Un clérigo sunita fue secuestrado y asesinado en la provincia iraní de Sistán-Baluchistán (sureste), en el último incidente que afecta a esa región sacudida por los disturbios, indicaron el viernes las autoridades locales.
La provincia, una de las más pobres de Irán, es el hogar de la minoría étnica baluchi y ha sido escenario de graves incidentes, en muchos casos mortales, incluso antes de que en septiembre estallaran las protestas nacionales por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años.
«Abdulwahed Rigi (…) fue secuestrado el jueves por desconocidos y murió como un mártir» en la ciudad de Jash, declaró el consejo de seguridad provincial.
«Se ha abierto una investigación» sobre el caso, añadió.
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Rigi «era uno de los principales líderes religiosos en Sistán-Baluchistán», precisó.
El cuerpo de Rigi, que recibió tres disparos en la cabeza, fue encontrado a un lado de la carretera a las afueras de la localidad, según la agencia de noticias Fars.
Según explicó un experto en minorías religiosas en la televisión estatal, Rigi era «una figura moderada» comparado con otro clérigo sunita conocido por sus críticas a las autoridades iraníes.
La organización no gubernamental Iran Human Rights, con sede en Oslo, afirmó el miércoles que las fuerzas de seguridad iraníes habían matado al menos a 458 personas desde el inicio de las protestas en Irán, 128 de ellas en Sistán-Baluchistán.
La minoría baluchi de la provincia, que profesa el islam sunita, minoritaria en Irán frente a los chiitas, denuncia estar discriminada.