Con Trump, el negacionismo climático avivará el calentamiento global
Los expertos advierten de que la segunda presidencia de Trump frenará bruscamente la transición hacia la energía verde
La victoria de Donald Trump devuelve a la Casa Blanca a un negacionista del cambio climático, dispuesto a desmantelar las políticas medioambientales de su predecesor y a poner en peligro los esfuerzos mundiales para frenar el calentamiento global.
El republicano reflotó su eslogan «perfora, bebe, perfora» durante su campaña. Incluso negó a su manera la existencia del cambio climático provocado por la humanidad: «Hace mucho frío aquí fuera hoy».
Los expertos advierten de que la segunda presidencia de Trump frenará bruscamente la transición hacia la energía verde y, por tanto, acabará con las esperanzas de alcanzar los objetivos climáticos a largo plazo acordados por la comunidad internacional.
Pero su elección se va a sentir de inmediato. La capacidad de negociación de los enviados estadounidenses a la COP29, que comienza el 11 de noviembre, se verá cercenada.
Se teme que Washington abandone la diplomacia climática, lo que puede socavar los esfuerzos mundiales por reducir el consumo de combustibles fósiles.
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Calentamiento global
Si Trump se olvida de los objetivos climáticos de Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero, esto puede dar pie a que otros grandes contaminadores, como China e India, dejen de lado sus planes medioambientales.
El historial del republicano en este campo es alarmante. Durante su primer mandato, retiró a Estados Unidos del histórico Acuerdo de París. Y ha prometido volver a hacerlo, después de que su sucesor, el demócrata Joe Biden, reenganchara al país con los objetivos de la comunidad internacional.
El procedimiento formal de salida demora un año, así que formalmente Estados Unidos seguirá dentro del acuerdo hasta 2026 (Trump asume el cargo en enero de 2025). Pero eso es solo sobre el papel, en la práctica, la administración republicana podrá tomar medidas que se alejen de los objetivos fijados.
Washington se comprometió a reducir a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con los niveles de 2005. En 2023, las emisiones habían caído un 18%, según el Grupo Rhodium.
Pero un análisis de Carbon Brief advierte que bajo el mando de Trump, el país emitirá de aquí a 2030 unos 4.000 millones de toneladas métricas más de CO2. Es decir, lo que contaminan juntas la Unión Europea y Japón en un año.
«El resultado de la elección estadounidense tendrá ramificaciones en todo el planeta», dijo a la AFP la especialista en clima Leah Stokes, politóloga de la Universidad de California en Santa Bárbara.
Retrocesos
También está en el punto de mira del presidente electo la Ley de Reducción de la Inflación, impulsada por Biden para destinar cientos de miles de millones de dólares en créditos fiscales e inversiones para la implementación de energías limpias.
Trump ha prometido fulminar todos los fondos de esta ley que no se hayan gastado. Aunque conseguir los apoyos para revocar esta ley no va a ser sencillo, ya que algunos legisladores de la filas republicanas ven con buenos ojos estos incentivos económicos.
El presidente electo ha prometido poner fin a la moratoria de Biden a conceder permisos de exportación de gas natural licuado (GNL). Y acabar con lo que, socarronamente, denomina el «mandato de los vehículos eléctricos». Lo que en realidad son un conjunto de normas sobre emisiones de vehículos de combustión para impulsar los autos eléctricos. Pero en ningún caso es una imposición de estos últimos.
Dato
Las nuevas normas de la EPA destinadas a reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de combustibles fósiles también están entre ceja y ceja del republicano.
«Preveo que habrá bastantes litigios ante cualquier intento de derogar estas normas», declaró a la AFP Fatima Ahmad, de la consultora climática Boundary Stone Partners.
También cree que gobiernos estatales y locales, junto con actores del sector privado, tomen caminos medioambientales opuestos a los de la Casa Blanca. Pero a pesar de estos esfuerzos, el impacto potencial de la nueva administración a nivel nacional e internacional es alarmante.