El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro negó responsabilidad alguna en el asalto que sus simpatizantes propiciaron contra las sedes de tres poderes del Estado en Brasilia.
“A lo largo de mi mandato siempre he estado dentro de las cuatro líneas de la Constitución, respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad”, dijo.
La tarde de este domingo, una masa de manifestantes irrumpió con violencia en el Congreso, el Palacio de Planalto y la sede del Tribunal Supremo de Brasil.
Destrozos
A su paso, reclamaron la intervención de las Fuerzas Armadas, como lo habían hecho recurrentemente a finales de 2022, y causaron destrozos en las oficinas.
Las reacciones de Bolsonaro fueron reflejadas en una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, siete horas después de los sucesos que causaron repudio mundial al ser considerados intento de golpe.
El propio presidente Luiz Inácio ´Lula’ da Silva consideró que las protestas de “vándalos y fasicistas” fueron estimuladas por el exmandatario, quien abandonó el país antes de la asunción del nuevo presidente.
Advertencia
“Esta gente será castigada y vamos a descubrir incluso quiénes financian a estos vándalos que fueron a Brasilia, y todos pagarán con la fuerza de la ley por este gesto antidemocrático de irresponsabilidad”, dijo el mandatario, según citó AFP.
“Repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del Ejecutivo de Brasil”, tuiteó Bolsonaro en respuesta a las alusiones.
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En otro capítulo de su mensaje, el expresidente repudió la violencia de las manifestaciones e hizo una comparación con otros hechos anteriores.
2013 y 2017
“Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”.
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Los simpatizantes de Bolsonaro se resisten a reconocer la victoria de Lula da Silva en el balotaje de octubre del año pasado y constantemente reclaman la intervención militar en los cuarteles.
Ni el exmandatario fue evidente al reconocer al nuevo gobierno del Partido de los Trabajadores. Días antes que asuma en nuevo mandatario, abandonó Brasil con rumbo a Estados Unidos.
Lula da Silva juró a su nuevo mandato el 1 de enero, en ausencia de los protocolos de su antecesor. Ingresa este lunes a su noveno día de gobierno.