762 con mira telescópica que utilizó para atacar a los agentes. Jefferson ha sido acusado de cuatro intentos de homicidio tras ser detenido en la noche del domingo después de ocho horas atrincherado en su domicilio.

Este lunes está prevista una vista de revisión de su prisión. El hecho es que Jefferson no podía tener armas en su domicilio, puesto que estaba en prisión domiciliaria, lo que agrava su situación. De hecho incluso tenía granadas, un tipo de arma reservada a las fuerzas de seguridad.

CAMPAÑA ELECTORAL

Este nuevo escándalo salpica a Bolsonaro apenas seis días antes de la votación de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que aspira a derrotar a Luiz Inácio Lula da Silva.

En esta campaña llena de golpes bajos y polémicas, Bolsonaro ha asegurado que ni siquiera hay fotografías suyas con Jefferson, lo cual fue desmentido de inmediato en portales de noticias y redes sociales. Finalmente envió al domicilio de Jefferson al ministro de Justicia, Anderson Torres.

La prensa brasileña ya ha señalado a Jefferson como un ejemplo del ala más radical del bolsonarismo, armada, desafiante con los tribunales, las mujeres y las minorías. Bolsonaro solo condenó las palabras machistas de Jefferson después de que éste abriera fuego contra los agentes.