El presidente ruso, Vladimir Putin, ha prorrogado por un año la prohibición a los inversores extranjeros de vender acciones de grandes empresas rusas, una medida que afecta en gran parte a compañías del sector bancario y energético de Rusia.
El decreto, firmado en agosto y extendido este lunes, amplía la fecha final desde el 31 de diciembre de 2022 al 31 de diciembre de 2023, según ha informado la agencia Interfax.
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En concreto, la medida prohíbe expresamente a los no residentes de «países hostiles a Rusia» retirarse de una serie de activos, excepto con un permiso especial del presidente ruso.
La prohibición se aplica a empresas estratégicas como compañías energéticas, bancos con participación extranjera, servicio y producción de equipos en el sector de combustibles y energía, así como el sector inmobiliario y el de extracción de metales como oro, níquel o diamantes.