El Vaticano ha condenado al obispo emérito de Cayena (Guayana Francesa), Emmanuel Lafont, por tráfico de seres humanos con agravantes, ayuda a la residencia ilegal y abuso de confianza con agravantes sobre un joven emigrante de origen haitiano.
Según ha publicado el diario francés ‘La Croix’, a Lafont –quien había sido obispo de Cayena hasta 2020– el Vaticano le retiró hace dos meses el permiso para ejercer el sacerdocio, prohibiéndole ejercer actividades pastorales y encontrándose bajo arresto domiciliario en la Francia continental. Lafont «tiene prohibido ejercer cualquier actividad pastoral, llevar su insignia episcopal, entrar en contacto con sus conocidos de Guayana Francesa así como con jóvenes emigrantes», tal y como ha confirmado la Conferencia Episcopal Francesa (CEF).
Según las investigaciones, Lafont está acusado de haberle dado cobijo en la casa episcopal a cambio de favores sexuales. La investigación canónica contra Lafont, abierta en abril de 2021, había sido «a causa de rumores y acusaciones formuladas contra él en relación con actitudes inapropiadas hacia adultos», tal y como recoge ‘La Croix’, que también confirma la apertura en Francia de una investigación civil contra el eclesiástico.
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Como fruto de la investigación, el Dicasterio para los Obispos ha prohibido al prelado ejercer cualquier tipo de ministerio público, llevar las insignias episcopales o comunicarse con los fieles de Guyana o con los jóvenes migrantes a los que habría acogido a cambio de favores sexuales. Además, se encuentra, como fruto de la pena canónica, el arresto domiciliario en territorio de la Francia continental.
Estas medidas han sido alabadas por la Asociación para la Verdad, la Transparencia y la Moralización -un colectivo constituido en 2020 tras la renuncia de Lafont- en la diócesis de Guyana. Para el presidente de dicha entidad, Patrick Louis-Ferdinand, es «importante tener un pensamiento emocionado para estas presuntas víctimas».